viernes, 18 de mayo de 2012

ESOFAGO DE BARRET



El esófago de Barrett, es el remplazado de epitelio ESCAMOSO, por epitelio COLUMNAR, en la porción dístal del esófago.

DEFINICIÓN ACTUALIZADA DE Spechler.
El esófago de Barrett, es la condición en la cual un epitelio columnar anormal, reemplaza al epitelio escamoso estratificado normal del esófago distal, condición que resulta cuando existe reflujo y el jugo gástrico lesiona el epitelio escamoso estratificado, y la mucosa así lesionada cicatriza mediante un proceso metaplásico, en el cual las células escamosas son reemplazadas por células columnares.
INCIDENCIA.
La Incidencia del esófago de Barrett ha venido creciendo en los últimos años.
ETIOLOGIA.
A pesar que son muchos los datos que sugieren que el epitelio de Barrett, se debe al reflujo hacia el esófago de jugo gástrico ácido, ó de contenido intestinal rico en bilis, aun persiste la discusión sobre sí su origen es: congenito adquirido
LA TEORIA DE ORIGEN CONGENITO.
Es apoyada por el hecho de que, durante su desarrollo embrionario, el esófago se halla tapizado por epitelio columnar que al partir del quinto mes del desarrollo, va siendo gradualmente reemplazado por epitelio escamoso, proceso que sé acompleta antes del nacimiento.
LA TEORIA DE ORIGEN ADQUIRIDO
Es la mas aceptada para explicar la etiopatogenia del esófago de Barrett
Son muchos los datos que apoyan que se deben al reflujo, que produce un daño al epitelio, y generalmente con erocion ó ulcera dando lugar a los diferentes tipos de epitelio columnar que se observa en dicha alteracion.
Otro problema, es porque el epitelio columnar propio del esofago de barrett, se desarrolla en algunos pacientes con reflujo gastroesofagico y no asi en otros que lo presentan igualmente.
Probablemente existe cierta predisposicion genetica para que esto ocurra, o bien no solo es el reflujo el unico factor etiologico, sino xiste otros como:
  1. Edad de comienso de los sintomas.
  2. Su duracion.
  3. La existencia de complicaciones de la enfermedad.
  4. Por reflujo.
DEFINCICION
El esófago de barrett.
Es una condicion en la cual una variable longitud del epitelio escamoso en replasado por epitelio columnar, el mejor metodo. Para identificar en la practica el esofago de barrett clasico, es él diagnostico: endoscopico
LA BIOPSIA
Se hace a nivel distal de la unión escamosa-columnar, y ella se pactica en el area Inferior a la LINEA Z, que es la(UNION ESCAMO-COLUMNAR), El endoscopista reconoce el borde próximo de los pliegues gástricos aun con la existencia de una Hernia Hiatal, es la marca endoscopica más segura para identificar la unión mucosa escamosa columnar, además el llamado el epitelio intestinal. , también debemos cosiderarlo como esófago de Barrett , por este motivo la nueva definición de esófago de Barrett es:
La presencia de mucosa columnar, con metaplasia intestinal en el esofago inferior, incluida la mucosa que tapiza el esfinter esofagico inferior.
La importancia de este cambio de defincion que la metaplasia de Barrett, se ha convertido en un criterio histologicomas que endoscopio, ya que solo seria posible identificar la metaplasia intestinal, mediante el estudio histológico, con esta nueva definición se puede distinguir dos tipos de esófago de Barrett:
  1. El esófago de Barrett clásico de 3 ó más cm.
  2. El esófago de Barrett corto ó incluso ultracorto menos de 3cm.
La mucosa escamosa, tiene una coloración blanquecina ó rosa pálido en cambio la mucosa columnar y tiene una coloración rojiza.
Esófago con metaplasia de tipo intestinal sin displasia.Coloración de HID (High Iron Diamine) mostrando la presencia de sialo y sulfomucinas.
Metaplasia intestinal con displasia de bajo grado.Metaplasia intestinal con displasia de alto grado y focos de adenocarcinoma bien diferenciado (a la derecha).

Adenocarcinoma bien y moderadamente diferenciado.
TINCION.
El epitelio escamoso se tiñe de marrón oscuro, pero NO SE COLOREA LA MUCOSA COLUMNAR
DIAGNOSTICO
No existe una clínica del esófago de Barrett, los síntomas que presentan estos pacientes son los propios del reflujo gastroesofagico, ó de sus complicaciones.
  1. Pirosis.
  2. Regurgitaciones.
  3. Eepigastralgias.
  4. Dolor torácico retro-esternal que se irradia al cuello y brazos.
  5. Asfixia nocturna.
  6. Tos.
La realidad de su diagnostico depende esencialmente de la endoscopia y de la biopsia, con histología.
DIAGNOTICO ENDOSCOPICO
El aspecto de la unión escamosa columnar desplazada puede adaptar formas muy variadas por el aspecto endoscopio de la unión de ambas mucosas se describen dos tipos distintos de esófago de Barrett.

  1. Circunferencia.
  2. Tipo Islotes.
Epitelio de Barrett, de color rojo, que asciende desde el estómago para cubrir la porción distal del esófago. 1111El epitelio normal aparece de color pálido.222
El ESOFAGO DE BARRETT CIRCUNFERENCIA: propio de personas jóvenes existe una línea de demarcación escamosa columnar relativamente recta pero con frecuencia es bastante irregular, con extensión de LENGUETAS, LLAMAS, Ó DEDOS y la característica fundamental por debajo de esta unión el esófago se encuentra tapizado por epitelio columnar.
EL ESOFAGO DE BARRETT TIPO ISLOTES Más frecuente en adultos, además de un limite irregular se observa la persistencia de islotes de epitelio escamoso por debajo del mismo.
El aspecto de la mucosa metaplasica que tapiza el segmento esófago, uniformemente lisa, brillante y de un color homogéneo son absolutamente necesaria las tomas de biopsias adecuadas bajo el control endoscopio
DIAGNOSTICO HISTOLOGICO
El epitelio columnar tiene una naturaleza heterogénea, se trata:
  1. Un mosaico de celulas.
  2. Un mosaico de glandulas.
  3. Cambios arquitectonicos.
PUEDE DISTINGIUIRSE TRES TIPOS DE EPITELIO COLUMNAR
  1. Epitelio tipo fundus Gastrico.
  2. Epitelio tipo Cardial o de transición.
  3. Epitelio tipo intestinal especializado.
El epitelio fundus gástrico: Cuya superficie esta tapizada por células mucosas secretoras, que contiene glándulas con células parietales y principales.
EL epitelio tipo cardial ó de transición: Con el del cardias gástrico, con criptas y glándulas productoras de moco pero con células parietales y principales.
El epitelio intestinal especializado: Contiene características de la mucosa gástricas é intestinal, incluyendo superficie villiforme y criptas conteniendo células secretoras de moco en globo y entero endocrinas
Este tipo histológico, es único que puede malignizarse
REGRESION DEL ESOFAGO DE BARRETT
Los tratamientos que induzcan regresión y sustitución de la mucosa metaplasica.
Por el epitelio escamoso normal, puede suprimir el riesgo de cáncer.
Como el epitelio de Barrett es una complicación del reflujo gastroesofagico crónico, un tratamiento antireflujo eficaz puede al menos teóricamente inducir la regeneración de la metaplasia.
Tales tratamientos incluyen:
  1. Cirugía antirrreflujo.
  2. Drogas que disminuyen la secreción gástrica.
  3. Bomba de Protones a grandes dosis (60mg C/12hrs) a largo plazo y por sus efectos adversos una prolongada medicación una Hipergastrinemia.
Otros procedimientos para regresar la columnar metaplasica tenemos:
  1. Ablación de láser
  2. Gas argón acompañado de su presión de ácido
  3. La terapeutica foto dinámica
Los problemas importantes que plantea el esófago de Barrett son sin duda la posible malignizacion (el Adenocarcinoma)
LONGITUD DEL SEGMENTO DEL EPITELIO COLUMNAR
El aumento del segmento columnar aumenta el riego de cáncer

DISPLASIA
Es el que indica de desarrollar un cáncer, su diagnostico es HISTOLOGICO y se hace con criterios citológicos y arquitecturales, que corresponde a lo siguiente:
  1. Atipias celulares
  2. Anomalías de la multiplicación y diferenciación celular
  3. Modificación de la organización de la arquitectura
El grado histológico de la displacía es normalmente lo más importante, la siguiente clasificación es la de mayor practica que se utiliza:
  • Negativo para displacía
  • Indefinido para displacía
  • Positivo para displacía:
    1. Leve
    2. Severa
  • Adenocarcinoma
Factores ambientales son mal conocidos.
Como el esófago de Barrett es una consecuencia final del reflujo y su principal riesgo es su posible malignizacion, el frenar el objetivo del tratamiento será PROFILAXIS, es decir evitar que se produzca adecuadamente la enfermedad por reflujo gastroesofagico, tratando adecuadamente al reflujo gastroesofagico.
PROFILAXIS
Esta progresión sola puede evitarse, haciendo que el material refluido su agresividad ó que no se produzca el reflujo con cirugía antirreflujo.
Tratamiento
MEDIDAS GENERALES PARA LOS PACIENTES CON REFLUJO GASTROESOFAGICO Y CON ESOFAGO DE BARRETT
  1. Elevar la cabecera de la cama.
  2. No utilizar ropas ajustadas, o fajas.
  3. Comer despacio.
  4. No acostarse hasta que pasen por lo menos 2 horas, después de comer.
  5. Procurar los alimentos sólidos.
  6. Evitar los líquidos en las comidas y en la noche.
  7. Evitar; Chocolate, la menta, las nueces, las pasas.
  8. Evitar los alimentos calientes como: Consomé, caldos, té, sopas, café.
  9. Refrescos gaseosos, licor, vinos, jugos cítricos, tomate, catsup, chile aderezos
  10. Mostaza, mayonesa, vinagre, pepinos, mantequilla, margarina
  11. Botanas, alimentos fríos, embutidos, nabo, rábano, ajo, cebolla, orégano
  12. Alimentos que causen gas como: col, coliflor, frijoles.
  • INHIBIDORES DE BOMBA DE PROTONES
    1. Omeprazol:
    2. Lanzoprazol: Doble dosis de 40 a 60 mg c/12hrs
    3. Esomeprazol: Doble dosis 60 mg c/12hrs
  • PROCINETICOS: CINITAPRIDA- Dosis 1 mg en cada alimento
  • Cirugía antireflujo :
    1. OPERACIÓN DE NISSEN
    2. OPERACIÓN DE GUARNER
    3. OPERACIÓN DE HILL
    4. OPERACIÓN DE TOUPET
    5. OPERACIÓN DE LATARD JACOH
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ESOFAGO DE BARRET


Revista de Posgrado de la VIa Cátedra de Medicina - N° 142 – Febrero 2005
Pág. 16-23

ESOFAGO DE BARRET
Silvana Lilián Lentati, Dra. Silvia Alejandra Barrios, Dra. Rosalía Rudaz, Mariel Vanesa Borba.

RESUMEN
     La Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico es una de las causas más frecuentes de consulta médica en la práctica diaria y esta se puede acompañar de Esofagitis por Reflujo (es la inflamación del esófago causada por el reflujo del contenido gástrico al esófago), La Esofagitis por Reflujo se diagnostica mediante Endoscopía, y este procedimiento permite la biopsia, la cual nos permite confirmar la presencia de Esófago de Barret, una complicación poco frecuente pero de gran relevancia clínica.
     El Esófago de Barret es una lesión premaligna, que predispone al Adenocarcinoma Esofágico, patología neoplásica que ha aumentado su incidencia en los últimos años, incluso desplazando al Carcinoma Epidermoide.
     Este trabajo es un estudio acerca del Esófago de Barret, destacando la Endoscopía con toma de biopsia para su diagnóstico y en cuanto a su tratamiento, se han testeado diferentes alternativas de terapéutica, que buscan la regresión o evitar la progresión a Adenocarcinoma Esofágico; además se ha analizado la indicación de endoscopía como seguimiento en los pacientes con Esófago de Barret teniendo en cuenta la relación costo beneficio.
Palabras Clave: Esofagitis por Reflujo, Esófago de Barret, Adenocarcinoma Esofágico, Endoscopia.

SUMMARY
     The Gastroesophageal Reflux Disease is one of the more frecuent cause of medical consultation in the erevyday attachment and this can go with Reflux Esophagitis ( is the inflammation of the esophagus because of reflux from the gastricus content towards the esophagus). The Reflux Esophagitis is diagnosis by means of Endoscopy, and this method permit the biopsy, that permit us confirm the presence of Barret`s Esophagus, a complication few frecuent but whit big clinical relevance.
     Barret´s Esophagus is a premalignant lesion, that predispose to Esophageal Adenocarcinoma, preneoplastic pathology that is increased its incidence in the last years, even desplacing to Epidermoid Carcinoma.
     This work is an study about of Barret`s Esophagus, emphasizing the Endoscopy with take of biopsy model for its diagnostic, and about of its treatment, has been tested differents alternative of therapeutics, the ones that search the regression or to evade the progression to Esophageal Adenocarcinoma; in addition has been assayed the indication of endoscopy to followment in the patients with Barret`s Esophagus having in account the cost-beneficent relation.
Key words: Reflux Esophagitis, Barret`s Esophagus, Esophageal Adenocarcinoma, Endoscopy.

INTRODUCCION
     Este es un trabajo original realizado con el fin de profundizar acerca del Esófago de Barret, su diagnóstico y tratamiento; y en especial, sobre el riesgo de progresión a Adenocarcinoma de Esófago.
     Se ha elegido este tema para analizar, teniendo en cuenta su condición de lesión premaligna y la hipótesis de que mediante un diagnóstico precoz y su tratamiento oportuno, se brindaría una importante oportunidad para evitar o detener su progresión a cáncer.
     Para la realización de esta monografía se ha trabajado en grupo y se ha recurrido a la búsqueda de bibliografía concerniente en libros de texto de medicina, artículos de revistas científicas y artículos médicos relacionados, a los cuales se accedió por medio de Internet, a través de la palabra clave: Esófago de Barret, y cuyas direcciones en la web figuran junto a la bibliografía.


DEFINICION
     El Esófago de Barret (EB) es la transformación metaplásica del epitelio esofágico.(1- 3, 8, 9-11, 13)

CONCEPTO.
     El Reflujo Gastro- Esofágico (RGE) es el paso del contenido del estómago al esófago (1, 11); y provoca un proceso inflamatorio de la mucosa esofágica, llamadaEsofagitis por Reflujo (1, 7). Esta última, predispone a complicaciones o secuelas crónicas como úlceras, estenosis ó displasia, las que son generalmente irreversibles y que en algún caso, como sucede en el EB, son lesiones consideradas como precancerosas o de mayor riesgo de cáncer (2, 3, 6, 8).
     Normalmente toda lesión del epitelio epidermoide cura mediante regeneración de células epidermoides (1). En el EB, por causas aún desconocidas, el epitelio epidermoide lesionado es reemplazado por epitelio columnar ó cilíndrico pseudoestratificado (1, 36, 8).
     La definición y diagnóstico del EB ha sido objeto de discusión desde su descripción original por Norman Barret en 1950 (4). Se ha propuesto incluso evitar esta denominación, reemplazándola por "metaplasia columnar del esófago", Pero no existe actualmente una definición que sea universalmente aceptada (9).
     La importancia clínica del EB deriva de su capacidad para evolucionar hacia Adenocarcinoma de Esófago (1, 2, 6, 11).

ETIOPATOGENIA.
     Inicialmente se postuló un origen congénito (2, 4), pero actualmente se acepta el EB como una condición adquirida, en la que una lesión intensa y sostenida sobre el epitelio del esófago distal, generalmente debida a RGE, provoca el reemplazo del epitelio plano pluriestratificado normal por un epitelio columnar metaplásico, más resistente al ácido (2, 4, 6, 10, 12, 13). El origen de este nuevo epitelio serían células totipotenciales ubicadas en la capa basal o germinativa del epitelio esofágico (8). Estudios de pHmetría de 24 horas muestran que los pacientes con EB tienen mayor intensidad y frecuencia de exposición al reflujo ácido que el resto de los pacientes con RGE, lo que pudiera relacionarse con presiones del esfínter esofágico inferior más bajas y peristalsis esofágica menos activa (9).

EPIDEMIOLOGIA.
     El EB se presenta en hasta 10% de los pacientes con RGE crónico y éste se presenta con una frecuencia estimada de entre 20 y 40% de la población (9).
     El EB es más frecuente en el sexo masculino (4, 9, 13) y en caucásicos (3, 4, 13), y la edad media al diagnóstico es de 60 años aproximadamente (5, 9, 13). Se ha descrito también asociación familiar (9).
     La relación con Adenocarcinoma Esofágico se analizará luego.

DIAGNOSTICO.
I-      Presentación Clínica. La presencia de EB no provoca síntomas por sí mismo. Más bien, los síntomas son una consecuencia de la Enfermedad por Reflujo Gastro-Esofágico (ERGE) o sus complicaciones. La mayoría de los pacientes tienen antecedentes prolongados de síntomas de RGE como pirosis y regurgitación (2, 6, 10).
Otros pacientes, aproximadamente la tercera parte, se presentan oligo ó asintomáticos (2, 8, 13), lo que sugiere una disminución de la sensibilidad al reflujo ácido por parte del epitelio de Barret. De hecho, más del 90% de los pacientes con EB no buscan atención médica y el trastorno pasa inadvertido hasta que el proceso se complica por el desarrollo de cáncer, debutando con disfagia (por formación de estenosis) o con hemorragia digestiva (por ulceraciones profundas de la mucosa lesionada). (10)
II-    Fibroendoscopía Digestiva Alta con toma de Biopsia. La endoscopia con biopsias dirigidas constituye el patrón oro para el diagnóstico del EB (2, 6, 11, 13). Sin embargo, debido a la gran cantidad de pacientes con RGE y la baja frecuencia de EB, no parece costo-efectivo el realizar endoscopia a todos ellos (13). Se ha sugerido que los siguientes pacientes con RGE deben ser sometidos a una endoscopia (9):
· RGE complicado (disfagia, estenosis, úlcera, hemorragia);
· RGE con esofagograma que muestre patrón reticular o seudomembranas;
· RGE con sintomatología persistente a pesar del tratamiento;
· RGE asociado a esclerodermia.
Se sospecha EB en la endoscopia por la presencia de epitelio color naranja a rojo, aterciopelado, de tipo gástrico; que contrasta con el color rosado blanquecino del epitelio esofágico normal (1, 2, 4, 8, 10). La línea de transición entre ambos epitelios (cambio mucoso) puede ser regular (circunferencial) ó, más frecuentemente, irregular (en forma de lengüetas o islotes)(1, 2, 8, 10). La extensión de la metaplasia también es variable, pudiendo abarcar desde 2 cm de longitud a partir de la unión gastro-esofágica (UGE) o puede extenderse incluso hasta el esófago cervical (1).

“Esófago de Barret, imagen endoscópica típica del Esófago de Barret; se observa el desplazamiento de la unión gastroesofágica: el tejido más rojizo (gástrico) ha desplazado al tejido esofágico (rosado), como consecuencia del reflujo gastroesofágico crónico” (Extraído del artículo del Dr J. A. Murra Saca) (6)

Para confirmar el diagnóstico debe obtenerse la biopsia. Las muestras deben tomarse, fundamentalmente, del límite de la UGE y hasta 1 ó 2 cm por debajo de la misma, ya que esta es la zona de mayor riesgo de desarrollar un Adenocarcinoma, y es en esta parte más proximal del segmento metaplásico donde se sitúa, principalmente, el epitelio columnar especializado (2). Por supuesto que deben tomarse muestras para biopsias de todo el segmento metaplásico y, especialmente, de aquellas zonas en las que se observe alguna alteración macroscópica.
Microscópicamente pueden identificarse tres tipos de epitelio de Barret (1, 2, 4, 8-11)
ü Metaplasia gástrica fúndica: es similar al epitelio del cuerpo o del fondo gástrico, y presenta células parietales y principales;
ü Metaplasia gástrica cardiaca o transicional: como el epitelio del cardias gástrico, que exhibe acúmulos profundos de glándulas mucosas y criptas; y
ü Metaplasia tipo intestinal o también llamado epitelio columnar especializado: que tiene características de la mucosa gástrica y de la intestinal, que presenta células caliciformes dispersas entre las células cilíndricas. (13)
Los dos primeros son indistinguibles del epitelio cilíndrico que se encuentra normalmente en la región cardial y en el cuerpo gástrico, aunque cuando se ubica en el esófago habitualmente presenta alteraciones variables en su arquitectura. La metaplasia intestinal ó también llamada epitelio columnar especializado, es el reemplazo o sustitución de las células del epitelio plano estratificado no queratinizado normal del esófago por células cilíndricas similares al epitelio columnar del intestino (6). Sólo la metaplasia intestinal se considera definitorio de EB, que ocasiona un aumento en el riesgo de neoplasia y es de significado clínico (4, 9-11). Según el criterio actual de la OESO (Organización de Estudios Estadísticos de las Enfermedades del Esófago), es suficiente la presencia de metaplasia intestinal para calificar como epitelio de Barret, sin tener en cuenta la extensión a partir de la UGE (4). Afortunadamente, sólo el 3-5% de los pacientes con RGE tiene EB con metaplasia intestinal. Pero debe recordarse que hasta el 90% de los Adenocarcinomas Esofágicos que se desarrollan sobre un EB, se originan en una metaplasia intestinal (1).
Últimamente tiende a definirse el EB como la presencia de mucosa columnar con metaplasia intestinal en el esófago inferior (2, 4). La importancia de este cambio en la definición, es que la metaplasia de Barret se ha convertido así en un criterio histológico más que endoscópico, ya que sólo sería posible identificar la metaplasia intestinal mediante el estudio histopatológico. Basados en esta nueva definición, se pueden distinguir dos tipos de EB (2, 6, 9):
a)  El de 3 cm o más, EB largo o clásico: detectado fácilmente en una endoscopia, en los que un largo segmento del esófago está cubierto por epitelio columnar, generalmente de tipo intestinal. Estos pacientes tienen comúnmente un RGE intenso y prolongado, y un riesgo mucho más elevado de desarrollar Adenocarcinoma esofágico (2, 5, 6, 9, 13);
b)  Y el que tiene menos de 2 a 3 cm, EB corto ó ultracorto: este se diagnostica histológicamente. La asociación con RGE es menos importante y muchos son asintomáticos, pero es unas 10 veces más frecuente en la población y parece explicar el aumento de la incidencia del Adenocarcinoma esofágico detectado en los últimos años (2, 5, 13)
Así, el diagnóstico depende de la conjunción de criterios endoscópicos e histológicos. Ha evolucionado desde la exigencia de una extensión variable y arbitraria (mayor de 2-5 cm) de epitelio columnar por encima de la UGE, hasta aceptar como diagnostica la presencia de cualquier extensión de epitelio columnar de tipo intestinal por encima de la UGE (2, 4). La UGE se localiza habitualmente por criterios endoscópicos (límite proximal de los pliegues gástricos) ó manométricos (el borde distal de la zona de alta presión que representa el esfínter esofágico inferior). Por lo tanto, los dos criterios diagnósticos están correlacionados, ya que mientras mayor sea la extensión del esófago cubierto por epitelio columnar, mayor es la probabilidad de que exista epitelio intestinal en la biopsia (9).

INDICADORES DE RIESGO PARA CANCER:
1.    Displasia.(1, 2, 4, 8) La displasia epitelial (cambios celulares estructurales) (12, 13) es lo que mejor indica el riesgo de desarrollar un cáncer. Su diagnóstico es histológico (13), se puede detectar por medio de tinción con colorantes (lugol, azul de metileno) (12) y se basa en criterios citológicos y arquitecturales, que comprenden lo siguiente:
è   Atipías celulares;
è   Anomalías de la multiplicación y diferenciación celular;
è   Modificación de la organización arquitectural.
 El grado histológico de displasia es, normalmente, el parámetro más importante usado en el seguimiento de los pacientes con EB; es el marcador preneoplásico por excelencia, y podemos dividirla en (13):
      I.          Negativo para displasia.
      II.    Indefinido para displasia.
      III.    Positivo para displasia, que a su vez se divide en displasia leve y displasia severa.
      IV.    Adenocarcinoma.
La displasia severa se caracteriza por marcada desorganización arquitectural, pleomorfismo celular, numerosas mitosis y escasa o nula secreción mucinosa. En esta es posible su confusión con un carcinoma “in situ” y la prevalencia de cáncer oculto es de 43% (1, 4); por lo que su detección en un espécimen de biopsia, obliga a repetir la endoscopía con toma de múltiples muestras con el objeto de descartar un carcinoma coexistente; y en algunos estudios se preconiza realizar esofagectomías profilácticas, debido a su elevado riesgo de progresión a Adenocarcinoma. (4, 12)
Por último, hay que subrayar que la progresión del EB a carcinoma no es obligatoria y que, incluso, cuando se desarrolla una displasia puede permanecer estable y, para algunos, hasta regresar. La realidad es que faltan datos que indiquen que una terapéutica idónea pueda conducir a la regresión o a la estabilización de la displasia en elEB.
2.    Longitud del segmento de epitelio metaplásico. Todos los pacientes con EB deben considerarse de mayor riesgo de malignización, ya que la displasia puede aparecer independientemente de la longitud que tenga el segmento de epitelio columnar metaplásico (2, 10). Pero se considera que la mayor extensión del segmento metaplásico indica una mayor agresividad del material refluido y/o un mayor tiempo de contacto del mismo con la mucosa esofágica; por lo que los pacientes con una extensión de la metaplasia gástrica de 5 cm o más, deben incluirse en el grupo de riesgo medio.(2)
3.    Esofagitis crónica (2). La esofagitis por reflujo es una de las complicaciones del RGE y se debe al contacto de la mucosa esofágica con el contenido gástrico, el cual resulta corrosivo para dicho tejido (2, 6). La esofagitis crónica, debida a la persistencia del RGE, ha sido implicada como causa del desarrollo de displasia y posterior Adenocarcinoma (2, 4). Al parecer, la esofagitis crónica y la mayor longitud del segmento esofágico metaplásico, son dos circunstancias que responden a la misma causa; es decir, a que por su composición química, el material refluido sea más agresivo y/o persista más tiempo en contacto con la mucosa esofágica. Estas dos situaciones son independientes de que el paciente presente más o menos síntomas de RGE e incluso, de que esté asintomático. En los pacientes oligo o asintomáticos, por la irritación más intensa y/o más continua que se produce sobre la mucosa esofágica, es lógico el desarrollo de fenómenos reparativos, que lleven a EB y puedan conducir a una “inestabilidad” genómica, que sea el inicio del camino hacia la malignidad.
4.    Factores ambientales. El papel de los factores ambientales en la progresión de la displasia al Adenocarcinoma es mal conocido. El tabaco y el alcohol, han sido estudiados ampliamente en su papel como agentes etiológicos del EB, pero existen pocas investigaciones sobre su papel en el desarrollo de displasia y Adenocarcinoma. Al parecer no hay relación directa entre estos tóxicos con la longitud de la metaplasia ni con la existencia de displasia o cáncer. Sin embargo, ambos tóxicos, al disminuir el tono del esfínter esofágico inferior, favorecen el RGE y por lo tanto sus consecuencias, una de las cuales es el EB; por lo que cuando exista un consumo importante de los mismos, el paciente debe ser considerado de riesgo medio a efectos del seguimiento.(2)
5.    Otros marcadores de riesgo de cáncer (2). No existen otros marcadores que puedan remplazar al marcador preneoplásico por excelencia que es la displasia. Sin embargo, en la evolución desde el tejido normal hacia la displasia leve y luego severa, se detectan una serie de cambios en la célula que, en cierta forma, pueden ayudar a identificar grupos de alto riesgo de cáncer, para poder realizar en ellos un seguimiento diferenciado. Estas modificaciones celulares son las siguientes:
è   Incremento de la cantidad de DNA nuclear de las células epiteliales (aneuploidía).
è   Aumento de la proporción de células que están entrando en las fases G1, S y G2 del ciclo celular; lo que significa un aumento en la tasa de mitosis.
è   Expresión de oncogenes y sus productos: proteína p53, C-erb2, PCNA (Antígeno de Proliferación Nuclear Celular) y CEA (Antígeno Carcino-Embrionario).
è   Anormalidades cromosómicas: detección del gen p53, APC (gen de la Poliposis Adenomatosa), etc.
è   Cambios en la composición de las mucinas: con las técnicas histoquímicas usuales se pueden distinguir 3 tipos de mucinas: neutras, sialomucinas y sulfomucinas (1, 2).
La mayoría de los marcadores tumorales comentados, distintos de la displasia, no deben emplearse de forma rutinaria en la clínica diaria para el estudio de estos pacientes; pero deben continuarse su investigación para intentar conocer mejor la historia natural de este proceso hacia la malignización y para marcar las pautas para llegar a un diagnóstico precoz en período útil.

SEGUIMIENTO ENDOSCOPICO-BIOPSICO
     En relación al riesgo de malignización y a los factores de riesgo de desarrollar cáncer, en el artículo del Dr Cucarella se propone diferenciar tres grupos de pacientes con EB, para un seguimiento diferenciado, de manera que la relación costo-beneficio sea adecuada (2):
1.    Paciente de bajo riesgo: que incluiría aquellos cuyo epitelio metaplásico sea de tipo cardial o fúndico y los marcadores tumorales sean negativos. En estos casos es suficiente con un control endoscópico-biópsico cada 5 años, hasta los 70 años de edad en los que se suprime el seguimiento (2, 4, 13).
2.    Pacientes de riesgo medio: comprende a los fumadores y bebedores importantes, a los que tienen una extensión de la metaplasia igual o mayor de 5 cm, y a aquellos cuyo epitelio metaplásico sea de tipo intestinal especializado. En este grupo, el control endoscópico-biópsico debe ser anual, suprimiéndolo también a los 70 años de edad. (2)
3.    Pacientes de alto riesgo: son los que tienen displasia en el estudio histológico de las biopsias obtenidas durante la primera exploración o alguno de los marcadores tumorales, distintos de la displasia, positivos. En este caso debemos diferenciar dos subgrupos:
a)    Pacientes con displasia leve o algunos de los marcadores tumorales positivos; se hará control endoscópico-biópsico cada 6 meses hasta que en dos exploraciones consecutivas no encontremos displasia ni otros marcadores tumorales positivos, con lo cual se pasaría a control anual como en el grupo anterior (2, 4, 13)
b)    Pacientes con displasia severa, en los que se repite la endoscopía-biopsia inmediatamente, por la posibilidad de coexistencia de cáncer. Y debe plantearse seriamente el tratamiento quirúrgico u otras opciones terapéuticas si hay contraindicación a la cirugía.(2, 4, 7, 13, 14)

ALTERNATIVAS TERAPEUTICAS
     Como el EB es una consecuencia final del reflujo y su principal riesgo es el de su posible malignización, el primer objetivo del tratamiento será su profilaxis, es decir, evitar que se produzca tratando adecuadamente la ERGE y; el segundo, una vez establecido el EB, intentar su regresión para que no evolucione hacia malignidad o al menos, tratar de detener su progresión. (13)

PROFILAXIS PRIMARIA: PROFILAXIS DEL EB
     La profilaxis del EB, que supondría un diagnóstico precoz y un tratamiento eficaz de la ERGE, al menos en teoría, podría reducir su incidencia de manera importante y, por lo tanto, su progresión a Adenocarcinoma (2).
     La esofagitis por reflujo es el primer eslabón en la progresión de la enfermedad hacia el EB. Esta progresión sólo puede evitarse haciendo que el material refluido pierda su agresividad o que no se produzca el reflujo. Lo primero se consigue con tratamiento médico y lo segundo, con medidas quirúrgicas(2).
     El tratamiento médico incluye una serie de medidas higieno-dietéticas comunes a todos los pacientes y el empleo de una medicación que ha mostrado ser muy eficaz. La utilización de uno u otro medicamento o su combinación (procinéticos, antiácidos, protectores, antiH2 ó inhibidores de la bomba de protones), así como su dosificación, dependerá del grado de esofagitis y de las circunstancias de cada caso individual. Lo que deben recordar, tanto el médico como el paciente, es que abandonado el tratamiento, es frecuente la recidiva, por lo que debe recordarse que el tratamiento conservador debe llevarse de por vida. (2, 10).
     En teoría, la cirugía antirreflujo, si consigue evitarlo sería el mejor método de tratamiento de la esofagitis y de profilaxis del EB. Sin embargo, la cirugía sólo se reserva para los pocos casos en los que fracasa el tratamiento médico o en circunstancias individuales especiales. Quizás la cirugía laparoscópica, por su mejor relación costo-beneficio, pueda ser una buena alternativa de tratamiento a la cirugía general (2). Actualmente se cuenta con una nueva técnica para tratar el RGE, la Sutura Endoscópica, la que supone una terapéutica más cómoda y segura, aunque no se encuentra al alcance de todos los pacientes debido a su elevado costo (6). Pero en realidad, faltan resultados de estudios a largo plazo para poder definirse.

PROFILAXIS SECUNDARIA: TRATAMIENTO DEL EB
     El tratamiento del EB persigue, conseguir su regresión ó evitar su progresión, con uno u otro método (2).
     Tales tratamientos incluyen las drogas frenadoras de la acidez gástrica, la cirugía, la ablación de la mucosa por distintas técnicas ó la combinación de varios procedimientos. Sin embargo, hasta ahora, ni el tratamiento médico ni el quirúrgico del RGE han demostrado en forma consistente una regresión significativa del epitelio metaplásico o disminución del riesgo de cáncer esofágico como lo analizaremos más adelante; y en tanto la regresión no se logre, ni la terapia médica ni la quirúrgica evitan la necesidad del seguimiento endoscópico-biópsico para detectar precózmente displasia o cáncer de la mucosa metaplásica (2, 9, 10, 13).
~   Tratamiento médico. Los objetivos son lograr alivio sintomático y principalmente, intentar detener la extensión proximal de la metaplasia. Se basa en el empleo de losInhibidores de la Bomba de Protones, los cuales se usan de manera enérgica y por tiempo prolongado (9-11,13). El alivio sintomático por sí sólo no constituye evidencia suficiente de bloqueo ácido adecuado y se recomienda pHmetría de 24 horas, intratratamiento, para ajustar las dosis hasta lograr una normalización de la exposición ácida del esófago, requiriéndose habitualmente dosis de Omeprazol de entre 40 y 80 mg/día (9-11).
     En resumen podemos afirmar que el tratamiento médico controla los síntomas del EB, que son los del RGE, pero no causa la regresión completa ni tampoco disminuye el riesgo de transformación maligna.(13)
     Por último, no debe olvidarse que el uso de los potentes inhibidores de la bomba de protones a altas dosis y por largo tiempo, debe ser cuidadosamente analizada, debido a la importancia de los potenciales efectos adversos que puede acarrear.
~   Tratamiento quirúrgico. La técnica más empleada es la Fundoplicatura de Nissen; que consiste básicamente en el cierre del hiato esofágico, la sección de vasos cortos para movilizar el fondo gástrico y la colocación de puntos que toman el fondo gástrico anterior, la pared muscular el esófago y el fondo gástrico posterior. Esta técnica requiere para su ejecución que el esófago abdominal mida por lo menos 4 cm y que el fondo gástrico permita una sutura sin tensión. Las complicaciones de esta técnica son la disfagia, el desgarro de la sutura con pérdida de la válvula, y la imposibilidad de eructar por hipercontinencia de la válvula. Para prevenir estas complicaciones existen variantes de la técnica de Nissen, como la fundoplicatura sobre una bujía 60F (modificada de Meester), la sutura sobre parches de politetrafluoroetileno, las valvuloplastías parciales, etc. (1)
     Desgraciadamente la mayoría de los trabajos publicados no han demostrado regresión de la metaplasia, por lo que lo pacientes con EB deben continuar con un programa de vigilancia endoscópica después de la cirugía antirreflujo; no sólo por la falta de evidencia de la regresión del EB, sino sobre todo, porque aún regenerándose parcialmente la mucosa esofágica, persiste el riesgo de malignización en el área metaplásica que persiste. (10)
     Un problema distinto al anterior es si la cirugía antirreflujo, cuando realmente consigue que no se produzca el paso del contenido gástrico al esófago, frena la progresiónde la metaplasia de Barret y, sobre todo, su riesgo de malignización. Hay trabajos publicados, que parecen demostrar la capacidad de la fundoplicatura en la “protección” de la displasia y su posterior malignización; y otros estudios, concluyen que los pacientes sometidos a cirugía antirreflujo desarrollaron menos displasia en comparación con el grupo de pacientes que sólo recibió terapéutica médica y que además, en este último grupo se observó mayor progresión a Adenocarcinoma. En conclusión, debido a los resultados contradictorios, se sugiere que la cirugía anti-RGE no es tan efectiva para evitar la progresión del EB displasia y a Adenocarcinoma.
     Puesto que la cirugía anti-RGE no ha demostrado efectos convincentes sobre la mucosa metaplásica, las indicaciones en los pacientes con EB debieran ser las mismas que para el resto de los pacientes con RGE (9).
     Por último, no son pocos los autores que proponen la Esofagectomía como único tratamiento con posibilidades de curación, por supuesto asociada a alta morbi-mortalidad operatoria (11, 13)
~   Terapias alternativas. Estas nuevos tratamientos consisten en combinar técnicas de destrucción de la mucosa, con una supresión ácida profunda obtenida farmacológicamente o por cirugía anti-RGE (2).
     Diversas técnicas de terapia ablativa endoscópica (TAE) se han empleado para tratar el EB. La hipótesis actual es que la eliminación de la mucosa metaplásica, acompañada de un intenso bloqueo de la secreción de ácido, promovería la reepitelialización a partir de epitelio escamoso normal. Si bien existen reportes que demuestran la reepitelialización escamosa luego de la TAE, también está documentada la persistencia de focos de metaplasia columnar por debajo del epitelio escamoso, e incluso la aparición de Adenocarcinoma luego de la TAE. Los resultados globales a largo plazo son difíciles de evaluar debido a la diversidad de técnicas empleadas (que incluyen láser Nd: YAG, láser argón, electrocoagulación multipolar y la terapia fotodinámica)(7) así como por la falta de seguimiento prolongado. Actualmente la TAE debe ser considerada dentro de protocolos de investigación, incluyendo especialmente pacientes con displasia y de alto riesgo quirúrgico o que rechacen la cirugía (7, 9).
     La pauta recomendada para cualquiera de los métodos de ablasión de la mucosa, es que en cada una de las sesiones, separadas por un intervalo de unas cuatro semanas, se actúe sobre la mitad de la circunferencia del esófago y se destruya un área no mayor de 5 centímetros cuadrados cada vez. Para conseguir la regresión total o parcial del EB, cualquiera de las técnicas de ablasión de la mucosa, como ya se mencionó, debe ir acompañada de una intensa supresión del ácido gástrico, para lo cual se necesitan altas dosis de inhibidores de la bomba de protones ó se puede recurrir a la realización de una buena cirugía anti-RGE (2).
     Aunque puede variar su porcentaje en relación a la técnica empleada, los efectos secundarios o complicaciones, pueden ser las mismas en todos los métodos. Son frecuentes la odinofagia y el dolor torácico después de cada sesión, en general transitorios y que desaparecen espontáneamente. Aproximada-mente en un 5% de los casos en que se usa la electrocoagulación multipolar, se da la complicación hemorrágica, que también cede espontáneamente en la gran mayoría de los casos. Después de la terapéutica fotodinámica, la complicación estenótica supone alrededor del 50%, teniendo que recurrir a la dilatación endoscópica en algunos casos. La perforación de la pared esofágica es una complicación excepcional, que puede producirse por profundizar excesivamente durante la destrucción térmica o mecánica de la mucosa.(2)
     Además, cualquiera de las TAE suponen una terapéutica local, por lo que estas técnicas están limitadas a tratar procesos locales, por lo tanto, es cuestionable su utilidad para el tratamiento de la displasia severa y, sobre todo, del cáncer precoz, cuyo avance en profundidad no podemos evaluar.(2, 13)
     Como ya mencionamos, es que en casi todas las TAE utilizadas, se han descrito islotes de metaplasia intestinal residual en pacientes en los que se ha producido la reepitelialización de su Barret por epitelio escamoso, bien en áreas aún no cubiertas por éste o bien por debajo del epitelio escamoso. Estas circunstancias subrayan el valor de la biopsia endoscópica y resaltan la dificultad o imposibilidad de probar endoscópicamente que se ha conseguido eliminar completamente la metaplasia intestinal y, consecuentemente, el riesgo de malignización; por lo que continúa siendo necesario el seguimiento adecuado, mediante biopsias, de estos pacientes (2, 13)

PRONOSTICO Y COMPLICACIONES
     El EB es claramente una lesión premaligna; en el cual la progresión neoplásica es escalonada y puede reconocerse morfológicamente en la secuencia metaplasia-displasia-cáncer (4, 9, 12).
     La complicación más grave del EB es el Adenocarcinoma Esofágico, que tiene una frecuencia anual de aproximadamente 0,5 a 1%, representando un riesgo de entre 30 y 125 veces mayor que en la población sin EB (4, 8-10, 12).
     Este incremento de riesgo se da principalmente en aquellos pacientes en los que el epitelio metaplásico es de tipo columnar especializado, siendo para algunos, el único epitelio sobre el cual se desarrolla el cáncer. Como ya se mencionó, felizmente sólo el 3-5% de los pacientes con RGE tienen EB con metaplasia intestinal (14); pero cuidado porque más del 90% de los adenocarcinomas que se desarrollan en un EB se originan en una metaplasia intestinal. (1)
     Los últimos estudios dan cuenta de que el Adenocarcinoma Esofágico ha aumentado sustancialmente en los últimos años, mientras disminuye la frecuencia de Carcinoma Epidermoide de Esófago (3, 4, 7, 9).
     En USA y también en Chile, las investigaciones muestran una proporción creciente de adenocarcinomas gástricos que se localizan en la región cardial. La histología del Adenocarcinoma cardial es similar a la del Adenocarcinoma esofágico y su frecuencia también va en aumento. Se ha postulado que estos dos cánceres constituyen una sola entidad, ambos relacionados con RGE y EB (3, 9).
     La detección de displasia en el epitelio columnar intestinal constituye el único marcador de mayor riesgo de malignización en pacientes con EB; y esta no es reconocible endoscópicamente, por lo que es necesario realizar biopsias sistemáticas de la mucosa metaplásica. El uso de marcadores biológicos de proliferación celular y la detección de alteraciones en oncogenes y genes supresores de tumor en áreas de mucosa metaplásica, constituyen herramientas de detección precoz que deberán mostrar su utilidad en el futuro cercano (9).
     Lamentablemente, la terapéutica farmacológica y la cirugía sólo consiguen la regresión del EB en un porcentaje mínimo de pacientes, que oscila alrededor del 3%; y en cuanto a frenar la progresión de la metaplasia a displasia y a Adenocarcinoma, los estudios muestran resultados contradictorios.(1, 2)
     Por otra parte, el tratamiento médico, administrado por largo tiempo y a las altas dosis requeridas, pueden desencadenar efectos adversos importantes; y la cirugía se acompaña de una significativa morbi-motalidad y más aún en estos pacientes que suelen ser de edad avanzada y en los que, con frecuencia, coexisten otras alteraciones patológicas que contraindican la intervención quirúrgica.
     Teniendo en cuenta estos fundamentos es que se han buscado técnicas alternativas como las terapéuticas ablativas endoscópicas (TAE), las que ya se han descripto y como hemos señalado no están exentas de limitaciones, y de las que se requieren estudios a largo plazo que evalúen su verdadera efectividad.(10)
     Es claro entonces, que el pronóstico de los pacientes es bastante sombrío, y que no lo cambiaremos si no modificamos nuestra estrategia en la vigilancia de los pacientes con EB, intentando el reconocimiento precoz de los cambios neoplásicos para poder ofrecer a los pacientes un tratamiento eficaz

CONCLUSIONES
     Al elegir desarrollar este tema en la monografía, se ha intentado profundizar en como se puede llegar a un diagnóstico precoz, a un tratamiento oportuno del EB y además, en como lograr un seguimiento adecuado, vigilando la probable progresión a Adenocarcinoma de esta patología. Esto no ha resultado tarea fácil debido a que aún falta llegar a un consenso en unos cuantos puntos, especialmente acerca del tratamiento y del seguimiento de los pacientes con EB.
     La forma de llegar a un diagnóstico precoz del EB ha quedado clara, recurriendo obviamente a la endoscopía con toma de biopsias en los pacientes con ERGE.
     En teoría, el seguimiento del EB debería determinar un diagnóstico de cáncer más temprano y una sobrevida más larga posterior al mismo. Sin embargo, la evidencia muestra que en la práctica esto no se cumple. Por este motivo se ha transcripto la clasificación en grupos de riesgo de cáncer, extraída del artículo del Dr J. F. Cucarella, ya que podría representar una forma de lograr un seguimiento sistematizado de los pacientes, mejorando así la relación costo-beneficio.
     En cuanto al tratamiento, se han nombrado diferentes alternativas, pero sería razonable continuar las investigaciones para de esta manera brindar al paciente mejores perspectivas de curación.
     Ha llamado la atención la poca información hallada acerca de la prevención primaria del EB, lo que resulta paradojal y que se cree, se debería insistir en este tópico de manera enérgica, ya que la prevención secundaria o tratamiento del EB no muestra resultados convincentes.
     Por último se adjunta esta figura, que ilustra la difícil tarea de explicar esta patología con claridad al paciente, pero no olvidemos que esta es nuestra obligación.

“Si yo tengo el Esófago del Sr Barret, entonces ¿quién tiene el mío? (Extraído del Art. del Dr Heading. Medwave) (5)

BIBLIOGRAFIA
1.     Badaloni AE. Enfermedad por reflujo gastroesofágico. En: Ferraina P, Oria A, ed. Cirugía de Mitchans, Vol 1. 5ª edición. Buenos Aires, Argentina. Editorial El Ateneo. 392-399.
2.     Cucarella JF. Esófago de Barret. Gaceta de la sociedad española de patología digestiva [en línea] 1999. [fecha de acceso 10 de noviembre de 2004] . URL. Disponible en:http://www.sepd.org/fcontinuada/fcjul99.htm 
3.     Beers MH. Trastornos del esófago. Cáncer esofágico. En: El Manual Merck, 17ª edición. Edición electrónica en CD-ROM. Madrid, España: Ediciones Harcourt: 1999; sección 3, cap 20.
4.     McGarrity TJ. Barret`s esophagus: the continuing conundrum. Surveillance should be confined to the surgically fit. BJM 2000; 321: 1238-1239
5.     Heading R. ¿Es el seguimiento endoscópico del esófago de Barret una pérdida de tiempo y esfuerzo? XXX Congreso Chileno de Gastroenterología. Medwave. Año 4. Nº 2. [en línea] Edición Marzo 2004. [fecha de acceso 28 de diciembre de 2004]. URL. Disponible en:  http://www.medwave.cl/congresos/Gastro2003/1/2.act
6.     Murra Saca JA. Esófago de Barret. Atlas de Video Endoscopia Gastrointestinal de El Salvador.[en línea] 2004 [fecha de acceso 10 de noviembre de 2004] . URL.  Disponible en:http://www.gastrointestinalatlas.com/Espanol/Esofago/Esofago_de_Barrett/esofago_de_barrett.html
7.     Ayre AM, Benitez Fernandez A, Cocco JE, y col. Tratamiento del cáncer de esófago: revisión. Revista de Postgrado de la VI Cátedra de Medicina [en línea] 2003 [fecha de acceso: 15 de enero de 2005]; 126: 37-41. URL. Disponible en: http://med.unne.edu.ar/revista/revista126/tratamiento.htm
8.     Crawford JM. El tracto gastrointestinal. Esófago de Barret. En: Cotran, Kumar, Robbins, ed. Patología Estructural y Funcional. 5ª edición. Madrid, España: Ediciones McGraw-Hill-Interamericana. 845
9.     Rodriguez A. Esófago de Barret. Boletín de la Escuela de Medicina. Universidad Católica de Chile. [en línea] 1998 [fecha de acceso: 28 de diciembre de 2004] Vol 27. Nº 1. 1998. URL. Disponiblehttp://escuela.med.puc.cl/publ/Boletin/Etica/EsofagoBarret.html
10.  Mcquaid KR. Aparato digestivo; Trastornos esofágicos inflamatorios. En: Tierney LM Jr, McPhee SJ , Papadakis MA, ed. Diagnóstico Clínico y Tratamiento, 2002. 37ª edición. México: Editorial El Manual Moderno: 2002. 585-590.
11.  Bixquert Jiménez M, Mearin Manrique F, Pera Roman M. Enfermedades del esófago. Enfermedad por reflujo gastroesofágico. En: Farreras, Rozman, ed. Medicina interna. 14ª edición. Edición electrónica en CD-ROM.  Madrid, España: Ediciones Harcourt: 2000; sección 2, parte 1, cap 20
12.  Vadra JE. Esofagitis por reflujo. Revista de la Asociación Médica Argentina 1994; 107: 34-35
13.  Spechler SJ. Barret`s esophagus. NEJM 2002; 346: 836-842
14.  Murray L, Wtson P, Johnston B, “et al”. Risk of adenocarcinoma in Barret`s esophagus: population based study. BJM 2003; 327:534-535

CÁNCER DE CUELLO DE ÚTERO


¿Qué es el cáncer?

El cuerpo está compuesto por billones de células vivas. Las células normales del cuerpo
crecen, se dividen y mueren de manera ordenada. Durante los primeros años de vida de
una persona, las células normales se dividen más rápidamente para facilitar el
crecimiento de la persona. Una vez se llega a la edad adulta, la mayoría de las células
sólo se dividen para reemplazar las células desgastadas o las que están muriendo y para
reparar lesiones.
El cáncer se origina cuando las células en alguna parte del organismo comienzan a crecer
de manera descontrolada. Existen muchos tipos de cáncer, pero todos comienzan debido
al crecimiento sin control de células anormales.
El crecimiento de las células cancerosas es diferente al crecimiento de las células
normales. En lugar de morir, las células cancerosas continúan creciendo y forman nuevas
células anormales. Las células cancerosas pueden también invadir o propagarse a otros
tejidos, algo que las células normales no pueden hacer. El hecho de que crezcan sin
control e invadan otros tejidos es lo que hace que una célula sea cancerosa.
Las células se transforman en células cancerosas debido una alteración en el ADN. El
ADN se encuentra en cada célula y dirige todas sus actividades. En una célula normal,
cuando el ADN se afecta, la célula repara el daño o muere. Por el contrario, en las células
cancerosas el ADN dañado no se repara, y la célula no muere como debería. En lugar de
esto, la célula continúa produciendo nuevas células que el cuerpo no necesita. Todas estas
células nuevas tendrán el mismo ADN alterado que tuvo la primera célula.
Las personas pueden heredar un ADN dañado, pero la mayoría de las alteraciones del
ADN son causadas por errores que ocurren mientras la célula normal se está
reproduciendo o por algún otro factor del ambiente. Algunas veces, la causa del daño al
ADN es algo obvio, como el fumar cigarrillos. No obstante, es frecuente que no se
encuentre una causa clara.
En la mayoría de los casos, las células cancerosas forman un tumor. Algunos tipos de
cáncer, como la leucemia, rara vez forman tumores. En su lugar, estas células cancerosas
afectan la sangre, así como los órganos hematopoyéticos (productores de sangre) y
circulan a través de otros tejidos en los cuales crecen.
Las células cancerosas a menudo se trasladan a otras partes del organismo donde
comienzan a crecer y a formar nuevos tumores que reemplazan al tejido normal. A este
proceso se le conoce como metástasis. Ocurre cuando las células cancerosas entran al
torrente sanguíneo o a los vasos linfáticos de nuestro organismo.
Independientemente del lugar hacia el cual se propague el cáncer, siempre se le da el
nombre del lugar donde se originó. Por ejemplo, el cáncer de seno que se propagó al
hígado sigue siendo cáncer de seno y no cáncer de hígado. Asimismo, al cáncer de
próstata que se propagó a los huesos se le llama cáncer de próstata metastásico y no
cáncer de huesos.
Los diferentes tipos de cáncer se pueden comportar de manera muy distinta. Por ejemplo,
el cáncer de pulmón y el cáncer de seno son dos enfermedades muy diferentes. Crecen a
velocidades distintas y responden a distintos tratamientos. Por esta razón, las personas
con cáncer necesitan un tratamiento que sea específico a la clase particular del cáncer que
les afecta.
No todos los tumores son cancerosos. A los tumores que no son cancerosos se les llama
tumores benignos. Los tumores benignos pueden causar problemas, ya que pueden crecer
mucho y ocasionar presión en los tejidos y órganos sanos. Sin embargo, estos tumores no
pueden crecer hacia otros tejidos o invadirlos. Debido a que no pueden invadir otros
tejidos, tampoco se pueden propagar a otras partes del cuerpo (hacer metástasis). Estos
tumores casi nunca ponen en riesgo la vida de una persona.

¿Qué es el cáncer de cuello uterino?

El cuello del útero es la parte inferior del útero (la matriz). Algunas veces se le llama
cuello uterino. El cuerpo del útero (parte superior) es el lugar donde se desarrolla un
bebé. El cuello uterino conecta el cuerpo del útero con la vagina (el canal por donde nace
el bebé). La parte del cuello uterino más cercana al cuerpo del útero se llama endocérvix.
La parte próxima a la vagina, es el exocérvix (o ectocérvix). Los dos tipos principales de
células que cubren el cuello del útero son las células escamosas (en la exocérvix) y las
células glandulares (en la endocérvix). El lugar donde estos dos tipos de células se unen
se llama zona de transformación, donde se origina la mayoría de los cánceres de cuello
uterino.
La mayoría de los cánceres de cuello uterino se originan en el revestimiento de las células
del cuello uterino. Estas células no se tornan en cáncer de repente, sino que las células
normales del cuello uterino primero se transforman gradualmente en cambios
precancerosos, los cuales se convierten en cáncer. Los doctores usan varios términos para
describir estos cambios precancerosos, incluyendo neoplasia intraepitelial cervical (CIN,
por sus siglas en inglés), lesión intraepitelial escamosa (SIL, por sus siglas en inglés) y
displasia. Estos cambios se pueden detectar mediante la prueba de Papanicolaou y se
pueden tratar para prevenir el desarrollo de cáncer “¿Se puede prevenir el cáncer de
cuello uterino?”).
El cáncer de cuello uterino (también conocido como cáncer cervical), al igual que los
cambios precancerosos, se clasifica de acuerdo con el aspecto que presenta bajo el
microscopio. Existen dos tipos principales de cáncer de cuello uterino: el carcinoma de
células escamosas y el adenocarcinoma. Aproximadamente un 80% a 90% de los
cánceres de cuello uterino son carcinomas de células escamosas. Estos cánceres se
originan en las células escamosas que cubren la superficie de la exocérvix. Cuando se
examina con un microscopio, este tipo de cáncer está compuesto por células parecidas a
las células escamosas. Los carcinomas de células escamosas se originan con mayor
frecuencia donde la exocérvix se une a la endocérvix.
La mayoría de los otros cánceres cervicales son adenocarcinomas. Tal parece que los
adenocarcinomas cervicales se han vuelto más comunes en los pasados 20 a 30 años El
adenocarcinoma cervical se origina a partir de las células de las glándulas productoras de
mucosidad de la endocérvix. Con menor frecuencia, el cáncer de cuello uterino tiene
características tanto de los carcinomas de células escamosas como de los
adenocarcinomas. Estos tumores se llaman carcinomas adenoescamosos o carcinomas
mixtos.
Aunque los cánceres cervicales se originan de células con cambios precancerosos
(precánceres), sólo algunas de las mujeres con precánceres de cuello uterino padecerán
cáncer. El cambio de precáncer cervical a cáncer cervical usualmente toma varios años,
aunque puede ocurrir en menos de un año. En la mayoría de las mujeres, las células
precancerosas desaparecerán sin tratamiento alguno. Aun así, en algunas mujeres los
precánceres se convierten en cánceres verdaderos (invasivo). El tratamiento de todos los
precánceres puede prevenir casi todos los cánceres verdaderos. Los cambios
precancerosos y los tipos específicos de tratamiento contra los precánceres se tratan en
las secciones “¿Cómo se diagnostican los cánceres y los precánceres de cuello uterino?”
y “Tratamiento de los precánceres y otros resultados anormales de la prueba de
Papanicolaou".
Los cambios precancerosos se separan en diferentes categorías según la forma en que se
ven las células del cuello uterino bajo el microscopio. Estas categorías se discuten en la
sección “¿Cómo se diagnostican los cánceres y los precánceres de cuello uterino?”.
Aunque casi todos los cánceres de cuello uterino son carcinomas de células escamosas o
adenocarcinomas, otros tipos de cáncer también se pueden desarrollar en el cuello
uterino. Estos otros tipos, tal como melanoma, sarcoma y linfoma, ocurren con más
frecuencia en otras partes del cuerpo.
Este documento trata los tipos de cánceres de cuello uterino más comunes, y en
adelante no se provee más información sobre estos tipos poco comunes.

¿Qué indican las estadísticas clave sobre el
cáncer de cuello uterino?

En los Estados Unidos, los cálculos más reciente de la Sociedad Americana Contra El
Cáncer indican lo siguiente en cuanto al cáncer de cuello uterino para el 2012:
· Alrededor de 12,170 nuevos casos de cáncer invasivo del cuello uterino serán
diagnosticados.
· Alrededor de 4,220 mujeres morirán de cáncer de cuello uterino.
Algunos investigadores calculan que el cáncer no invasivo del cuello uterino (carcinoma
in situ) ocurre cuatro veces con más frecuencia que el cáncer invasivo del cuello uterino.
El cáncer de cuello uterino fue en un tiempo una de las causas más comunes de muerte
por cáncer entre las mujeres en los Estados Unidos. Luego, la tasa de mortalidad del
cáncer de cuello uterino se redujo en casi 70% entre 1955 y 1992. La razón principal de
este cambio fue el aumento en el uso de la prueba de Papanicolaou. Este procedimiento
de detección puede encontrar cambios en el cuello uterino antes de que se origine un
cáncer. Además, puede detectar el cáncer cervical temprano cuando está en la etapa más
curable. La tasa de mortalidad del cáncer de cuello uterino continuó bajando hasta el
2003. Desde entonces ha permanecido estable en las mujeres de raza blanca, pero ha
bajado en las mujeres de raza negra.
Por otro lado, el cáncer de cuello uterino tiende a ocurrir en la mediana edad. La mayoría
de los casos se encuentran en mujeres menores de 50 años, aunque resulta poco común en
mujeres menores de 20 años. Muchas mujeres de edad avanzada no se dan cuenta que el
riesgo de cáncer de cuello uterino aún existe a medida que envejecen. Más del 20% de los
casos de cáncer de cuello uterino se detectan en mujeres que tienen más de 65 años. Sin
embargo, estos cánceres ocurren en pocas ocasiones en mujeres que se han estado
haciendo pruebas regulares para detectar el cáncer de cuello uterino antes de cumplir los
65 años. Consulte la sección “¿Se puede prevenir el cáncer de cuello uterino?” para más
información específica sobre las recomendaciones vigentes de detección de la Sociedad
Americana Contra El Cáncer.
En los Estados Unidos, las mujeres hispanas tienen más probabilidad de padecer cáncer
de cuello uterino, seguidas de las mujeres de raza negra, las asiáticas y las isleñas del
Pacífico, y las mujeres de raza blanca. Las indias americanas y las mujeres oriundas de
Alaska tienen el menor riesgo de cáncer de cuello uterino en el país.

¿Cuáles son los factores de riesgo del
cáncer de cuello uterino?

Un factor de riesgo es aquel que aumenta las probabilidades de que padezca una
enfermedad como lo es el cáncer. Los distintos tipos de cáncer tienen distintos factores de
riesgo. Por ejemplo, la exposición de la piel a la luz solar intensa es un factor de riesgo
para el cáncer de piel. Asimismo, el hábito de fumar es un factor de riesgo para muchos
tipos de cáncer. Pero tener uno o incluso varios factores de riesgo no significa que usted
padecerá la enfermedad.
Varios factores de riesgo aumentan su probabilidad de padecer cáncer de cuello uterino.
Las mujeres sin estos factores de riesgo raramente padecen dicha enfermedad. Aunque
estos factores de riesgo aumentan las probabilidades de padecer cáncer de cuello uterino,
muchas mujeres que los tienen, no lo padecen. Cuando una mujer tiene cáncer de cuello
uterino o cambios precancerosos, puede que no sea posible decir con seguridad que un
factor de riesgo en particular haya sido la causa.
Al considerar estos factores de riesgo, es útil enfocarse en los que se pueden cambiar o
evitar (tales como fumar o una infección con el virus del papiloma humano), en vez de
enfocarse en los que no se pueden (tales como su edad y antecedentes familiares). Sin
embargo, sigue siendo vital conocer los factores de riesgo que no se pueden cambiar ya
que resulta aún más importante para las mujeres que tienen estos factores hacerse la
prueba de Papanicolaou para detectar el cáncer de cuello uterino en las primeras etapas.
Los factores de riesgo del cáncer de cuello uterino incluyen:

Infección por el virus del papiloma humano

El factor de riesgo más importante para el cáncer de cuello uterino es la infección con el
virus del papiloma humano (VPH o HPV, por sus siglas en inglés). El VPH es un grupo
de más de 100 virus relacionados, algunos de los cuales causa un tipo de crecimiento
llamado papiloma, lo que se conoce más comúnmente como verrugas. El VPH puede
infectar a las células de la superficie de la piel, los genitales, el ano, la boca y la garganta,
pero no puede infectar la sangre o la mayoría de los órganos más internos, tal como el
corazón o los pulmones.
Los diferentes tipos de VPH causan verrugas en diferentes partes del cuerpo. Algunos
tipos causan verrugas comunes en las manos y los pies; otros tipos tienden a causar
verrugas en los labios o la lengua. Otros tipos de VPH pueden causar verrugas en o
alrededor de los órganos genitales femeninos y masculinos, así como el área del ano.
Estas verrugas pueden ser apenas visibles o pueden tener varias pulgadas de diámetro. Se
conocen como verrugas genitales o condiloma acuminado. Los dos tipos de VPH que
causan la mayoría de los casos de verrugas genitales son el VPH 6 y el VPH 11, a los
cuales se les llama tipos de VPH de bajo riesgo porque rara vez están vinculados con
cáncer.
A ciertos tipos de VPH se les llama tipos de alto riesgo porque están fuertemente
vinculados con cánceres, incluyendo cáncer de cuello uterino, vulva y vagina en mujeres,
cáncer de pene en los hombres, y cáncer anal y oral tanto en hombres como en mujeres.
De hecho, los médicos creen que una mujer tiene que estar infectada con VPH antes de
desarrollar cáncer de cuello uterino. Los tipos de alto riesgo incluyen VPH 16, VPH 18,
VPH 31, VPH 33 y VPH 45, entre otros. Alrededor de dos tercios de todos los cánceres
de cuello uterino son causados por VPH 16 y 18.
La infección por VPH es común, y en la mayoría de las personas el organismo es capaz
de eliminarla por sí mismo. Algunas veces, sin embargo, la infección no desaparece y se
torna crónica. Una infección crónica, especialmente cuando es causada por ciertos tipos
de VPH de alto riesgo, puede eventualmente causar ciertos cánceres, como el cáncer de
cuello uterino.
Aunque el VPH se puede propagar durante la relación sexual, que incluye el contacto
vaginal, el anal y el sexo oral, no tiene que ocurrir el acto sexual para que la infección se
propague. Todo lo que se requiere para trasmitir del virus de una persona a otra es el
contacto de piel a piel con un área del cuerpo infectada por VPH. Las infecciones con
VPH parecen poder propagarse de una parte del cuerpo a otra (por ejemplo, la infección
puede iniciarse en el cuello uterino y luego pasarse a la vagina). La única manera de
prevenir verdaderamente que estas áreas se infecten con VPH podría ser evitar
completamente el contacto de esas áreas de su cuerpo que se pueden infectar con el VPH
(como la boca, el ano, y los genitales) con aquellas de otra persona.
La prueba de Papanicolaou detecta cambios en las células cervicales causados por la
infección con el VPH. Otras pruebas detectan infecciones en sí mediante la búsqueda de
genes (ADN) del VPH en las células. Para algunas mujeres, la prueba de VPH se usa
junto con la prueba de Papanicolaou como parte de la detección. La prueba de VPH
también se puede usar para ayudar a decidir qué hacer cuando los resultados de una
prueba de Papanicolaou en una mujer son ligeramente anormales. Si la prueba encuentra
a un tipo de VPH de alto riesgo, esto pudiera significar que ella necesitará una evaluación
completa con un procedimiento de colposcopia.
Aunque actualmente no hay cura para la infección con el VPH, existen maneras de tratar
las verrugas y el crecimiento celular anormal que causa el VPH.
Para más información sobre cómo prevenir la infección con VPH, consulte la sección
“Qué hacer para prevenir los precánceres” en este documento o solicite nuestro
documento Virus del Papiloma Humano (VPH), cáncer y la vacuna contra el VPH –
Preguntas frecuentes.

Tabaquismo

Las fumadoras tienen aproximadamente el doble de probabilidades respecto a las no
fumadoras de padecer cáncer de cuello uterino. Fumar expone al cuerpo a numerosas
sustancias químicas cancerígenas que afectan otros órganos, además de los pulmones.
Estas sustancias dañinas son absorbidas a través de los pulmones y conducidas al torrente
sanguíneo por todo el cuerpo. Se han detectado subproductos del tabaco en la mucosidad
cervical de mujeres fumadoras. Los investigadores creen que estas sustancias dañan el
ADN de las células en el cuello uterino y pueden contribuir al origen del cáncer de cuello
uterino. Además, fumar hace que el sistema inmunológico sea menos eficaz en combatir
las infecciones con VPH.

Inmunosupresión

El virus de inmunodeficiencia humana (VIH o HIV, en inglés), el virus que causa el sida
(AIDS), causa daño al sistema inmunológico del cuerpo y ocasiona que las mujeres estén
en un mayor riesgo de infecciones con VPH. Esto puede explicar el riesgo aumentado de
cáncer de cuello uterino en las mujeres con AIDS. Los científicos opinan que el sistema
inmunológico es importante para destruir las células cancerosas, así como para retardar
su crecimiento y extensión. En las mujeres infectadas con VIH, un precáncer de cuello
uterino puede transformarse en un cáncer invasivo con mayor rapidez de la normal. Otro
grupo de mujeres en riesgo de cáncer de cuello uterino son aquéllas que reciben
medicamentos para suprimir sus respuestas inmunes, como aquellas mujeres que reciben
tratamiento para una enfermedad autoinmune (en la cual el sistema inmunológico ve a los
propios tejidos del cuerpo como extraños, atacándolos como haría en el caso de un
germen) o aquéllas que han tenido un trasplante de órgano.

Infección con clamidia

La clamidia es una clase relativamente común de bacteria que puede infectar el sistema
reproductor y que se contrae por contacto sexual. La infección con clamidia puede causar
inflamación de la pelvis que puede conducir a la infertilidad. Algunos estudios han
indicado que las mujeres cuyos resultados de los análisis de sangre muestran evidencia de
una infección pasada o actual con clamidia tienen mayor riesgo de cáncer de cuello
uterino que las mujeres con un análisis de sangre normal. A menudo, la infección con
clamidia no causa síntomas en las mujeres. Puede que una mujer no sepa que esté
infectada a menos que se le practique un examen de clamidia cuando se le haga su
examen pélvico.

Alimentación

Las mujeres con una alimentación con poco contenido de frutas, ensaladas y verduras
pudieran aumentar el riesgo de cáncer cervical. Además, las mujeres que tienen
sobrepeso tienen una mayor probabilidad de padecer adenocarcinoma del cuello uterino.

Píldoras anticonceptivas

Existe evidencia de que el uso de píldoras anticonceptivas por períodos prolongados
aumenta el riesgo de cáncer de cuello uterino. La investigación sugiere que el riesgo de
cáncer de cuello uterino aumenta mientras más tiempo una mujer tome las píldoras, pero
el riesgo se reduce nuevamente después de suspender las píldoras. En un estudio, el
riesgo de cáncer de cuello uterino se duplicó en las mujeres que tomaron píldoras
anticonceptivas por más de 5 años, pero el riesgo regresó a lo normal después de 10 años
de haber dejado de tomarlas.
La Sociedad Americana Contra El Cáncer opina que una mujer y su médico deben
considerar si los beneficios de usar píldoras anticonceptivas superan los riesgos
potenciales. Una mujer con múltiples parejas sexuales, independientemente de que otro
tipo de contraceptivo use, debe usar condones para reducir el riesgo de enfermedades de
transmisión sexual.

Uso de un dispositivo intrauterino

Un estudio reciente encontró que las mujeres que en algún momento han usado un
dispositivo intrauterino tenían un menor riesgo de cáncer de cuello uterino. El efecto en
el riesgo se observó incluso en mujeres que tuvieron un dispositivo intrauterino por
menos de un año, y el efecto protector permaneció después que los dispositivos fueron
removidos.
El uso de un dispositivo intrauterino también reduce el riesgo de cáncer de endometrio
(uterino). Sin embargo, los dispositivos intrauterinos presentan algunos riesgos. Una
mujer interesada en el uso de un dispositivo intrauterino debe primero hablar con su
médico sobre los riesgos y beneficios potenciales. Además, una mujer con múltiples
parejas sexuales, independientemente de qué otro tipo de contraceptivo use, debe usar
condones para reducir el riesgo de enfermedades de transmisión sexual.

Muchos embarazos completados

Las mujeres que han tenido tres o más embarazos completos tienen un riesgo aumentado
de padecer cáncer de cuello uterino. Nadie sabe realmente la razón para esto. Una teoría
consiste en que estas mujeres pudieron haber tenido relaciones sexuales (coito) sin
protección para quedar embarazadas, por lo que pudieron haber estado más expuestas al
VPH. Además, algunos estudios han indicado que los cambios hormonales durante el
embarazo podrían causar que las mujeres sean más susceptibles a infección con VPH o
crecimiento tumoral. También se cree que el sistema inmunológico de las mujeres
embarazadas pudiera estar debilitado, lo que permite la infección con VPH y crecimiento
tumoral.

Edad temprana en el primer embarazo completado

Las mujeres que tuvieron su primer embarazo completo a la edad de 17 años o menos son
casi dos veces más propensas a llegar a tener cáncer de cuello uterino posteriormente en
la vida que las que tuvieron su primer embarazo a los 25 años o más.

Pobreza

La pobreza es también un factor de riesgo para el cáncer de cuello uterino. Muchas
personas con bajos ingresos no tienen acceso fácil a servicios adecuados de atención a la
salud, incluyendo las pruebas de Papanicolaou. Esto significa que es posible que no se
hagan las pruebas de detección ni reciban tratamiento para precánceres de cuello uterino.

Dietilestilbestrol (DES)

El dietilestilbestrol (DES) es un medicamento hormonal que se suministró a algunas
mujeres para prevenir abortos espontáneos entre 1940 y 1971. Las mujeres cuyas madres
tomaron DES (cuando estaban embarazadas de ellas) presentan adenocarcinoma de
células claras de vagina o de cuello uterino con mayor frecuencia de lo que normalmente
se esperaría. Este tipo de cáncer se presenta en muy raras ocasiones en mujeres no
expuestas al DES. Existe alrededor de un caso de este tipo de cáncer en cada 1,000
mujeres cuyas madres tomaron DES durante el embarazo. Esto significa que
aproximadamente 99.9% de las "hijas del DES" no padecen estos cánceres.
El adenocarcinoma de células claras relacionado con DES es más común en la vagina que
en el cuello uterino. El riesgo parece ser mayor en mujeres cuyas madres tomaron el
medicamento durante sus primeras 16 semanas de embarazo. La edad promedio de las
mujeres al momento del diagnóstico de adenocarcinoma de células claras relacionado con
el DES es 19 años. Debido a que el uso de DES durante el embarazo fue suspendido por
la FDA en 1971, incluso las hijas más jóvenes del DES son mayores de 35 años (luego de
la edad con el riesgo más alto). Aun así, no hay una edad límite en la que estas mujeres
estén a salvo de presentar cáncer relacionado con DES. Los médicos no saben con
exactitud cuánto tiempo estas mujeres estarán en riesgo.
Las hijas del DES también pudieran tener un riesgo aumentado de padecer cánceres de
células escamosas y precánceres de cuello uterino asociados con el VPH.

Antecedentes familiares de cáncer de cuello uterino

El cáncer de cuello uterino puede presentarse con mayor frecuencia en algunas familias.
Si su madre o hermana tuvieron cáncer de cuello uterino, sus probabilidades de padecer
esta enfermedad aumentan de dos a tres veces en comparación a si nadie en la familia lo
hubiera padecido. Algunos investigadores sospechan que algunos casos de esta tendencia
familiar son causados por una condición hereditaria que hace que las mujeres sean menos
capaces de luchar contra la infección con VPH que otras. En otros casos, la mujer de la
misma familia, como una paciente que ha sido diagnosticada, puede estar más propensa a
tener uno o más de otros factores de riesgo no genéticos descritos anteriormente en esta
sección.

¿Conocemos las causas del cáncer de cuello
uterino?

En los últimos años, los científicos han progresado mucho en el conocimiento de lo que
ocurre en las células del cuello uterino cuando se origina el cáncer. Además, han
identificado varios factores de riesgo que aumentan las probabilidades de que una mujer
pueda padecer cáncer de cuello uterino (vea la sección anterior).
El desarrollo de las células humanas normales depende principalmente de la información
contenida en los cromosomas de las células. Los cromosomas son moléculas grandes de
ADN (conocido en inglés como DNA). El ADN es la estructura química que porta las
instrucciones para casi todo lo que hacen nuestras células. Por lo general nos parecemos a
nuestros padres porque ellos son la fuente de nuestro ADN. Sin embargo, el ADN afecta
algo más que nuestra apariencia externa.
Algunos genes (contenedores de nuestro ADN) tienen las instrucciones para controlar
cuándo crecen y se dividen nuestras células. Ciertos genes que promueven la división
celular se denominan oncogenes. Otros que desaceleran la división celular o hacen que
las células mueran en el momento indicado se denominan genes supresores de tumores.
Los cánceres pueden ser causados por mutaciones (defectos en los genes) del ADN que
activan a los oncogenes o desactivan a los genes supresores de tumores.
El VPH causa la producción de dos proteínas conocidas como E6 y E7. Cuando estas
proteínas son producidas, desactivan algunos genes supresores de tumores. Esto pudiera
permitir el crecimiento sin control de las células que recubren el cuello uterino, lo que en
algunos casos causará cáncer.
Sin embargo, el VPH no explica completamente qué causa el cáncer de cuello uterino. La
mayoría de las mujeres con VPH no padecen cáncer de cuello uterino, y otros factores de
riesgo (como fumar e infección con VIH) influyen en qué mujeres expuestas a VPH son
más propensas a padecer cáncer de cuello uterino.

¿Se puede prevenir el cáncer de cuello
uterino?

Debido a que la forma más común de cáncer de cuello uterino comienza con cambios
precancerosos, hay dos formas de detener el origen de esta enfermedad. La primera es al
encontrar y tratar los precánceres antes de que se tornen en verdaderos cánceres, y la
segunda es al prevenir los precánceres.

Detección de precánceres de cuello uterino

Una manera bien comprobada para prevenir el cáncer de cuello uterino consiste en
hacerse pruebas de detección para encontrar precánceres antes de que se tornen en
cánceres invasivos. La prueba de Papanicolaou y la prueba del virus de papiloma humano
(VPH) son usadas para esto. Si se encuentra un precáncer, se puede tratar al detener el
cáncer de cuello uterino antes de que realmente comience (el tratamiento se discute en la
sección “¿Cómo se tratan los cánceres y los precánceres de cuello uterino?”. La mayoría
de los casos de cáncer invasivo del cuello uterino se detecta en mujeres que no se han
hecho la prueba de Papanicolaou con regularidad.
La Sociedad Americana Contra El Cáncer recomienda las siguientes
guías para la detección temprana:
· Todas las mujeres deben comenzar las pruebas (detección) del cáncer de cuello
uterino a la edad de 21 años. Las mujeres entre los 21 y los 29 años deben hacerse la
prueba de Papanicolaou cada 3 años. La prueba del VPH no se debe usar como
prueba de detección en este grupo de edad (aunque se puede usar como parte del
seguimiento de una prueba de Papanicolaou con resultado anormal).
· A partir de los 30 años, el método preferido de detección consiste en una prueba de
Papanicolaou combinada con una prueba de VPH cada 5 años. Este método debe
continuar hasta los 65 años.
· Otra opción razonable para las mujeres de 30 a 65 años consiste en realizar solamente
la prueba de Papanicolaou cada 3 años.
· Puede que las mujeres que están en alto riesgo de cáncer de cuello uterino debido a un
sistema inmunológico suprimido (por ejemplo, debido a infección por VIH, trasplante
de órgano, o uso prolongado de esteroide) o debido a que fueron expuestas a DES en
el útero, necesiten hacerse las pruebas de detección con más frecuencia. Estas mujeres
deben seguir las recomendaciones de sus médicos.
· Las mujeres mayores de 65 años que se han hecho regularmente las pruebas de
detección en los últimos 10 años pueden dejar de hacerse las pruebas siempre y
cuando no se haya encontrado ningún precáncer grave (como CIN2 o CIN3) en los
últimos 20 años (CIN se discute en la sección sobre biopsias cervicales en “¿Cómo se
diagnostican los cánceres y los precánceres de cuello uterino?”). Las mujeres con un
historial de CIN2 o CIN3 deben continuar con las pruebas al menos 20 años después
de haber detectado la anomalía.
· Las mujeres que se hayan sometido a una histerectomía total (extirpación del útero y
del cuello uterino) pueden dejar de hacerse las pruebas (como las pruebas de
Papanicolaou y las pruebas de VPH), a menos que la histerectomía se haya hecho
como tratamiento de precáncer de cuello uterino (o cáncer). Las mujeres que hayan
tenido una histerectomía sin la extirpación del cuello uterino (una histerectomía
supracervical) deben continuar las pruebas de detección de este cáncer, según las
guías presentadas anteriormente.
· Las mujeres de cualquier edad NO tienen que hacerse las pruebas cada año mediante
cualquier método de detección.
· Las mujeres que han sido vacunadas contra el VPH deberán aún seguir estas guías.
Algunas mujeres creen que pueden dejar de hacerse las pruebas de detección una vez
dejan de tener hijos. Esto no es correcto. Estas mujeres deben aún seguir las
recomendaciones de la Sociedad Americana Contra El Cáncer.
Aunque no se deben hacer las pruebas de detección cada año, puede que las mujeres que
han presentando resultados anormales en las pruebas necesiten hacerse una prueba de
Papanicolaou de seguimiento en 6 meses o un año.
Las guías de la Sociedad Americana Contra El Cáncer para la detección temprana del
cáncer de cuello uterino no aplican a mujeres que han sido diagnosticadas con este
cáncer. Estas mujeres deben someterse a pruebas de seguimiento según lo recomiende sus
médicos.
Aunque la prueba de Papanicolaou ha tenido más éxito que ninguna otra prueba de
detección en la prevención del cáncer, ésta no es perfecta. Una de sus limitaciones es que
el análisis de las muestras de estas pruebas es realizado por los humanos, por lo que no
siempre es posible un examen preciso de cientos de miles de células en cada muestra. Los
ingenieros, científicos y doctores están trabajando en conjunto para mejorar esta prueba.
Debido a que es posible que se pasen por alto algunas anomalías (aunque las pruebas
sean examinadas en los mejores laboratorios), es recomendable hacerse esta prueba con
la frecuencia recomendada por las guías de la Sociedad Americana Contra El Cáncer.

Cómo hacer que las pruebas de Papanicolaou sean más precisas

Hay varias cosas que usted puede hacer para que su prueba de Papanicolaou sea lo más
precisa posible:
· No programe la cita médica durante el periodo menstrual. El mejor momento es al
menos 5 días después de que haya finalizado el período menstrual.
· Evite duchas vaginales 48 horas antes de la prueba.
· No tenga relaciones sexuales (coito) 48 horas antes de la prueba.
· No se aplique lavados vaginales, ni use tampones, espuma espermicida, gelatinas, u
otras cremas vaginales, humectantes, o lubricantes, o medicamentos vaginales 48
horas antes de la prueba.

Examen pélvico versus prueba de Papanicolaou

Muchas personas confunden los exámenes pélvicos con las pruebas de Papanicolaou. El
examen pélvico es parte del cuidado de salud rutinario de la mujer. Durante un examen
pélvico, el doctor examina la vulva, la vagina y el cuello uterino y palpa los órganos
reproductores, incluyendo el cuello uterino, el útero y los ovarios, y puede que haga
pruebas para detectar enfermedades de transmisión sexual.
Las pruebas de Papanicolaou se hacen a menudo durante los exámenes pélvicos, aunque
puede que se le haga un examen pélvico sin incluir una prueba de Papanicolaou. Un
examen pélvico sin una prueba de Papanicolaou no ayudará a detecta las células
anormales del cuello uterino ni el cáncer de cuello uterino en etapa inicial.
A menudo, la prueba de Papanicolaou se hace al inicio del examen pélvico, después de
colocar el espéculo. Para realizar la prueba de Papanicolaou, el médico remueve células
del cuello uterino al raspar o rozar cuidadosamente el cuello uterino con un instrumento
especial. Los exámenes pélvicos pudieran ayudar a encontrar otros tipos de cánceres y
problemas del sistema reproductor, pero sólo la prueba de Papanicolaou proveerá
información sobre el cáncer de cuello uterino en etapa inicial o precánceres.

¿Cómo se realiza una prueba de Papanicolaou?

La citología es la rama de la ciencia que trata con la estructura y la función de las células.
También se refiere a las pruebas para diagnosticar el cáncer y el precáncer mediante la
observación de las células bajo el microscopio. La prueba de Papanicolaou es un
procedimiento que se usa para la obtención de células del cuello uterino para realizar la
citología cervical.
El médico primero coloca un espéculo, instrumento de metal o plástico que mantiene la
vagina abierta, de manera que el cuello uterino pueda verse bien, dentro de la vagina.
Seguidamente se obtiene, mediante raspado ligero, una muestra de células y mucosidad
de la exocérvix (la superficie del cuello uterino cercana a la vagina) con una pequeña
espátula. Luego se inserta un pequeño cepillo o una torunda de algodón en la abertura
cervical para tomar una muestra del endocérvix (parte interior del cuello uterino más
cercana al cuerpo del útero). Entonces, las muestras de células se preparan para que se
puedan examinar con un microscopio en el laboratorio. Existen dos forman principales
para hacer esto.
Citología convencional
Un método consiste en esparcir la muestra directamente sobre laminillas de vidrio para
microscopio. Luego esta muestra se envía al laboratorio. Todas las muestras de citología
cervical fueron manejadas de esta manera por lo menos 50 años. Este método funciona
bastante bien y es relativamente económico; sin embargo, tiene algunas desventajas. Un
problema con este método es que las células frotadas en la placa quedan a veces apiladas
unas sobre otras, con lo que es difícil ver las células del fondo de la pila. Además, los
glóbulos blancos (pus), un aumento de la mucosidad, de células de hongo o de bacterias a
causa de infección o inflamación pueden esconder a las células del cuello uterino. Otro
problema con este método consiste en que las células se pueden secar si las laminillas no
son tratadas (con un preservativo) inmediatamente. Esto puede dificultar el que se
determine si algo anda mal con las células. Si no se pueden ver bien las células del cuello
uterino (debido a cualquiera de estos problemas), la prueba es menos precisa y puede que
sea necesario repetirla.
Citología basada en líquido
Otro método consiste en colocar la muestra de las células del cuello uterino en un líquido
preservativo especial (en lugar de colocarlas directamente en una laminilla). El recipiente
que contiene las células y el líquido se envía al laboratorio. Los técnicos entonces utilizan
instrumentos de laboratorio especiales para esparcir algunas de las células en el líquido
sobre las laminillas de cristal para observarlas con un microscopio. Este método se llama
citología en medio líquido, o prueba de Papanicolaou en medio líquido. El líquido ayuda
a eliminar algunas de las células de mucosidades, bacterias, levaduras y pus que hay en la
muestra. Además, permite que las células del cuello uterino se esparzan con más
uniformidad en la laminilla y evita que se sequen y se deformen. A las células que están
en el líquido se les puede realizar también una prueba de VIH. El uso de las pruebas
basadas en líquido pueden reducir la probabilidad de que la prueba de Papanicolaou sea
repetida, pero no encuentra más precánceres que la prueba de Papanicolaou regular.
También resulta más probable que la prueba basada en líquido encuentre cambios
celulares que no son precancerosos, aunque estos cambios requerirán de más exámenes,
lo que conduce a pruebas innecesarias. Este método es también más costoso que la
prueba de Papanicolaou usual.
Otra manera para mejorar la prueba de Papanicolaou es el uso de instrumentos
computarizados para localizar las células anormales en las laminillas. La Food and Drug
Administration (FDA) aprobó un instrumento para leer primero las pruebas de
Papanicolaou (en lugar de ser examinadas por un tecnólogo). Este equipo fue también
aprobado por la FDA para que reconfirme los resultados de la prueba de Papanicolaou
que fueron indicados como normales por los tecnólogos. Cualquier prueba identificada
por este instrumento como anormal sería entonces revisada por un médico o un
tecnólogo.
Aunque se esperaba que el uso de instrumentos computarizados encontrara células
anormales que los tecnólogos pudieran algunas veces pasar por alto, los estudios hasta el
momento no han encontrado una ventaja real para las pruebas automatizadas. Las
pruebas de detección automatizadas también aumentan el costo de las pruebas de
citología del cuello uterino.
Por ahora, la mejor manera para detener el cáncer de cuello uterino en etapa inicial es
asegurándose de que todas las mujeres se realicen las pruebas de acuerdo con las guías de
la Sociedad Americana Contra El Cáncer. Lamentablemente, muchas de las mujeres con
mayor riesgo de cáncer de cuello uterino no se están realizando las pruebas o se las están
realizando con una frecuencia incorrecta.

¿Cómo se informan los resultados de una prueba de Papanicolaou?

El sistema utilizado más ampliamente para describir los resultados de la prueba de
Papanicolaou es el Sistema Bethesda (TBS, por sus siglas en inglés). Desde su incursión
en 1988, este sistema ha sido revisado dos veces: primero en 1991 y recientemente en
2001. La siguiente información está basada en la versión de 2001. Las categorías
generales son:
· Negativo para lesiones intraepiteliales o cáncer,
· Anomalías de las células epiteliales, y
· Otras neoplasias malignas.
Negativo para lesiones intraepiteliales o cáncer
Esta primera categoría significa que no se detectaron signos de cáncer, cambios
precancerosos ni alguna otra anomalía significativa. Algunas muestras en esta categoría
resultan ser completamente normales. Otras puede que detecten hallazgos que no tengan
que ver con el cáncer de cuello uterino, como signos de infecciones con hongos, herpes o
Trichomonas vaginalis (un parasito microscópico), por ejemplo. En algunos casos
también pudiera haber indicios de cambios celulares reactivos, que son la forma en que
las células del cuello uterino responden a las infecciones u otras irritaciones.
Anomalías de las células epiteliales
La segunda categoría, anomalías de las células epiteliales, significa que las células que
recubren el cuello uterino o la vagina muestran cambios que pudieran ser indicativos de
cáncer o de alguna afección precancerosa. Esta categoría se divide en varios grupos para
las células escamosas y las células glandulares.
Las anomalías de las células epiteliales para las células escamosas se llaman:
Células escamosas atípicas: esta categoría incluye células escamosas atípicas de
importancia incierta (ASC-US). Este término se usa cuando existen células que lucen
anormales, pero que no es posible saber (mediante la observación de las células con un
microscopio) si la causa es infección, irritación o precáncer. La mayor parte del tiempo,
las células identificadas como ASC-US no son precancerosas. Algunos médicos
recomendarán repetir la prueba de Papanicolaou después de 6 meses. Algunos médicos
usan la prueba VPH ADN para decidir si hay que hacer una colposcopia. Si se detecta un
VPH de alto riesgo, es probable que el médico ordene una colposcopia.
Si los resultados de la prueba de Papanicolaou se identifican como ASC-H, esto significa
que se sospecha de una SIL de alto grado. Se recomienda una colposcopia.
Lesiones intraepiteliales escamosas (SIL): estas anomalías se dividen en SIL de bajo
grado y SIL de alto grado. En el SIL de bajo grado, las células son ligeramente
anormales, mientras que en el SIL de alto grado, las células son significativamente
anormales. Las SIL de alto grado tienen una tendencia menor a desaparecer sin
tratamiento que las SIL de bajo grado, y tienen una tendencia mayor a convertirse en
cáncer si no se tratan. No obstante, la mayoría de las SIL se puede curar con tratamiento
y esto evita que se origine un cáncer verdadero. Una prueba de Papanicolaou no puede
determinar por seguro si una mujer tiene un SIL de bajo grado o de alto grado.
Simplemente, coloca el resultado en una de estas categorías de anomalía. Cualquier
paciente de más de 20 años con una prueba de Papanicolaou que muestre SIL debe
hacerse una colposcopia. La necesidad de tratamiento se basa en los resultados de las
biopsias obtenidas durante la colposcopia. Debido a que la mayoría de las lesiones
intraepiteliales escamosas son positivas para VPH, las pruebas del VPH no se usan para
determinar la necesidad de una colposcopia en una mujer con SIL en una prueba de
Papanicolaou.
La prueba de Papanicolaou no se recomienda para las mujeres de 20 años o menos, pero
si se someten a esta prueba y se detecta un SIL de bajo grado, se les debe repetir la
prueba de Papanicolaou en un año. Si ellas tienen un SIL de alto grado, se recomienda
una colposcopia.
Carcinoma de células escamosas: este resultado significa que la mujer tiene mayores
probabilidades de padecer un cáncer invasivo de células escamosas. Se estarán realizando
estudios adicionales para asegurarse del diagnóstico antes de que se pueda planear el
tratamiento.
El Sistema Bethesda también describe las anomalías de las células epiteliales para las
células glandulares.
Adenocarcinoma: los cánceres de las células glandulares se reportan como
adenocarcinomas. En algunos casos, el patólogo que examina las células puede indicar si
el adenocarcinoma comenzó en el endocérvix, en el útero (endometrio) o en alguna otra
parte del cuerpo.
Células glandulares atípicas: cuando las células glandulares no lucen normales, pero
tienen características que impiden que se pueda tomar una decisión clara con respecto a si
son cancerosas, se les llama células glandulares atípicas. La paciente debe hacerse más
pruebas si el resultado de la citología de su cuello uterino muestra células glandulares
atípicas.

Prueba de VPH ADN

Como se indicó anteriormente, el factor de riesgo más importante del cáncer de cuello
uterino es la infección con VPH. Los doctores ahora cuentan con una prueba para
detectar los tipos de VPH que tienen una mayor probabilidad de causar el cáncer de
cuello uterino (tipos de alto riesgo). En esta prueba, se buscan partículas del DNA de
estos tipos de VPH en las células del cuello uterino. La manera en que se realiza la
prueba es similar a la de Papanicolaou, en cuento a cómo se obtiene la muestra, y en
algunos casos hasta se pueden hacer ambas pruebas de la misma muestra. La prueba de
VPH ADN se usa en dos situaciones diferentes:
· La prueba de VPH ADN se puede usar como prueba de detección del cáncer cervical,
en combinación con la prueba de Papanicolaou, en las mujeres de 30 años o más (vea
las guías de detección de la Sociedad Americana Contra El Cáncer discutidas
anteriormente). No reemplaza la prueba de Papanicolaou. Las mujeres entre los 20 a
29 años que están sexualmente activas tienen una gran probabilidad (en comparación
con mujeres de mayor edad) de contraer infecciones con VPH que desaparecerán por
sí solas. Para estas mujeres más jóvenes, los resultados de esta prueba no son tan
importantes y puede causar más confusión. Por esta razón, la prueba VPH ADN no se
recomienda como prueba de detección en mujeres menores de 30 años de edad. Para
más información, consulte el documento de la Sociedad Americana Contra El Cáncer
What Every Woman Should Know About Cervical Cancer and the Human Papilloma
Virus.
· La prueba de VPH ADN también se puede usar en las mujeres que obtuvieron
resultados ligeramente anormales en la prueba de Papanicolaou (ASC-US) con el fin
de determinar si es necesario que se hagan más pruebas o recibir tratamiento (vea la
próxima sección).
Pruebas de seguimiento
Si el resultado de su prueba de Papanicolaou es anormal, será necesario realizar otras
pruebas para determinar si en realidad hay un cáncer o un precáncer y para decidir qué
tratamiento (si alguno) se requiere. Estas pruebas se discuten en la sección “¿Cómo se
diagnostica el cáncer de cuello uterino?”. El tratamiento de los resultados anormales de la
prueba de Papanicolaou se discute en la sección “Tratamiento de los precánceres y otros
resultados anormales de la prueba de Papanicolaou".

Qué hacer para prevenir los precánceres

Evite estar expuesta al VPH
Debido a que el VPH es la principal causa del cáncer y precáncer de cuello uterino, evitar
la exposición al VPH podría ayudar a prevenir esta enfermedad. En las mujeres, las
infecciones por VPH ocurren principalmente en mujeres más jóvenes y son menos
comúnes en las mujeres mayores de 30 años. La razón de esto no está clara. Ciertos tipos
de conductas sexuales aumentan el riesgo de una mujer de contraer una infección genital
con el VPH, tales como:
· Tener relaciones sexuales a temprana edad.
· Tener muchas parejas sexuales.
· Tener una pareja que haya tenido muchas parejas sexuales.
· Tener relaciones sexuales con hombres no circuncidados.
Esperar hasta una mayor edad para tener relaciones sexuales puede ayudar a evitar el
VPH. También ayuda a limitar su número de parejas sexuales y a evitar las relaciones
sexuales con alguien que haya tenido muchas otras parejas sexuales. Aunque el virus con
más frecuencia se propaga entre un hombre y una mujer, la infección con VPH y el
cáncer de cuello uterino se ha visto en mujeres que sólo han tenido sexo con otras
mujeres.
El VPH no siempre causa verrugas o cualquier otro síntoma; incluso una persona
infectada con VPH puede que no presente síntomas por años. Una persona puede tener el
virus y transmitirlo sin saberlo.
Aun así, debido a que todo lo que se requiere para trasmitir el virus de una persona a otra
es el contacto de piel a piel con un área del cuerpo infectada por VPH, incluso el no haber
tenido sexo no garantiza que usted nunca será infectada con el virus. Podría ser posible
prevenir el contagio anal y genital del VPH al no permitir nunca que otra persona tenga
contacto con dichas zonas del cuerpo.
El VPH y los hombres
Para los hombres, los dos factores principales que influyen en el riesgo de infecciones
genitales con VPH son la circuncisión y el número de parejas sexuales.
Los hombres que están circuncidados (a quienes les han quitado la piel del prepucio del
pene) tienen una menor probabilidad de contagiarse o de mantener la infección por VPH.
Los hombres que no han sido circuncidados son más propensos a tener infecciones por
VPH y a transmitirlas a sus parejas. Las razones de esto no están claras. Puede deberse a
que después de la circuncisión la piel del glande (del pene) pasa por cambios que la hace
más resistente a infecciones con VPH. Otra teoría es que la superficie del prepucio (la
cual se elimina mediante la circuncisión) puede contagiarse con el VPH con mayor
facilidad. Aun así, la circuncisión no protege por completo contra el VPH; los hombres
que están circuncidados aún pueden contraer el VPH y transmitirlo a sus parejas.
El riesgo de contagiarse con el VPH está también estrechamente relacionado con el hecho
de tener muchas parejas sexuales (durante la vida de un hombre).
Los preservativos y el VPH
Los preservativos ("condones") proporcionan cierta protección contra el VPH. Los
hombres que usan condones tienen una menor probabilidad de infectarse con VPH y de
trasmitirlo a sus parejas femeninas. Un estudio encontró que cuando se usan los condones
correctamente, éstos pueden reducir la tasa de infección con VPH en mujeres
aproximadamente 70% si se usan cada vez que se tiene sexo. Una de las razones por las
que los condones no pueden ofrecer protección total es porque no pueden cubrir toda
posible área de infección con VPH del cuerpo, tal como la piel del área genital o anal. No
obstante, los condones proveen cierta protección contra el VPH, y también protegen
contra el VIH y algunas otras enfermedades de transmisión sexual. El condón (cuando se
usa por la pareja masculina) también parece ayudar a que la infección con VPH y los
precánceres desaparezcan más rápidamente.
No fume
Evitar el hábito de fumar es otra forma importante de reducir el riesgo de precáncer y
cáncer de cuello uterino.
Vacúnese
Se han estado desarrollando vacunas que pueden proteger a las mujeres contra las
infecciones del VPH. Hasta este momento, se ha estudiado una vacuna que protege contra
los tipos 6, 11, 16 y 18 del VPH (Gardasil®) y otra que protege contra los tipos 16 y 18
(Cervarix®). La FDA aprobó la vacuna Cervarix en 2009 para uso en los Estados Unidos,
mientras que la vacuna Gardasil fue aprobada en 2006 para ser usada en este país. La
vacuna Gardasil también se aprobó para prevenir el cáncer y el precáncer de ano, vagina
y vulva, así como para prevenir verrugas anales y genitales. Ambas vacunas requieren
una serie de tres inyecciones por un período de 6 meses. Por lo general, los efectos
secundarios son leves. Los más comunes son enrojecimiento breve, inflamación e
irritación en el área de la piel donde se administró la inyección. Muy pocas veces habrá
una mujer que sienta que va a desmayarse tras recibir la inyección. La vacuna Cervarix
fue aprobada para niñas y mujeres jóvenes de 10 a 25 años, mientras que la vacuna
Gardasil se aprobó para personas de ambos sexos que están entre 9 y 26 años.
En los estudios clínicos, ambas vacunas previnieron los cánceres y los precánceres de
cuello uterino causados por el tipo de VPH 16 y el 18. La vacuna Gardasil también
previno los tipos de cáncer de ano, vagina y vulva causados por estos tipos de VPH, así
como las verrugas genitales causadas por los tipos 6 y 11. La Cervarix también provee
cierta protección contra la infección y los precánceres del cuello uterino de los tipos de
VPH de alto riesgo que no sean VPH 16 y 18. También ha demostrado prevenir infección
anal con los tipos de VPH 16 y 18.
Tanto la Gardasil como la Cervarix sólo funcionan para prevenir la infección con VPH
(no tratarán una infección existente). Por esta razón, para la mayor efectividad, la vacuna
contra el VPH se debe aplicar antes de que una persona comience a tener relaciones
sexuales.
En el 2009, el Federal Advisory Committee on Immunization Practices (ACIP) publicó
recomendaciones actualizadas para la vacunación contra el VPH en niñas y mujeres
jóvenes. Este comité recomendó que la vacuna con la serie de tres inyecciones fuera
administrada de forma rutinaria a las niñas entre 11 y 12 años. Las niñas pueden también
recibir la vacuna contra el VPH a una edad tan temprana como a los 9 años a discreción
de los doctores. El ACIP también recomendó que las mujeres entre 13 y 26 años de edad
que no hayan sido vacunadas reciban las vacunas a manera de “ponerse al día”. Para la
prevención de los cánceres y los precánceres de cuello uterino, se puede usar cualquiera
de las dos vacunas: Cervarix o Gardasil. Sin embargo, el ACIP recomienda Gardasil para
la prevención de verrugas genitales, así como cánceres y precánceres de cuello uterino.
Estas vacunas se deben administrar con precaución a cualquier persona que presente
alergias graves. Las mujeres con una alergia grave al látex no deben recibir la vacuna
Cervarix, mientras que las mujeres que presenten una alergia grave a la levadura no
deben recibir la vacuna Gardasil.
Las guías de la Sociedad Americana Contra El Cáncer recomiendan que la vacuna contra
el VPH sea administrada de forma rutinaria a mujeres entre 11 y 12 años, y tan pronto
como a los 9 años de edad a discreción de los doctores. La Sociedad también recomienda
que las jóvenes de hasta 18 años de edad deben recibir las vacunas para “ponerse al día”.
El panel independiente que hace las recomendaciones a nombre de la Sociedad reportó
que no existe evidencia suficiente que muestre que “ponerse al día” con las vacunas para
toda mujer entre 19 y 26 años sea beneficioso. Como resultado, la Sociedad Americana
Contra El Cáncer recomienda que las mujeres entre 19 y 26 años consulten con sus
médicos antes de decidir si deben recibir las vacunas. Deben hablar sobre los riesgos de
exposición previa al VPH y el beneficio potencial de vacunarse antes de decidir si reciben
la vacuna. Estas vacunas también han sido estudiadas en mujeres y hombres de mayor
edad. A medida que nueva información sobre Cervarix, Gardasil y otros nuevos
productos se hace disponible, estas guías se irán actualizando.
Ambas vacunas contra el cáncer de cuello uterino son costosas (la serie completa de
vacunas cuesta alrededor de US$375 (no incluye los honorarios del doctor ni el costo de
aplicar las inyecciones). Cualquiera de las vacunas debe ser cubierta por la mayoría de
los planes de seguros médicos (si se administran según las guías del ACIP). También
debe tener cobertura por los programas gubernamentales que pagan las vacunas para
niños menores de 18 años. Debido a que las vacunas cuestan mucho, puede que quiera
verificar la cobertura con su seguro médico antes de vacunarse.
Es importante entender que ninguna vacuna provee protección completa contra todos los
tipos de VPH causantes de cáncer. Por lo tanto, las pruebas rutinarias de detección de
cáncer de cuello uterino aún siguen siendo necesarias.
Para obtener más información sobre la vacuna y el VPH, consulte nuestro documento
Virus del Papiloma Humano (VPH), cáncer y la vacuna contra el VPH – Preguntas
frecuentes.

¿Se puede detectar el cáncer de cuello
uterino en sus primeras etapas?

Por lo general, el cáncer de cuello uterino se puede encontrar temprano al hacer
regularmente la prueba de Papanicolaou (lo que se puede combinar con una prueba de
VPH). A medida que las pruebas de Papanicolaou se convirtieron en pruebas de rutina en
este país durante la mitad del pasado siglo, las lesiones preinvasivas (precánceres) del
cuello uterino se volvieron mucho más comunes que el cáncer invasivo. Estar alerta ante
cualquier señal y síntoma de cáncer de cuello uterino (consulte la sección “¿Cómo se
diagnostican los cánceres y los precánceres de cuello uterino?” también puede ayudar a
evitar retrasos innecesarios en el diagnóstico. La detección en las primeras etapas mejora
mucho las probabilidades de un tratamiento exitoso y previene que cualquier cambio en
las células del cuello uterino se convierta en canceroso.
La importancia de las pruebas para detectar el cáncer y los
cambios precancerosos del cuello uterino
El cáncer de cuello uterino es mucho más común en los países donde las mujeres no se
pueden hacer rutinariamente las pruebas de detección para este cáncer. De hecho, el
cáncer de cuello uterino es la causa principal de muerte por cáncer en las mujeres de
muchos países en vías de desarrollo. Estos casos de cáncer por lo general se diagnostican
en una etapa tardía (invasiva), en vez de en los cambios precancerosos o etapas
tempranas.
No todas las mujeres que viven en los Estados Unidos aprovechan los beneficios de las
pruebas de detección para el cáncer de cuello uterino. Aproximadamente la mitad de los
cánceres de cuello uterino diagnosticados en los Estados Unidos se encuentran en
mujeres que nunca se habían hecho pruebas para detectar esta enfermedad. Otro 10% de
los cánceres se encontró en mujeres que no se habían hecho las pruebas en los últimos 5
años. En particular, las mujeres de edad avanzada, aquellas sin seguro médico y las
mujeres que inmigraron recientemente a este país tienen menos probabilidad de hacerse
regularmente las pruebas de detección del cáncer de cuello uterino.
Apoyo financiero para mujeres de bajos ingresos
Las pruebas de detección del cáncer de seno y del cuello uterino están ahora más
accesibles para las mujeres médicamente subatendidas a través del programa National
Breast and Cervical Cancer Early Detection Program (NBCCEDP). Este programa
provee pruebas de detección temprana del cáncer de seno y el cuello uterino a un bajo
costo o gratis para las mujeres que no tienen seguro médico. También puede ayudar a
cubrir los costos de las pruebas y del tratamiento adicional, de ser necesario.
El NBCCEDP intenta llegar a tantas mujeres en comunidades médicamente subatendidas
como sea posible, incluyendo las mujeres de edad avanzada, mujeres que no tienen
seguro médico y las mujeres de grupos raciales y étnicos minoritarios. Aunque cada
estado dirige su propio programa, la oficina de Centers for Disease Control and
Prevention (CDC) provee fondos de igual cantidad y apoyo al programa de cada estado.
Este programa, ofrecido principalmente a través de organizaciones sin fines de lucro y
clínicas de salud locales, va dirigido a proveer pruebas de detección de cáncer de seno y
del cuello uterino en mujeres que no tienen acceso a servicios médicos. El Departamento
de Salud de cada estado tendrá la información sobre cómo contactar el programa más
cercano.

¿Cómo se diagnostican los cánceres y los
precánceres de cuello uterino?

Señales y síntomas del cáncer de cuello uterino
Las mujeres con cánceres de cuello uterino en etapa temprana y precánceres usualmente
no presentan síntomas. Los síntomas a menudo no comienzan sino hasta que un cáncer se
torna invasivo y crece hacia el tejido adyacente. Cuando esto ocurre, los síntomas más
comunes son:
· Sangrado vaginal anormal, tal como sangrado después de sostener relaciones sexuales
(coito vaginal), sangrado después de la menopausia, sangrado y manchado entre
periodos y periodos menstruales que duran más tiempo o con sangrado más profuso
de lo usual. También puede ocurrir sangrado después de una ducha vaginal o después
del examen pélvico.
· Una secreción vaginal inusual (la secreción puede contener algo de sangre y se puede
presentar entre sus periodos o después de la menopausia).
· Dolor durante las relaciones sexuales (coito).
Estos signos y síntomas también pueden ser causados por otras condiciones que no son
cáncer de cuello uterino. Por ejemplo, una infección puede causar dolor o sangrado. Aun
así, si usted tiene algunos de estos signos u otros síntomas sospechosos, es importante
que vea a su médico de inmediato. Ignorar los síntomas puede permitir que el cáncer
progrese a una etapa más avanzada y que se reduzcan sus probabilidades de un
tratamiento eficaz.
Lo mejor es que no espere a que aparezcan los síntomas. Hágase regularmente las
pruebas de Papanicolaou y los exámenes pélvicos.
Su médico de cabecera a menudo puede tratar los precánceres y también llevar a cabo la
colposcopia y la biopsia para diagnosticar los cánceres y los precánceres. Si existe un
diagnóstico de cáncer invasivo, su doctor le debe referir a un oncólogo ginecólogo, un
doctor que se especializa en los cánceres de sistema reproductor femenino. Algunas
pacientes también serán referidas a un oncólogo radiólogo, un médico que se especializa
en el tratamiento del cáncer con radiación.
Pruebas para mujeres con síntomas de cáncer de cuello
uterino o resultados anormales de la prueba Papanicolaou
Antecedentes médicos y examen físico
El médico primero le hará preguntas sobre sus antecedentes médicos, tanto personal
como familiar (historia clínica personal y familiar completa). Esto incluye información
relacionada con los factores de riesgo y los síntomas del cáncer de cuello uterino. Un
examen físico completo ayudará a evaluar su estado general de salud. El médico realizará
un examen pélvico y puede que ordene una prueba de Papanicolaou si aún no se ha
realizado. Además, se prestará especial atención a los ganglios linfáticos en busca de
evidencia de metástasis (propagación del cáncer).
La prueba de Papanicolaou es una prueba de detección, no de diagnóstico. Por lo tanto, el
resultado anormal de una prueba de Papanicolaou a menudo significa que será necesario
realizar otras pruebas para determinar si en realidad hay un cáncer o un precáncer. Las
pruebas que se usan incluyen un colposcopio (con biopsia) y un raspado endocervical.
Una o ambas de estas pruebas se pueden usar cuando los resultados de una prueba de
Papanicolaou se reportan como SIL o células glandulares atípicas. Si una biopsia muestra
un precáncer, los médicos toman medidas para evitar que se origine un verdadero cáncer.
El tratamiento de los resultados anormales de la prueba de Papanicolaou se discute en la
sección “Tratamiento de los precánceres y otros resultados anormales de la prueba de
Papanicolaou".
Los médicos están menos seguros sobre qué hacer cuando el resultado de una prueba de
Papanicolaou muestra células escamosas atípicas (ASC). Para decidir qué hacer, los
médicos toman en cuenta su edad, sus resultados previos de la prueba de Papanicolaou, si
tiene factores de riesgo para el cáncer de cuello uterino, si usted recuerda haberse hecho
otras pruebas de Papanicolaou en el pasado, y el tipo de resultado atípico (ASC-H o
ASC-US). Para las mujeres de al menos 21 años de edad con ASC-US, los expertos
recomiendan colposcopia, repetir una prueba de Papanicolaou en 6 meses o la prueba de
VPH ADN. Si la prueba de VPH da positivo, se debe realizar una colposcopia. Para
ASC-H, muchos médicos recomendarán colposcopia y biopsia.
Las pruebas de Papanicolaou no se recomiendan para las mujeres de 20 años o menos,
pero si se someten a la prueba y los resultados muestran ASC-US, estas mujeres
probablemente estén bajo observación sin necesidad de tratamiento.
Colposcopia
Si presenta ciertos síntomas que sugieren la presencia de un cáncer, o si la prueba de
Papanicolaou muestra células anormales, será necesario realizarle una prueba llamada
colposcopia. En este procedimiento, usted se acostará en una camilla como lo hace
cuando se hace el examen pélvico. Se coloca un espéculo en la vagina para ayudar al
médico a observar el cuello uterino. El doctor usará el colposcopio para examinar el
cuello uterino. Este instrumento, el cual permanece fuera del cuerpo, tiene lentes de
aumento como los binoculares. El colposcopio permite que el doctor vea de cerca y
claramente la superficie del cuello uterino. Por lo general, el médico aplicará a su cuello
uterino una solución diluida de ácido acético (parecida al vinagre) para que sea más fácil
ver cualquier área anormal.
La colposcopia por sí sola no causa dolor ni efectos secundarios, y puede llevarse a cabo
sin peligro incluso durante el embarazo. Al igual que la prueba de Papanicolaou, se
realiza pocas veces durante su periodo menstrual. Se hace una biopsia si se observa un
área anormal en el cuello uterino. Para una biopsia, se extirpa un pequeño fragmento de
tejido del área que luce anormal. La muestra se envía a un patólogo para que la examine
bajo el microscopio. Una biopsia es la única manera de determinar si un área anormal es
un precáncer, un cáncer o ninguno de los dos. Aunque el procedimiento de colposcopia
no es doloroso, la biopsia cervical puede causar molestias, calambres e incluso dolor en
algunas mujeres.
Biopsias cervicales
Existen varios tipos de biopsias que se utilizan para diagnosticar un cáncer o un precáncer
de cuello uterino. Si la biopsia puede extirpar completamente todo el tejido anormal, éste
puede que sea el único tratamiento necesario.
Biopsia colposcópica: para este tipo de biopsia, se examina primero el cuello uterino con
un colposcopio para detectar áreas anormales. Se utilizan unas pinzas de biopsia para
extirpar una pequeña sección (de aproximadamente 1/8 de pulgada) del área anormal en
la superficie del cuello uterino. El procedimiento de biopsia puede causar dolor de
calambres leve o dolor de breve duración y es posible que presente posteriormente un
ligero sangrado. Algunas veces, se usa un anestésico local para anestesiar el cuello
uterino antes de la biopsia.
Curetaje endocervical (raspado endocervical): algunas veces, la zona de
transformación (el área en riesgo de infección con VPH y precáncer) no se puede ver con
el colposcopio. En esa situación, se tiene que hacer algo distinto para examinar esa área y
determinar si hay cáncer. Esto significa hacer un raspado en el endocérvix al insertar un
instrumento estrecho (la cureta) en el canal endocervical (la parte del cuello uterino más
cercana al útero). La cureta se usa para raspar el interior del canal con el fin de extraer
algo del tejido que luego se envía al laboratorio para un examen. Después de este
procedimiento, las pacientes pueden sentir retorcijones y también pueden presentar algo
de sangrado.
Biopsia cónica: en este procedimiento, también conocido como conización, el doctor
extrae del cuello uterino un fragmento de tejido en forma de cono. La base del cono está
constituida por el exocérvix (la parte externa del cuello uterino), y la punta o ápice del
cono está formada por el canal endocervical. La zona de transformación (el límite entre el
exocérvix y el endocérvix) es el área del cuello uterino donde hay más probabilidad de
que los cánceres y los precánceres se originen, y está contenida dentro de la muestra de
cono. La biopsia cónica también se puede usar como tratamiento para extirpar por
completo muchos precánceres, así como tumores cancerosos en etapas muy tempranas.
Hacerse una biopsia cónica no evitará que la mayoría de las mujeres queden
embarazadas, aunque las mujeres a quienes se les extirpa una gran cantidad de tejido
mediante la biopsia pueden tener un riesgo mayor de partos prematuros.
Para las biopsias cónicas se utilizan comúnmente dos métodos: el procedimiento de
escisión electroquirúrgica con asa (LEEP, por sus siglas en inglés, o también conocido
como escisión con asa grande de la zona de transformación o LLETZ, por sus siglas en
inglés) y la biopsia cónica con bisturí frío.
· Procedimiento de escisión electroquirúrgica con asa (LEEP, LLETZ): en este
método, se extirpa el tejido con un asa de alambre delgado que se calienta mediante
corriente eléctrica y que sirve como escalpelo. Para este procedimiento se emplea
anestesia local, y puede llevarse a cabo en el consultorio del médico. Sólo requiere
unos 10 minutos. Usted podría presentar calambres ligeros durante y después del
procedimiento, y puede presentar sangrado de leve a moderado por varias semanas.
· Biopsia cónica con bisturí frío: este método utiliza un bisturí quirúrgico o un láser
en lugar de un alambre calentado para extirpar el tejido. Durante la operación, se
requiere que usted reciba anestesia (ya sea anestesia general, en la que usted está
dormida, o anestesia espinal o epidural, en la que se coloca una inyección en el área
que rodea la médula espinal para adormecer de la cintura hacia abajo). Este
procedimiento se lleva a cabo en un hospital, aunque no se requiere hospitalización.
Después del procedimiento, los calambres y algo de sangrado pueden durar algunas
semanas.
Cómo se informan los resultados de la biopsia
Los términos para reportar los resultados de las biopsias son un poco diferentes a los
utilizados por el Sistema Bethesda para reportar los resultados de la prueba de
Papanicolaou. A los cambios precancerosos se les llama neoplasia intraepitelial cervical
(CIN) en lugar de lesión intraepitelial escamosa (SIL). A la CIN se le asigna un grado del
1 al 3 según la cantidad de tejido del cuello uterino que luzca anormal en un microscopio.
En la CIN1, no hay mucho tejido que luzca anormal, y se considera el precáncer de cuello
uterino menos grave. Por otro lado, en la CIN2 se observa más tejido anormal, y en la
CIN3 la mayor parte del tejido luce anormal. La CIN3 es el precáncer más grave.
Algunas veces, se usa el término displasia en lugar de CIN. La CIN1 es lo mismo que
displasia leve, CIN2 significa displasia moderada y CIN3 incluye displasia grave y
carcinoma in situ.
Los términos para reportar los cánceres (carcinoma de células escamosas y
adenocarcinoma) son los mismos para las pruebas de Papanicolaou y las biopsias.
Pruebas de diagnóstico para mujeres con cáncer de cuello
uterino
Si una biopsia muestra que hay cáncer, su médico puede ordenar ciertas pruebas para
determinar cuánto se propagó el cáncer. Muchas de las pruebas que se describen a
continuación no son necesarias para cada paciente. La decisión de usar estas pruebas se
basa en los resultados del examen físico y la biopsia.
Cistoscopia, proctoscopia y examen bajo anestesia
Estos procedimientos se hacen con más frecuencia en mujeres que tienen tumores
grandes. Los mismos no son necesarios si el cáncer es detectado a tiempo.
En la cistoscopia se introduce en la vejiga a través de la uretra un tubo delgado con una
lente y una luz. Esto permite al médico examinar su vejiga y uretra para ver si el cáncer
está creciendo en estas áreas. Se pueden extraer muestras de biopsia durante la
cistoscopia para realizar pruebas patológicas (microscópicas). La cistoscopia se puede
hacer usando anestesia local, pero algunas pacientes pudieran requerir anestesia general.
Su médico le indicará qué esperar antes y después del procedimiento.
La proctoscopia es una inspección visual del recto a través de un tubo iluminado para
determinar si el cáncer de cuello uterino se ha propagado al recto.
Su médico también puede realizar un examen de la pelvis mientras usted está bajo los
efectos de la anestesia para determinar si el cáncer se ha propagado más allá del cuello
uterino.
Estudios por imágenes
Si su doctor encuentra que usted tiene cáncer de cuello uterino, se podrían realizar ciertos
estudios por imágenes. Éstos incluyen imágenes por resonancia magnética (MRI, por sus
siglas en inglés) y tomografía computarizada (CT, por sus siglas en inglés). Estos
estudios pueden mostrar si el cáncer se ha propagado fuera del cuello uterino.
Radiografía del tórax: se le realizará una radiografía del tórax para ver si el cáncer se ha
propagado a los pulmones. La propagación es muy poco probable a menos que el cáncer
esté muy avanzado. Si los resultados son normales, probablemente no tenga cáncer en los
pulmones.
Tomografía computarizada: la tomografía computarizada (computed tomography,
CT) es un procedimiento radiológico que produce imágenes transversales detalladas de
su cuerpo. En lugar de tomar una fotografía, como con una radiografía convencional, un
tomógrafo toma varias imágenes a medida que gira alrededor de usted. Luego una
computadora combina estas fotografías en una imagen de una sección de su cuerpo
(imagine las rebanadas que forman una barra de pan). La máquina toma muchas
imágenes de la parte de su cuerpo bajo estudio. Esta prueba puede ayudar a determinar si
su cáncer se ha propagado a los ganglios linfáticos en el abdomen y la pelvis. También se
puede usar para saber si el cáncer se ha propagado al hígado, los pulmones, o a cualquier
otro lugar en el cuerpo.
Antes del primer conjunto de imágenes, se le podrá solicitar que beba aproximadamente
entre una y dos pintas de un líquido de contraste. También es posible que le apliquen una
línea intravenosa mediante la cual se le inyecte una clase diferente de contraste. Esto
ayuda a delinear mejor estructuras en el cuerpo.
El contraste intravenoso puede causar sensación de rubor en su cuerpo (una sensación de
calor con algo de enrojecimiento en la piel). Algunas personas son alérgicas al tinte y
presentan ronchas. En raras ocasiones, se pueden presentar reacciones más graves, como
dificultad para respirar y baja presión arterial. Se le puede administrar medicamento para
prevenir y tratar las reacciones alérgicas. Así que asegúrese de informarle a su médico si
usted ha tenido alguna vez una reacción al material de contraste utilizado en las
radiografías. Además, es importante que usted le informe al médico sobre cualquier otra
reacción alérgica que tenga.
Las tomografías computarizadas toman más tiempo que las radiografías comunes. Usted
tendrá que permanecer inmóvil en una camilla mientras se realiza el procedimiento.
Además, es posible que se sienta un poco encerrado por el anillo bajo el cual permanece
acostado durante la toma de imágenes.
Algunas veces, las tomografías computarizadas se pueden usar para guiar con precisión la
aguja de una biopsia hacia un área donde se sospecha propagación del cáncer. Para este
procedimiento, denominado biopsia con aguja guiada por CT, el paciente permanece en
la mesa del tomógrafo mientras un radiólogo hace avanzar una aguja de biopsia hacia la
ubicación de la masa. Las CT se repiten hasta que los médicos están seguros de que la
aguja se encuentra en el interior de la masa. Una muestra fina de la biopsia con aguja (un
fragmento pequeño de tejido) o una muestra de núcleo de la biopsia con aguja (un tejido
delgado cilíndrico de aproximadamente media pulgada de largo y menor a un octavo de
pulgada de diámetro) es extraída y examinada bajo el microscopio.
Imágenes por resonancia magnética: en las imágenes por resonancia magnética
(magnetic resonance imaging, MRI) se utiliza ondas de radio e imanes muy potentes en
lugar de rayos X para la captura de imágenes. La energía de las ondas de radio es
absorbida y luego liberada en un patrón formado por el tipo de tejido y por determinadas
enfermedades. Una computadora traduce el patrón de las ondas de radio generado por los
tejidos en una imagen muy detallada de las partes del cuerpo. Las imágenes por
resonancia magnética no sólo producen imágenes transversales del cuerpo al igual que la
tomografía computarizada, sino que también producen secciones del largo de su cuerpo.
Los exámenes de MRI son muy útiles para examinar los tumores pélvicos. También son
útiles para encontrar el cáncer que se ha propagado al cerebro o la médula espinal.
Al igual que en la tomografía computarizada, se puede inyectar en una vena un material
de contraste, aunque con menos frecuencia. En comparación con la CT, el estudio por
MRI toma más tiempo, a menudo hasta una hora. Además, usualmente usted debe
colocarse en el interior de un tubo, lo cual restringe el movimiento y puede molestar a las
personas que padecen claustrofobia (temor a lugares cerrados). Puede que sea una opción
para algunos pacientes las máquinas de MRI especiales que son “abiertas” y que no
restringen tanto el movimiento; aunque la desventaja de estas máquinas consiste en que
posiblemente las imágenes no sean de tan buena calidad. La máquina también produce un
ruido martillante que podría ser molesto para algunas personas. En algunos centros se
proporcionan audífonos para escuchar música y bloquear estos ruidos. Un sedante suave
puede ayudar a algunas personas.
Urografía intravenosa: la urografía intravenosa (también conocido como pielograma
intravenoso o IVP) consiste en una radiografía del sistema urinario, tomada después de
inyectar un colorante especial en una vena. Este colorante es extraído del torrente
sanguíneo por los riñones y pasa por los uréteres y hasta la vejiga (los uréteres son los
conductos que conectan a los riñones con la vejiga). Esta prueba encuentra anomalías en
el tracto urinario, tales como cambios causados por la propagación del cáncer de cuello
uterino a los ganglios linfáticos de la pelvis, que pueden comprimir o bloquear un uréter.
Actualmente, este examen se usa pocas veces en la evaluación de las pacientes con
cáncer de cuello uterino. Usted podría no necesitar un pielograma intravenoso si ya se le
ha realizado una tomografía computarizada o imágenes por resonancia magnética.
Tomografía por emisión de positrones: la tomografía por emisión de positrones
(positron emission tomography, PET), utiliza glucosa (un tipo de azúcar) que contiene un
átomo radiactivo. Las células cancerosas en el cuerpo absorben grandes cantidades de
azúcares radiactivos y una cámara especial puede detectar dicha radiactividad. Este
estudio puede ayudar a ver si el cáncer se ha propagado a los ganglios linfáticos. La
tomografía por emisión de positrones también puede ser útil si su médico cree que el
cáncer se propagó, pero sin saber adónde. La PET puede ser utilizada en vez de otros
tipos de radiografías, ya que ésta examina todo el cuerpo. Algunos equipos combinan las
tomografías por computadora y las tomografías por emisión de positrones para detectar
aún mejor el tumor. Este examen se usa pocas veces en las pacientes con cáncer de cuello
uterino en etapas iniciales, aunque puede que se use para buscar enfermedades más
avanzadas.

¿Cómo se clasifica por etapas el cáncer de
cuello uterino?

La clasificación por etapas (estadios) o estadificación es el proceso de determinar hasta
dónde se ha propagado el cáncer. Se utiliza la información de los exámenes y pruebas de
diagnóstico para determinar el tamaño del tumor, hasta qué punto éste ha invadido los
tejidos dentro o alrededor del cuello uterino y la propagación a los ganglios linfáticos o a
otros órganos distantes (metástasis). Este es un proceso importante porque la etapa del
cáncer es el factor más relevante para seleccionar el plan de tratamiento adecuado.
La etapa de un cáncer no cambia con el paso del tiempo, incluso si el cáncer progresa. A
un cáncer que regresa o se propaga se le sigue conociendo por la etapa que se le asignó
cuando se encontró y diagnosticó inicialmente, sólo se agrega información sobre la
extensión actual del cáncer. Una persona mantiene la misma etapa de diagnóstico, pero se
agrega más información al diagnóstico para explicar la condición actual de la
enfermedad.
Un sistema de estadificación o clasificación por etapas es un método que utilizan los
especialistas en cáncer para resumir la extensión de la propagación de un cáncer. Los dos
sistemas utilizados para clasificar por etapas (estadios) la mayoría de los tipos de cáncer
de cuello uterino, el sistema FIGO (International Federation of Gynecology and
Obstetrics) y el sistema TNM de la AJCC (American Joint Committee on Cancer) son
muy similares. Los ginecólogos y los oncólogos ginecológicos usan el sistema FIGO,
pero el sistema AJCC se incluye en este documento para proveerle información más
completa. El sistema AJCC clasifica el cáncer de cuello uterino basándose en tres
factores: el alcance del cáncer (Tumor), si el cáncer se ha propagado a los ganglios
linfáticos (Nódulos), y si se ha propagado a órganos distantes (Metástasis). El sistema
FIGO usa la misma información. El sistema descrito a continuación es el más reciente del
AJCC, el cual entró en vigor en enero de 2010. Cualquier diferencia entre el sistema
AJCC y el sistema FIGO se explican en este texto.
Este sistema clasifica la enfermedad en etapas de 0 a IV. La clasificación por etapas o
estadificación se basa en los hallazgos clínicos en vez de los hallazgos de la cirugía. Esto
significa que la extensión de la enfermedad se evalúa por medio del examen físico del
doctor y algunas otras pruebas que se realizan en algunos casos, tales como la cistoscopia
y la proctoscopia (no se basa en los hallazgos de la cirugía).
Si se hace una cirugía, ésta puede mostrar que el cáncer se ha propagado más de lo que
los médicos pensaban al principio. Esta nueva información pudiera cambiar el plan de
tratamiento, pero no cambia la etapa de la paciente.
Extensión del tumor (T)
Tis: las células cancerosas sólo se encuentran en la superficie del cuello uterino (la capa
de las células que reviste el cuello uterino) sin crecer hacia (invadir) los tejidos más
profundos. (Tis no está incluida en el sistema FIGO).
T1: las células cancerosas han crecido desde la capa de la superficie del cuello uterino
hasta los tejidos más profundos de éste. Además, el cáncer puede estar creciendo hacia el
cuerpo del útero, aunque no ha crecido fuera del útero.
T1a: existe una cantidad muy pequeña de cáncer que sólo se puede observar con un
microscopio.
· T1a1: el área de cáncer es de menos de 3 milímetros (alrededor de 1/8 de pulgada) de
profundidad y de menos de 7 mm (alrededor de 1/4 de pulgada) de ancho.
· T1a2: el área de invasión del cáncer es de entre 3 mm y 5 mm (alrededor de 1/5 de
pulgada) de profundidad y de menos de 7 mm (alrededor de 1/4 de pulgada) de ancho.
T1b: esta etapa incluye los cánceres de etapa I que se pueden ver sin un microscopio.
Esta etapa incluye también los tumores cancerosos que se pueden ver solamente con un
microscopio y que se han propagado a más de 5 mm (alrededor de 1/5 de pulgada) de
profundidad dentro del tejido conectivo del cuello uterino o que tienen más de 7 mm de
ancho.
· T1b1: el cáncer se puede ver, pero no tiene más de 4 centímetros (alrededor de 1 3/5
de pulgada).
· T1b2: el cáncer se puede ver y tiene más de 4 centímetros.
T2: en esta etapa, el cáncer ha crecido más allá del cuello uterino y el útero, pero no se ha
propagado a las paredes de la pelvis o a la parte inferior de la vagina. Puede que el cáncer
haya crecido hacia la parte superior de la vagina.
T2a: el cáncer se ha propagado a los tejidos próximos al cuello uterino (parametrio).
· T2a1: el cáncer se puede ver, pero no tiene más de 4 centímetros (alrededor de 1 3/5
de pulgada).
· T2a2: el cáncer se puede ver y tiene más de 4 centímetros.
T2b: el cáncer se ha propagado a los tejidos adyacentes al cuello uterino (el parametrio).
T3: el cáncer se ha propagado a la parte inferior de la vagina o a las paredes pélvicas. El
cáncer puede estar bloqueando los uréteres (conductos que transportan la orina de los
riñones a la vejiga).
T3a: el cáncer se ha propagado al tercio inferior de la vagina, pero no a las paredes
pélvicas.
T3b: el cáncer ha crecido hacia las paredes de la pelvis y/o está bloqueando uno o ambos
uréteres (a esto se le llama hidronefrosis).
T4: el cáncer se propagó a la vejiga o al recto o crece fuera de la pelvis.
Propagación a los ganglios linfáticos (N)
NX: no se pueden evaluar los ganglios linfáticos cercanos.
N0: no se ha propagado a los ganglios linfáticos adyacentes.
N1: el cáncer se ha propagado a los ganglios linfáticos cercanos.
Propagación distante (M)
M0: el cáncer no se ha propagado a otros ganglios linfáticos, órganos o tejidos distantes.
M1: el cáncer se propagó a órganos distantes (como por ejemplo el hígado o los
pulmones), a los ganglios linfáticos del pecho o el cuello, y/o al peritoneo (el tejido que
cubre el interior del abdomen).
Agrupación de las etapas y etapas FIGO
Para asignar una etapa a la enfermedad, se combina la información sobre el tumor, los
ganglios linfáticos y cualquier propagación del cáncer. Este proceso se conoce como
agrupación por etapas. Las etapas se describen usando el número 0 y con números
romanos del I al IV. Algunas etapas se dividen en subetapas indicadas por letras y
números. Las etapas FIGO son las mismas que las etapas AJCC, excepto la etapa 0, que
no existe en el sistema FIGO.
Etapa 0 (Tis, N0, M0): las células cancerosas sólo se encuentran en las células de la
superficie del cuello uterino (la capa de las células que reviste el cuello uterino) sin crecer
hacia (invadir) los tejidos más profundos del cuello uterino. La etapa también se llama
carcinoma in situ (CIS), el cual es parte de neoplasia intraepitelial cervical en grado 3
(CIN3). Esta etapa no está incluida en el sistema de FIGO.
Etapa I (T1, N0, M0): en esta etapa el cáncer creció hacia (invadido) el cuello uterino,
pero no fuera del útero. El cáncer no se ha propagado a los ganglios linfáticos cercanos
(N0) ni a sitios distantes (M0).
Etapa IA (T1a, N0, M0): esta es la forma más temprana de la etapa I. Hay una cantidad
muy pequeña de cáncer que es visible solamente bajo el microscopio. El cáncer no se ha
propagado a los ganglios linfáticos cercanos (N0) ni a sitios distantes (M0).
· Etapa IA1 (T1a1, N0, M0): el cáncer es de menos de 3 milímetros (alrededor de 1/8
de pulgada) de profundidad y de menos de 7 mm (alrededor de 1/4 de pulgada) de
ancho. El cáncer no se ha propagado a los ganglios linfáticos cercanos (N0) ni a sitios
distantes (M0).
· Etapa IA2 (T1a2, N0, M0): el cáncer es de entre 3 mm y 5 mm (alrededor de 1/5 de
pulgada) de profundidad y de menos de 7 mm (alrededor de 1/4 de pulgada) de ancho.
El cáncer no se ha propagado a los ganglios linfáticos cercanos (N0) ni a sitios
distantes (M0).
Etapa IB (T1b, N0, M0): esta etapa incluye los cánceres en etapa I que se puede ver sin
un microscopio, así como cánceres que sólo se puede ver con microscopio, si se han
propagado a más de 5 mm (alrededor de 1/5 de pulgada) de profundidad dentro del tejido
conectivo del cuello uterino o que tienen más de 7 mm de ancho. Estos cánceres no se
han propagado a los ganglios linfáticos cercanos (N0) ni a sitios distantes (M0).
· Etapa IB1 (T1b1, N0, M0): el cáncer se puede ver, pero no tiene más de 4
centímetros (alrededor de 1 3/5 de pulgada). El cáncer no se propagó a los ganglios
linfáticos cercanos (N0) ni a sitios distantes (M0).
· Etapa IB2 (T1b2, N0, M0): el cáncer se puede ver y mide más de 4 centímetros. No
se ha propagado a los ganglios linfáticos cercanos (N0) ni a sitios distantes (M0).
Etapa II (T2, N0, M0): en esta etapa, el cáncer ha crecido más allá del cuello uterino y
el útero, pero no se ha propagado a las paredes de la pelvis o a la parte inferior de la
vagina.
Etapa IIA (T2a, N0, M0): el cáncer se ha propagado a los tejidos próximos al cuello
uterino (parametrio). Puede que el cáncer haya crecido hacia la parte superior de la
vagina. El cáncer no se propagó a los ganglios linfáticos cercanos (N0) ni a sitios
distantes (M0).
· Etapa IIA1 (T2a1, N0, M0): el cáncer se puede ver, pero no tiene más de 4
centímetros (alrededor de 1 3/5 de pulgada). El cáncer no se propagó a los ganglios
linfáticos cercanos (N0) ni a sitios distantes (M0).
· Etapa IIA2 (T2a2, N0, M0): el cáncer se puede ver y mide más de 4 centímetros. No
se ha propagado a los ganglios linfáticos cercanos (N0) ni a sitios distantes (M0).
Etapa IIB (T2b, N0, M0): el cáncer se ha propagado a los tejidos adyacentes al cuello
uterino (el parametrio). El cáncer no se propagó a los ganglios linfáticos cercanos (N0) ni
a sitios distantes (M0).
Etapa III (T3, N0, M0): el cáncer se ha propagado a la parte inferior de la vagina o a las
paredes pélvicas. El cáncer puede estar bloqueando los uréteres (conductos que
transportan la orina de los riñones a la vejiga). El cáncer no se propagó a los ganglios
linfáticos cercanos (N0) ni a sitios distantes (M0).
Etapa IIIA (T3a, N0, M0): el cáncer se ha propagado al tercio inferior de la vagina, pero
no a las paredes pélvicas. El cáncer no se propagó a los ganglios linfáticos cercanos (N0)
ni a sitios distantes (M0).
Etapa IIIB (T3b, N0, M0; o T1-3, N1, M0): cualquiera de lo siguiente está presente:
· El cáncer creció hacia las paredes de la pelvis y/o bloqueó uno o ambos uréteres (una
condición llamada hidronefrosis), pero no se propagó a los ganglios linfáticos ni a
sitios distantes.
O
· El cáncer se propagó a los ganglios linfáticos en la pelvis (N1), pero no a sitios
distantes (M0). El tumor puede ser de cualquier tamaño y pudo haberse propagado a
la parte inferior de la vagina o a las paredes pélvicas (T1-T3).
Etapa IV: ésta es la etapa más avanzada del cáncer de cuello uterino. El cáncer se ha
propagado a órganos adyacentes o a otras partes del cuerpo.
Etapa IVA (T4, N0, M0): el cáncer se propagó a la vejiga o al recto, que son órganos
cercanos al cuello uterino (T4). El cáncer no se propagó a los ganglios linfáticos cercanos
(N0) ni a sitios distantes (M0).
Etapa IVB (cualquier T, cualquier N, M1): el cáncer se propagó a órganos distantes
más allá del área pélvica, tales como los pulmones o el hígado.
Tasas de supervivencia por etapa
Los médicos suelen utilizar las tasas de supervivencia como una forma estándar para
hablar sobre el pronóstico de una persona. Es posible que algunos pacientes con cáncer
quieran conocer las estadísticas de supervivencia para personas en situaciones similares,
mientras que para otros las cifras pueden no ser útiles e incluso pueden no querer
conocerlas. Si usted no quiere saber las estadísticas de supervivencia, no lea los
siguientes párrafos y pase a la próxima sección.
La tasa relativa de supervivencia a 5 años se refiere al porcentaje de pacientes que viven
al menos 5 años después de que le diagnostican cáncer. Desde luego, muchas personas
viven mucho más de 5 años (y muchos se curan). Además, en estas tasas de
supervivencia se analizan las muertes de cualquier causa. Las personas con cáncer
pueden morir debido a otras causas distintas al cáncer, y estas tasas no toman esto en
consideración.
A fin de obtener tasas relativas de supervivencia a 5 años, los médicos han examinado a
personas que fueron tratadas al menos 5 años atrás. Los avances en el tratamiento desde
entonces pueden producir un pronóstico más favorable para personas que hoy día son
diagnosticadas con cáncer de cuello uterino.
Las tasas de supervivencia se basan con frecuencia en los resultados previos de un gran
número de personas que tuvieron la enfermedad; sin embargo, no pueden predecir lo que
sucederá en el caso particular de una persona. Hay muchos otros factores que puede que
afecten el pronóstico de una persona, como su estado general de salud y qué tan bien
responda al tratamiento contra el cáncer. El médico puede indicarle cómo se pueden
aplicar a su caso las cifras que están a continuación, ya que él mismo está familiarizado
con los aspectos de su situación particular.
Las cifras a continuación provienen de la base de datos nacional sobre cáncer (National
Cancer Data Base) y se basan en personas que fueron diagnosticadas entre los años 2000
y 2002.
   Etapa                        Tasa de supervivencia
                                         a 5 años
     0                                        93%
    IA                                       93%
    IB                                       80%
    IIA                                      63%
    IIB                                      58%
    IIIA                                    35%
    IIIB                                    32%
    IVA                                   16%
    IVB                                    15%

¿Cómo se trata los cánceres y los precánceres de cuello uterino?

Esta información representa los puntos de vista de los médicos y del personal de enfermería que prestan
servicio en la Junta Editorial del Banco de Datos de Información de la Sociedad Americana Contra El
Cáncer. Estos puntos de vista se basan en la interpretación que ellos hacen de los estudios publicados en
revistas médicas, así como en su propia experiencia profesional.
La información sobre tratamientos incluida en este documento no constituye una política oficial de la
Sociedad y no tiene como objetivo ofrecer asesoramiento médico que reemplace la experiencia y el juicio
de su equipo de atención médica contra el cáncer. Su objetivo es ayudar a que usted y a su familia estén
informados para tomar decisiones, conjuntamente con su médico.
Es posible que su médico tenga motivos para sugerir un plan de tratamiento distinto de estas opciones
generales de tratamiento. No dude en consultarle acerca de sus opciones.
Información general sobre tratamientos
Las opciones para tratar a cada paciente con cáncer de cuello uterino dependen de la
etapa de la enfermedad. La etapa de un cáncer describe su tamaño, la profundidad de
invasión (cuán profundamente ha crecido hacia el cuello uterino) y hasta dónde se ha
propagado.
Después de que se ha establecido la etapa de su cáncer de cuello uterino, su equipo
médico le recomendará sus opciones de tratamiento. Considere sus alternativas sin
apresuramientos. Si hay algo que no entienda, pida que se lo expliquen. Aunque la
elección del tratamiento depende en gran medida de la etapa de la enfermedad en el
momento del diagnóstico, otros factores que pueden influir en sus opciones son su edad,
estado general de salud, circunstancias individuales y preferencias. Asegúrese de que
comprenda todos los riesgos y efectos secundarios de los diferentes tratamientos antes de
tomar una decisión.
Casi siempre es buena idea buscar una segunda opinión, especialmente con médicos
experimentados en el tratamiento de cáncer de cuello uterino. Una segunda opinión puede
proporcionarle más información y le ayudará a sentir más confianza al seleccionar un
plan de tratamiento. Algunas compañías de seguro médico requieren una segunda opinión
antes de aprobar el pago de ciertos tratamientos. Casi todas pagarán por una segunda
opinión. Aun así, puede que primero usted quiera verificar su cobertura para que sepa si
tiene que pagar por la consulta.
Los tres métodos principales de tratamiento son la cirugía, la radioterapia y la
quimioterapia. Algunas veces el mejor plan de tratamiento incluye dos de estos métodos
o más. Los especialistas en cáncer que lo atienden tienen como meta su recuperación. Si
no es probable obtener una cura, la meta puede ser extirpar o destruir tanto cáncer como
sea posible para ayudarle a vivir más tiempo y a sentirse mejor. A veces el tratamiento
está dirigido a aliviar los síntomas, lo que se conoce como tratamiento paliativo.
Cirugía para cánceres y precánceres de cuello uterino
Criocirugía
Se coloca una sonda de metal enfriada con nitrógeno líquido directamente en el cuello
uterino. Esto destruye las células anormales mediante congelación. La criocirugía se usa
para tratar los precánceres de cuello uterino (etapa 0), pero no el cáncer invasivo.
Cirugía láser
Se usa un rayo láser enfocado (a través de la vagina) para vaporizar (quemar) las células
anormales o extirpar una porción pequeña de tejido para estudiarlo. La cirugía por láser
se usa para tratar los precánceres de cuello uterino (etapa 0). No se usa en el tratamiento
del cáncer invasivo.
Conización
Se extrae del cuello uterino un pedazo de tejido en forma de cono. Este procedimiento se
hace utilizando un bisturí quirúrgico o bisturí láser (biopsia cónica con bisturí frío) o
utilizando un alambre delgado calentado mediante electricidad (procedimiento
electroquirúrgico, LEEP o LEETZ) (vea la sección “¿Cómo se diagnostican los cánceres
y los precánceres de cuello uterino?” para más información). Una biopsia cónica se puede
usar para diagnosticar el cáncer antes del tratamiento adicional con cirugía o radiación.
También se puede usar como el único tratamiento en las mujeres con cáncer en etapa
temprana (etapa IA1) que quieren preservar su capacidad para tener hijos (fertilidad).
Después de la biopsia, el tejido extirpado (el cono) se examina con un microscopio. Si los
márgenes (bordes más externos) del cono contienen células cancerosas (o precáncer), se
necesitará más tratamiento para asegurarse de que todo el cáncer se removió.
Histerectomía
Esta cirugía se hace para extirpar el útero (tanto el cuerpo del útero como el cuello
uterino), pero no las estructuras próximas al útero (parametrio y ligamentos uterosacros).
La vagina ni los ganglios linfáticos de la pelvis se extirpan. Los ovarios y las trompas de
Falopio usualmente se dejan en su lugar a menos que haya alguna otra razón para
extirparlas.
Cuando se extirpa el útero a través de una incisión quirúrgica en la parte delantera del
abdomen, se le llama histerectomía abdominal. Cuando se extirpa el útero a través de la
vagina, se llama histerectomía vaginal. Al procedimiento que se emplea para extirpar el
útero mediante laparoscopia, se le llama histerectomía laparoscópica. En algunos casos,
la laparoscopia se realiza con herramientas especiales para ayudar al cirujano a que vea
mejor y con instrumentos que son controlados por el cirujano. A este procedimiento se le
llama cirugía asistida por robot.
Para todas estas operaciones se usa anestesia general o epidural (regional). El tiempo de
recuperación y hospitalización tiende a ser más corto para una histerectomía
laparoscópica o vaginal que para una histerectomía abdominal. Para una histerectomía
vaginal o laparoscópica, la hospitalización es usualmente de uno a dos días y la
recuperación demora de dos a tres semanas. Para una histerectomía abdominal se requiere
usualmente de 3 a 5 días de hospitalización, y la recuperación completa toma alrededor
de 4 a 6 semanas. Cualquier tipo de histerectomía causa esterilidad (incapacidad para
tener hijos). Normalmente no hay complicaciones, pero pudiera presentarse sangrado
excesivo, infección de la herida o daños a los sistemas urinario o intestinal.
Una histerectomía se realiza para tratar el cáncer de cuello uterino en la etapa IA1. La
operación también se realiza para algunos tumores cancerosos en la etapa 0 (carcinoma in
situ), si hay células cancerosas en los bordes de la biopsia cónica (a esto se le llama
márgenes positivos). La histerectomía también se utiliza para tratar algunas condiciones
no cancerosas. La más común de éstas es el leiomioma, un tipo de tumor benigno
conocido comúnmente como fibroma.
Impacto sexual de la histerectomía: normalmente, la histerectomía no cambia la
capacidad en una mujer de sentir placer sexual. Una mujer no necesita un útero o cuello
uterino para alcanzar un orgasmo. El área alrededor del clítoris y la membrana que
recubre la vagina permanecen tan sensitivas como antes.
Histerectomía radical
Para esta operación, el cirujano extirpa el útero junto con los tejidos contiguos al útero (el
parametrio y los ligamentos uterosacrales), así como la parte superior (alrededor de una
pulgada) de la vagina adyacente al cuello uterino. Los ovarios y las trompas de Falopio
no se extirpan a no ser que haya otra razón médica para hacerlo. Esta cirugía usualmente
se hace a través de una incisión abdominal. A menudo, también se extirpan algunos
ganglios linfáticos pélvicos (este procedimiento, conocido como disección de ganglios
linfáticos, se discute más adelante en esta sección).
Otro método quirúrgico se conoce como histerectomía vaginal radical asistida por
laparoscopia. Esta operación combina la histerectomía vaginal radical con una disección
laparoscópica de los ganglios pélvicos. La laparoscopia permite observar el interior del
abdomen y la pelvis a través de un tubo insertado dentro de una incisión quirúrgica muy
pequeña. Algunos instrumentos pequeños se pueden controlar a través del tubo,
permitiendo que el cirujano extirpe los ganglios linfáticos a través de los tubos sin hacer
una incisión grande en el abdomen. La laparoscopia también puede facilitar a los médicos
extirpar el útero, los ovarios y las trompas de Falopio a través de una incisión vaginal. La
laparoscopia también se puede usar para llevar a cabo una histerectomía radical a través
del abdomen. Los ganglios linfáticos también son extirpados. Este método se conoce
como histerectomía radical asistida por laparoscopia con linfadenectomía.
Algunas veces, la cirugía laparoscópica asistida por robot se usa para llevar a cabo
histerectomías radicales. Las ventajas consisten en menos pérdida de sangre y una estadía
más corta en el hospital después de la cirugía. Sin embargo, esta manera de tratar el
cáncer de cuello uterino sigue siendo relativamente nueva, y su papel primordial en el
tratamiento sigue bajo estudio.
En la histerectomía radical se extirpa más tejido que en la histerectomía simple, por lo
que la estadía en el hospital puede ser más larga, de 5 a 7 días. Debido a que se extirpa el
útero, esta cirugía resulta en infertilidad. Después de esta operación, muchas mujeres
presentan problemas vaciando sus vejigas porque se remueven algunos de los nervios que
conducen a la vejiga. Normalmente no hay complicaciones, pero pudiera presentarse
sangrado excesivo, infección de la herida o daños a los sistemas urinario o intestinal. Una
histerectomía radical y disección de los ganglios linfáticos pélvicos son el tratamiento
usual contra el cáncer de cuello uterino en las etapas IA2, IB, y con menos frecuencia en
la etapa IIA, especialmente en las jóvenes.
Impacto sexual de la histerectomía radical: esta cirugía no cambia la capacidad de una
mujer de sentir placer sexual. Aunque se acorta la vagina, el área alrededor del clítoris y
la membrana que recubre la vagina permanecen tan sensitivas como antes. Una mujer no
necesita un útero o cuello uterino para alcanzar un orgasmo. Cuando el cáncer ha causado
dolor o sangrado con la relación sexual, la histerectomía puede en realidad mejorar la
vida sexual de una mujer al eliminar estos síntomas.
Cervicectomía
La mayoría de las mujeres en etapa IA2 y etapa IB son tratadas con histerectomía. Otro
procedimiento, conocido como cervicectomía radical, permite a algunas de estas mujeres
ser tratadas sin perder la capacidad de tener hijos. En este procedimiento se extirpa el
cuello uterino y la parte superior de la vagina, pero no el cuerpo del útero. El cirujano
coloca una sutura "en bolsa de tabaco" para que funcione como abertura artificial del
cuello uterino dentro de la cavidad uterina. También se extirpan los ganglios linfáticos
cercanos mediante una laparoscopia, lo que puede requerir otra incisión (corte). Esta
operación se hace a través de la vagina o del abdomen.
Después de la cervicectomía, algunas mujeres pueden completar el embarazo y dar a luz
bebés saludables mediante cesárea. En un estudio, la tasa de embarazo después de 5 años
fue de más de 50%, pero el riesgo de un aborto después de esta cirugía fue mayor que el
de las mujeres normales que están saludables. El riesgo de que el cáncer reaparezca
después de este procedimiento es bajo.
Exenteración pélvica
Esta operación es más extensa y puede emplearse para tratar el cáncer de cuello uterino
recurrente. En esta cirugía, se extirpan todos los órganos y tejidos, como en la
histerectomía radical con la disección de los ganglios linfáticos pélvicos (se discute en la
próxima sección). Además, en esta operación se puede extirpar la vejiga, la vagina, el
recto y parte del colon, dependiendo del lugar dónde se propagó el cáncer.
Si se extirpa la vejiga, será necesario crear una vía para almacenar y eliminar la orina.
Esto por lo general incluye usar un segmento corto de intestino para que funcione como
una vejiga nueva. Esta nueva vejiga puede estar conectada a la pared abdominal de
manera que la orina se drene periódicamente cuando la paciente coloca un catéter en la
urostomía (una pequeña abertura), o bien se puede drenar la orina continuamente hacia
una bolsa plástica pequeña colocada en la parte delantera del abdomen.
Si se extirpa el recto y parte del colon, se necesita crear una vía nueva para eliminar el
desecho sólido. Esto se hace conectando el intestino restante a la pared abdominal de
manera que la materia fecal pueda pasar a través de una colostomía (una pequeña
abertura) a una bolsa plástica pequeña colocada en la parte delantera del abdomen.
Pudiera ser posible extirpar una parte afectada del colon (próxima al cuello uterino) y
volver a conectar el colon, de manera que no se necesiten bolsas o aditamentos externos.
Si se extirpa la vagina, se puede crear quirúrgicamente una nueva vagina con la piel, el
tejido intestinal o por medio de injertos de músculo y piel (miocutáneos).
Impacto sexual de la exenteración pélvica: la recuperación de una exenteración pélvica
total toma un largo tiempo. La mayoría de las mujeres no comienza a sentir normalidad,
sino hasta 6 meses después de la cirugía. Algunas dicen que toma entre un año o dos
ajustarse completamente.
A pesar de esto, estas mujeres pueden llevar vidas felices y productivas. Con práctica y
determinación, también pueden experimentar deseo sexual, placer y orgasmos.
Disección de los ganglios linfáticos pélvicos
El cáncer que se origina en el cuello uterino puede propagarse a los ganglios linfáticos de
la pelvis (los ganglios linfáticos son grupos de tejido del sistema inmunológico que tienen
forma de fríjol). Para saber si hay propagación a los ganglios linfáticos, el cirujano puede
que quiera extirpar algunos de estos ganglios. Este procedimiento se conoce como
disección de ganglios linfáticos o muestreo de ganglios linfáticos. Se realiza al mismo
tiempo que se hace la histerectomía (o la cervicectomía). La extirpación de ganglios
linfáticos puede derivar en problemas con el drenaje de líquido en las piernas. Esto puede
causar inflamación grave en las piernas, una condición llamada linfedema.
Radioterapia para cáncer de cuello uterino
La radioterapia usa rayos X de alta energía para destruir las células cancerosas. Estos
rayos X se pueden administrar externamente en un procedimiento que es muy parecido a
la radiografía diagnóstica. A esto se le conoce como radioterapia de haz externo. Este
tratamiento por lo general toma de 6 a 7 semanas. Para el cáncer de cuello uterino, este
tipo de radioterapia a menudo se administra junto con bajas dosis de un medicamento de
quimioterapia llamado cisplatino.
Otro tipo de radioterapia recibe el nombre de braquiterapia o terapia de radiación interna.
Para tratar el cáncer de cuello uterino en mujeres que se han sometido a una
histerectomía, se coloca el material radiactivo en un cilindro dentro de la vagina. Para
tratar a una mujer con un útero intacto, el material radiactivo se puede colocar en un
pequeño tubo de metal llamado tándem que va dentro del útero, junto con pequeños
soportes de metal redondos llamados ovoides colocados cerca del cuello uterino. A esto
algunas veces se le llama tratamiento con tándem y ovoides. En algunos cánceres, el
material radiactivo se puede colocar en agujas delgadas que se insertan directamente en el
tumor. Esto no se usa con frecuencia en el tratamiento de cáncer de cuello uterino.
Existen dos tipos principales de tratamiento: braquiterapia con baja tasa de dosis y con
alta tasa de dosis. La braquiterapia con baja tasa de dosis finaliza en sólo unos días.
Durante ese tiempo, la paciente permanece acostada en el hospital con instrumentos que
mantienen el material radiactivo en el lugar. Por otro lado, la quimioterapia en altas dosis
se administra de forma ambulatoria durante varios tratamientos. Para cada tratamiento
con dosis alta, el material radiactivo se inserta por varios minutos y luego se remueve. La
ventaja del tratamiento con alta tasa de dosis consiste en que usted no necesita
permanecer inmóvil por períodos prolongados de tiempo.
Los efectos secundarios comunes de la radioterapia incluyen cansancio, malestar
estomacal o incontinencia intestinal. Algunas personas pueden experimentar náuseas, así
como vómitos. Estos efectos secundarios tienden a empeorar cuando la quimioterapia se
combina con radiación. La radiación también puede conducir a bajos recuentos
sanguíneos, lo que causa anemia (bajos recuentos de glóbulos rojos) y leucopenia (bajos
recuentos de glóbulos blancos). Un bajo recuento en el nivel de glóbulos blancos
incrementa el riesgo de infecciones. Por lo general, el cuento sanguíneo regresa a lo
normal después de suspender la radiación. También son comunes los cambios en la piel,
pues la piel en el área tratada luce y se siente como si estuviera quemada por el sol.
La radioterapia pélvica puede causar que se forme tejido cicatricial en la vagina. El tejido
cicatricial puede causar que la vagina sea más estrecha (estenosis vaginal) o incluso más
corta, lo que ocasiona dolor durante la penetración vaginal. No obstante, una mujer puede
ayudar a evitar este problema al estirar las paredes vaginales varias veces por semana.
Aunque esto se puede hacer al sostener relaciones sexuales de tres a cuatro veces por
semana, la mayoría de las mujeres encuentran que esto es difícil de hacer durante el
tratamiento. Otra manera de estirar las paredes de la vagina consiste en usar un dilatador
vaginal (un tubo de plástico o de hule utilizado para estirar la vagina). Una mujer que
recibe radiación a la pelvis no tiene que comenzar a usar el dilatador durante las semanas
en que se administra la radiación, aunque debe de hacer esto de 2 a 4 semanas después de
finalizar el tratamiento. Debido a que puede tomar mucho tiempo ver los efectos de la
radiación, algunos expertos recomiendan usar el dilatador de forma indefinida.
La sequedad vaginal y el dolor durante las relaciones sexuales pueden ser efectos
secundarios a largo plazo de la radiación. La radiación pélvica puede afectar a los
ovarios, causando menopausia prematura. La radiación puede irritar la vejiga y puede
ocasionar problemas para orinar. Se pueden también usar estrógenos vaginales para
aliviar la sequedad vaginal y atrofia.
La radiación a la pelvis también puede debilitar los huesos, lo que causa fracturas. Las
fracturas de las caderas son las más comunes, y pueden ocurrir 2 a 4 años después de la
radiación. Se recomiendan estudios sobre la densidad ósea.
El tratamiento de los ganglios linfáticos con radiación puede derivar en problemas con el
drenaje de líquido en las piernas. Esto puede causar inflamación grave en las piernas, una
condición llamada linfedema.
Si usted experimenta efectos secundarios ocasionados por la radiación, discútalos con el
equipo que atiende su cáncer.
Es importante saber que el hábito de fumar aumenta los efectos secundarios de la
radiación. Si usted fuma, deje de fumar.
Quimioterapia para cáncer de cuello uterino
La quimioterapia sistémica usa medicamentos contra el cáncer que se inyectan en una
vena o se administran por la boca. Estos medicamentos entran en el torrente sanguíneo y
alcanzan todas las áreas del cuerpo, haciendo que este tratamiento sea potencialmente útil
contra el cáncer que ha hecho metástasis (se ha propagado a órganos distantes).
Los medicamentos utilizados con más frecuencia para tratar el cáncer de cuello uterino
incluyen cisplatino, paclitaxel (Taxol®), topotecán, ifosfamida (Ifex®), y fluorouracilo (5-
FU). También se están usando otros medicamentos. Si se elige la quimioterapia, usted
puede recibir una combinación de medicamentos. Los medicamentos utilizados en la
quimioterapia destruyen las células cancerosas, pero también dañan algunas células
normales, lo que puede resultar en efectos secundarios.
Los efectos secundarios de la quimioterapia dependen del tipo y dosis de los
medicamentos administrados, así como del período de tiempo durante el cual se
administran. Los efectos secundarios temporales de la quimioterapia pudieran incluir:
· Náuseas y vómitos.
· Falta de apetito.
· Caída del cabello.
· Llagas en la boca.
Como la quimioterapia puede dañar las células que producen sangre en la médula ósea,
los recuentos de células sanguíneas pueden bajar. Esto puede resultar en:
· Aumento en la probabilidad de infecciones (debido a la escasez de glóbulos blancos).
· Pérdida de sangre o hematomas después de cortaduras o lesiones menores (debido a
la escasez de plaquetas).
· Dificultad para respirar (por la disminución de los niveles de glóbulos rojos).
El cansancio también es bastante común y puede ocurrir debido a los bajos niveles de
glóbulos rojos, a otras razones relacionadas con la quimioterapia o al cáncer en sí.
La mayoría de los efectos secundarios de la quimioterapia (excepto por la menopausia
prematura y la infertilidad) desaparece una vez que se termina el tratamiento. El cabello
volverá a crecer cuando termine el tratamiento. La menopausia prematura puede ser
tratada con hormonas.
Si usted presenta efectos secundarios, hable con el equipo de profesionales que le atiende.
Existen remedios para muchos de los efectos secundarios de la quimioterapia. Por
ejemplo, medicamentos muy eficaces para prevenir o reducir las náuseas y el vómito.
Quimiorradiación
Para algunas etapas del cáncer de cuello uterino, la quimioterapia se administra para
ayudar a que la radiación sea más eficaz. Cuando se administran la quimioterapia y la
radioterapia juntas, se conoce como quimiorradiación concurrente. Una opción consiste
en administra una dosis de cisplatino cada semana durante la radiación. Este
medicamento se administra por una vena (IV) alrededor de 4 horas antes de la cita para
recibir la radiación. Otra opción es administrar cisplatino junto con 5-FU cada 4 semanas
durante la radiación. También se utilizan otras combinaciones de medicamentos.
Administrar quimioterapia con radiación puede mejorar la probabilidad de supervivencia
de la paciente, aunque administrar ambas juntas tiende a causar peores efectos
secundarios. Asimismo, la náusea y el cansancio a menudo son peores. La diarrea
también puede ser un problema si se administra quimioterapia al mismo tiempo que la
radiación. También se pueden empeorar los problemas con los bajos recuentos
sanguíneos. El equipo de especialistas en cáncer estará pendiente a los efectos
secundarios y le puede administrar medicamentos para ayudar a que se sienta mejor.
Estudios clínicos para cáncer de cuello uterino
Es posible que haya tenido que tomar muchísimas decisiones desde que se enteró de que
tiene cáncer. Una de las decisiones más importantes que tomará es elegir cuál es el mejor
tratamiento para usted. Puede que haya escuchado hablar acerca de los estudios clínicos
que se están realizando para el tipo de cáncer que usted tiene. O quizá un integrante de su
equipo de atención médica le comentó sobre un estudio clínico.
Los estudios clínicos son estudios de investigación minuciosamente controlados que se
realizan con pacientes que se ofrecen para participar como voluntarios. Se llevan a cabo
para estudiar con mayor profundidad nuevos tratamientos o procedimientos.
Si está interesado en participar en un estudio clínico, comience por preguntarle a su
médico si en la clínica u hospital se realizan estudios clínicos. También puede
comunicarse con nuestro servicio de compatibilidad de estudios clínicos para obtener una
lista de los estudios clínicos que cumplen con sus necesidades desde el punto de vista
médico. Usted puede acceder a este servicio llamando al 1-800-303-5691 o consultando
el sitio Web en http://clinicaltrials.cancer.org. También puede obtener una lista de los
estudios clínicos que se están realizando en la actualidad comunicándose con el Servicio
de Información sobre el Cáncer (Cancer Information Service) del Instituto Nacional del
Cáncer (National Cancer Institute o NCI, por sus siglas en inglés) llamando al número
gratuito 1-800-4-CANCER (1-800-422-6237) o visitando el sitio Web de estudios
clínicos del NCI en www.cancer.gov.
Existen ciertos requisitos que usted debe cumplir para participar en cualquier estudio
clínico. Si reúne los requisitos para formar parte del estudio, es usted quien deberá decidir
si desea participar (inscribirse) o no.
Los estudios clínicos son una forma de tener acceso a la atención más avanzada para el
cáncer. Es la única forma que tienen los médicos de aprender mejores métodos para tratar
el cáncer. Aun así, no son adecuados para todas las personas.
Usted puede obtener más información sobre los estudios clínicos en nuestro documento
Estudios clínicos: lo que necesita saber. Este documento se puede leer en nuestro sitio
Web o puede solicitarlo si llama a nuestra línea de acceso gratuito al 1-800-227-2345.
Terapias complementarias y alternativas para cáncer de
cuello uterino
Cuando usted tiene cáncer es probable que oiga hablar sobre formas de tratar su cáncer o
de aliviar sus síntomas, que su médico no le ha mencionado. Todos, desde amigos y
familiares hasta grupos en Internet y sitios Web, ofrecen ideas sobre lo que podría
ayudarle. Estos métodos pueden incluir vitaminas, hierbas y dietas especiales, u otros
métodos, como por ejemplo, acupuntura o masajes.
¿Qué son exactamente las terapias complementarias y alternativas?
No siempre se emplean estos términos de la misma manera y se usan para hacer
referencia a muchos métodos diferentes, por lo que el tema puede resultar confuso.
Usamos el término complementario para referirnos a tratamientos que se usan junto con
su atención médica habitual. Los tratamientos alternativos se usan en lugar de un
tratamiento médico indicado por un médico.
Métodos complementarios: la mayoría de los métodos de tratamiento complementarios
no se ofrecen como curas del cáncer. Se emplean principalmente para ayudarle a usted a
sentirse mejor. Algunos métodos que se usan junto con el tratamiento habitual son la
meditación para reducir la tensión nerviosa, la acupuntura para ayudar a aliviar el dolor, o
el té de menta para aliviar las náuseas. Se sabe que algunos métodos complementarios
ayudan, mientras que otros no han sido probados. Se ha demostrado que algunos no son
útiles, y se ha determinado que unos pocos son perjudiciales.
Tratamientos alternativos: los tratamientos alternativos pueden ofrecerse como curas
del cáncer. No se ha demostrado en estudios clínicos que estos tratamientos sean seguros
ni eficaces. Algunos de estos métodos pueden ser peligrosos o tienen efectos secundarios
que representan un riesgo para la vida. Pero, en la mayoría de los casos, el mayor peligro
es que usted pueda perder la oportunidad de recibir los beneficios de un tratamiento
médico convencional. Las demoras o las interrupciones en su tratamiento médico pueden
darle al cáncer más tiempo para avanzar y disminuir las probabilidades de que el
tratamiento ayude.
Obtenga más información
Es fácil darse cuenta de por qué las personas con cáncer piensan en métodos alternativos.
Quieren hacer todo lo posible por combatir el cáncer y la idea de un tratamiento que no
produzca efectos secundarios suena genial. En ocasiones, puede resultar difícil recibir
tratamientos médicos, como la quimioterapia, o es posible que ya no den resultado. Pero
la verdad es que la mayoría de estos métodos alternativos no han sido probados y no se
ha demostrado que funcionen en el tratamiento del cáncer.
Mientras analiza sus opciones, aquí mencionamos tres pasos importantes que puede
seguir:
· Busque "señales de advertencia" que sugieran fraude. ¿Promete el método curar todos
los tipos de cáncer o la mayoría de ellos? ¿Le indican que no debe recibir tratamiento
médico habitual? ¿Es el tratamiento un "secreto" que requiere que usted visite
determinados proveedores o viaje a otro país?
· Hable con su médico o enfermera sobre cualquier método que esté considerando usar.
· Llámenos al 1-800-227-2345 para obtener más información sobre métodos
complementarios y alternativos en general, y para averiguar sobre los métodos
específicos que está evaluando.
La elección es suya
Siempre es usted quien debe tomar las decisiones sobre cómo tratar o manejar la
enfermedad. Si desea seguir un tratamiento no estándar, obtenga toda la información que
pueda acerca del método y hable con su médico al respecto. Con buena información y el
respaldo de su equipo de atención médica, es posible que pueda usar en forma segura los
métodos que pueden ayudarle, a la vez que evita aquellos que pueden ser perjudiciales.
Tratamiento de los precánceres y otros resultados
anormales de la prueba de Papanicolaou
Si la prueba de Papanicolaou arroja resultados anormales, su médico puede recomendar
una colposcopia (esto se discutió en la sección “¿Cómo se diagnostican los cánceres y los
precánceres de cuello uterino?”. Las áreas anormales vistas en una colposcopia, a
menudo se pueden extirpar con un procedimiento de escisión electroquirúrgica con asa
(LEEP o LLETZ) o una biopsia cónica con bisturí frío. Otras opciones incluyen destruir
las células anormales con criocirugía o cirugía láser.
Durante la criocirugía, el doctor utiliza una sonda de metal enfriada con nitrógeno líquido
para destruir las células anormales mediante congelación.
En la cirugía con láser, el médico utiliza un rayo de luz de alta energía enfocado para
vaporizar (quemar) el tejido anormal. Este procedimiento se hace con anestesia local a
través de la vagina.
Tanto la criocirugía como la cirugía láser pueden hacerse en el consultorio del médico o
en la clínica. Después de la criocirugía, usted puede presentar mucha secreción acuosa de
color café durante algunas semanas.
Estos tratamientos casi siempre logran eliminar los precánceres y evitar que éstos se
conviertan en un cáncer. Es necesario que se haga exámenes de seguimiento para
asegurarse de que la anomalía no reaparezca. Si lo hace, pueden repetirse los
tratamientos.
Opciones de tratamiento para el cáncer de cuello uterino
según la etapa
La etapa (estadio) en que se encuentra el cáncer cervical es el factor más importante al
elegir un tratamiento. No obstante, entre otros factores que influyen en esta decisión se
encuentran la localización exacta del cáncer en el cuello uterino, el tipo de cáncer (de
células escamosas o adenocarcinoma), su edad, su estado físico general y si desea tener
hijos.
Etapa 0 (carcinoma in situ)
Aunque el sistema de clasificación por etapas AJCC clasifica el carcinoma in situ como
la forma más temprana de cáncer, los médicos a menudo lo consideran como un
precáncer. Esto se debe a que las células cancerosas en el carcinoma in situ sólo están en
la capa de la superficie del cuello uterino (no han crecido hacia las capas más profundas
de las células). Las opciones de tratamiento para el carcinoma de células escamosas in
situ son las mismas que se utilizan para otros precánceres (displasia o neoplasia
intraepitelial cervical [CIN]). Las opciones incluyen criocirugía, cirugía con láser,
procedimiento de escisión electroquirúrgica con asa (LEEP/LEETZ) y conización con
bisturí frío. Por lo general, se recomienda una histerectomía para el adenocarcinoma in
situ. Para las mujeres que desean tener hijos, el tratamiento con una biopsia cónica puede
ser una opción. La muestra de cono no puede tener células cancerosas en los bordes, y la
paciente tiene que estar bajo observación minuciosa. Una vez la mujer haya tenido sus
hijos, se recomienda una histerectomía.
Una histerectomía simple también es una opción para el tratamiento del carcinoma de
células escamosas in situ, y se puede hacer si el cáncer regresa después de otros
tratamientos. Todos los casos de carcinoma in situ pueden curarse con un tratamiento
apropiado. No obstante, los cambios precancerosos pueden recurrir (reaparecer) en el
cuello uterino o en la vagina, por lo que es muy importante que su médico le brinde una
atención cuidadosa. Esto incluye cuidado de seguimiento con pruebas de Papanicolaou
regularmente y en algunos casos con colposcopia.
La etapa IA se divide en etapa IA1 y etapa IA2
Etapa IA1: para esta etapa usted tiene tres opciones:
· Si usted aún quiere poder tener hijos, primero se extirpa el cáncer con una biopsia
cónica, y luego se le vigila cuidadosamente para ver si el cáncer regresa.
· Si la biopsia cónica no extirpa todo el cáncer (o si usted ya no va a tener hijos), el
útero se extirpará (histerectomía).
· Si el cáncer ha invadido a los vasos sanguíneos o los vasos linfáticos, es posible que
necesite someterse a una histerectomía radical junto con la extirpación de los ganglios
linfáticos pélvicos. Para las mujeres que aún quieren quedar embarazadas, se puede
hacer una cervicectomía radical en lugar de una histerectomía radical.
Etapa IA2: existen tres opciones de tratamiento:
· Histerectomía radical junto con extirpación de ganglios linfáticos en la pelvis.
· Braquiterapia con o sin radioterapia externa a la pelvis.
· Se puede hacer una cervicectomía radical con extirpación de ganglios linfáticos
pélvicos si aún quiere tener hijos.
Si durante la cirugía se encuentra cáncer en cualquier ganglio linfático pélvico, puede que
también se extraigan algunos de los ganglios linfáticos que se extienden a lo largo de la
aorta (la arteria grande en el abdomen). Cualquier tejido extirpado durante la operación se
examina en el laboratorio para ver si el cáncer se ha propagado más allá de lo que se
esperaba. Por lo general se recomienda radioterapia si el cáncer se ha propagado a los
tejidos adyacentes al útero (parametrio) o a cualquier ganglio linfático. A menudo se
administra quimioterapia con radioterapia. Si el informe patológico indica que el tumor
tenía márgenes positivos, esto significa que es posible que haya quedado algo de cáncer.
Esto también se trata con radiación pélvica (administrada con el medicamento de
quimioterapia cisplatino). El médico también puede recomendar braquiterapia.
La etapa IB se divide en etapa IB1 y etapa IB2
Etapa IB1: existen tres opciones:
· El tratamiento convencional es histerectomía radical junto con extirpación de
ganglios linfáticos en la pelvis. Algunos ganglios linfáticos de la parte más superior
del abdomen (ganglios linfáticos paraaórticos) también se extirpan para ver si el
cáncer se ha propagado allí. Si se encuentran células cancerosas en los bordes de los
tejidos extirpados (márgenes positivos), o si durante la operación se encuentran
células cancerosas en los ganglios linfáticos, usted pudiera recibir radioterapia,
posiblemente con quimioterapia, después de la cirugía.
· La segunda opción de tratamiento es la radioterapia con braquiterapia y radiación de
haz externo.
· Una cervicectomía radical con extirpación de ganglios linfáticos pélvicos (y algunos
paraaórticos) es una opción si el paciente aún quiere tener hijos.
Etapa IB2: existen tres opciones:
· El tratamiento convencional es la combinación de quimioterapia con cisplatino y
radioterapia a la pelvis más braquiterapia.
· Otra opción es una histerectomía radical con extirpación de los ganglios linfáticos
pélvicos (y algunos paraaórticos). Si se encuentran células cancerosas en los ganglios
linfáticos extirpados, o en los márgenes, se puede administrar radioterapia,
posiblemente con quimioterapia, después cirugía.
· Algunos médicos recomiendan radiación administrada con quimioterapia (primera
opción) seguida de una histerectomía.
La etapa II se divide en etapa IIA y etapa IIB
Etapa IIA: el tratamiento para esta etapa depende del tamaño del tumor.
· Una opción de tratamiento es la braquiterapia y la radioterapia externa. Este
tratamiento se recomienda con más frecuencia si el tumor mide más de 4 centímetros
(alrededor de 1 ½ pulgadas). Se administrará quimioterapia con cisplatino junto con
la radiación.
· Algunos expertos recomiendan extirpar el útero después de finalizar la radioterapia.
· Si el cáncer no mide más de 4 centímetros, se puede tratar con histerectomía radical y
extirpación de los ganglios linfáticos en la pelvis (y algunos en el área paraaórtica). Si
el tejido que se extirpa durante la cirugía muestra células cancerosas en los márgenes
o cáncer en los ganglios linfáticos, los tratamientos con radiación a la pelvis se
administrarán con quimioterapia. También se puede administrar braquiterapia.
Etapa IIB: el tratamiento habitual es una combinación de radioterapia interna y externa.
La radiación se administra con el medicamento de quimioterapia cisplatino. Algunas
veces otros medicamentos de quimioterapia se pueden administrar junto con cisplatino.
Etapas III y IVA
El tratamiento recomendado consiste de una combinación de radioterapia interna y
externa con cisplatino.
Si el cáncer se ha propagado a los ganglios linfáticos (especialmente los que están en la
parte superior del abdomen), puede ser un signo de que el cáncer se ha propagado a otras
áreas del cuerpo. Algunos expertos recomiendan examinar los ganglios linfáticos para
determinar si contienen cáncer antes de administrar radiación. Una manera para hacer
esto es mediante cirugía. Otra manera es mediante una CT o una MRI para ver cuán
grandes están los ganglios linfáticos. Los ganglios linfáticos que están más grandes de lo
habitual tienen una probabilidad mayor de tener cáncer. Puede que se les realicen
biopsias a esos ganglios linfáticos para determinar si contienen cáncer. Si los ganglios
linfáticos en la parte superior del abdomen (ganglios linfáticos paraaórticos) son
cancerosos, puede que los médicos quieran hacer otros estudios para ver si el cáncer se ha
propagado a otras partes del cuerpo.
Etapa IVB
En esta etapa, el cáncer se ha propagado de la pelvis a otras partes del cuerpo. La etapa
IVB del cáncer cervical usualmente no se considera curable. Entre las opciones de
tratamiento se encuentran la radioterapia para aliviar los síntomas del cáncer que se ha
propagado a las áreas cercanas al cuello uterino o a lugares distantes (como a los
pulmones o a los huesos). A menudo se recomienda la quimioterapia. La mayoría de los
regímenes convencionales usa un componente de platino (tal como cisplatino o
carboplatino) junto con otro medicamento, tal como paclitaxel (Taxol), gemcitabina
(Gemzar®), topotecán, o vinorelbina (Navelbine®). Se están llevando a cabo estudios
clínicos para probar otras combinaciones de medicamentos quimioterapéuticos, así como
otros tratamientos experimentales.
Cáncer recurrente del cuello uterino
A un cáncer que regresa después del tratamiento se le llama cáncer recurrente. El cáncer
puede reaparecer localmente (en los órganos de la pelvis cercanos al cuello uterino) o
regresar en áreas distantes (propagación a través del sistema linfático y/o del torrente
sanguíneo a órganos tales como los pulmones o los huesos).
Si el cáncer ha recurrido solamente en la pelvis, la cirugía extensa (por exenteración
pélvica) puede ser una opción para algunas pacientes. Esta operación puede aplicarse con
éxito en un 40% a un 50% de las pacientes (consulte la información sobre cirugía en la
sección, "¿Cómo se tratan los cánceres y los precánceres de cuello uterino?”. Algunas
veces se puede usar radiación o quimioterapia como tratamiento paliativo (tratamiento
para aliviar los síntomas, pero no se espera que cure la enfermedad).
Si su cáncer ha recurrido en un área distante se puede usar quimioterapia o radioterapia
para tratar y aliviar los síntomas específicos. Si se utiliza la quimioterapia, usted debe
entender los objetivos y limitaciones de este tipo de tratamiento. Algunas veces la
quimioterapia puede mejorar su calidad de vida, y otras veces la puede empeorar. Es
necesario que discuta esto con sus doctores. Entre un 15% y un 25% de las pacientes
pueden responder, por lo menos temporalmente, a la quimioterapia.
Actualmente se están llevando a cabo estudios clínicos para evaluar nuevos tratamientos
que pudieran beneficiar a aquellas pacientes con recurrencia a distancia del cáncer de
cuello uterino. Se recomienda que considere su participación en un estudio clínico.
Cáncer de cuello uterino durante el embarazo
Un pequeño número de casos del cáncer de cuello uterino se detecta en mujeres
embarazadas. La mayoría de los doctores considera que, si se trata de un cáncer en una
etapa muy temprana, tal como la IA, no hay peligro de continuar el embarazo. Varias
semanas después del parto, se recomienda una histerectomía o una biopsia cónica (esta
biopsia sólo se sugiere para la subetapa IA1).
Si el cáncer se encuentra en la etapa IB o mayor, entonces usted y su doctor deben tomar
una decisión con respecto a si debe continuar el embarazo. Si la decisión fuera en sentido
negativo, el tratamiento deberá consistir en histerectomía radical o radiación. Si ambos
deciden continuar el embarazo, la paciente deberá ser sometida a una cesárea, tan pronto
como el bebé pueda sobrevivir fuera del vientre materno. Los cánceres más avanzados
deben ser tratados inmediatamente.
Ayuda financiera
En el año 2000 se firmó la Ley de Tratamiento del Cáncer Cervical y Mamario, la cual
proporciona el financiamiento para tratar el cáncer de seno (cáncer mamario) y de cuello
uterino (cáncer cervical) para algunas mujeres de bajos ingresos. Los estados deben
adoptar este programa para poder recibir los fondos federales correspondientes. Para más
información, puede ponerse en contacto con el CDC llamando al 1-888-842-6355 o
consultando la página en Internet www.cdc.gov/cancer.
Más información sobre tratamientos
Para más detalles sobre las opciones de tratamiento, incluyendo algunas que no pudieran
estar disponibles en este documento, la National Comprehensive Cancer Network
(NCCN) y el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) son buenas fuentes de información.
La NCCN está integrada por expertos de muchos de los centros del país que son líderes
en el tratamiento del cáncer y desarrolla pautas para el tratamiento del cáncer a ser usadas
por los médicos en sus pacientes. Estas guías están disponibles en la página Web de la
NCCN (www.nccn.org).
El Instituto Nacional del Cáncer (NCI) provee información de tratamiento a través del 1-
800-4-CANCER y su página Web (www.cancer.gov). Además, ofrece información para
pacientes e información más detallada para profesionales en la atención contra el cáncer
en www.cancer.gov.

¿Qué debe preguntar a su médico sobre el
cáncer de cuello uterino?

Es importante que usted tenga conversaciones francas y abiertas con los especialistas en
cáncer que lo atienden. Ellos quieren responder todas sus preguntas, sin importar lo
insignificantes que éstas le parezcan. Estas son algunas de las preguntas que debe
considerar:
· ¿Qué tipo de cáncer de cuello uterino tengo?
· ¿Se ha propagado mi cáncer más allá del cuello uterino?
· ¿Se puede determinar la etapa de mi cáncer y qué significa eso?
· ¿Cuáles son mis opciones de tratamiento?
· ¿Qué tratamiento me recomienda? ¿Por qué?
· ¿Cuáles son los riesgos y efectos secundarios del tratamiento que me sugiere?
· ¿Podré tener hijos después del tratamiento?
· ¿Cuáles son mis opciones de tratamiento si deseo tener hijos en el futuro?
· ¿Qué debo hacer para estar preparada para el tratamiento?
· ¿Qué probabilidades hay de que se produzca una recurrencia (reaparición) de mi
cáncer con los programas de tratamiento que hemos discutido?
· ¿Debo hacer una dieta especial?
· Según lo que sabe de mi cáncer, ¿cuál es mi pronóstico (perspectiva de
supervivencia)?
· ¿Dónde podré conseguir una peluca, si tengo que recibir medicamentos
quimioterapéuticos que me ocasionen una pérdida temporal del cabello?
· ¿Qué debo decirles a mis hijos, a mi esposo, a mis padres y a los demás miembros de
la familia?
Además de estas preguntas de ejemplo, asegúrese de anotar algunas preguntas propias.
Por ejemplo, usted pudiera necesitar información específica acerca del tiempo de
recuperación previsto para poder planificar su programa de trabajo. O quizá quiera pedir
una segunda opinión o saber acerca de los estudios clínicos para los cuales podría reunir
los requisitos.

¿Qué sucede después del tratamiento del
cáncer de cuello uterino?

Para algunas personas con cáncer de cuello uterino, el tratamiento puede que remueva o
destruya el cáncer. Completar el tratamiento puede causarle tanto tensión nerviosa como
entusiasmo. Tal vez sienta alivio de haber completado el tratamiento, aunque aún resulte
difícil no sentir preocupación sobre la reaparición del cáncer. Cuando un cáncer regresa
después del tratamiento, a esto se le llama recurrencia. Ésta es una preocupación muy
común en las personas que han tenido cáncer.
Puede que tome un tiempo antes de que sus temores disminuyan. No obstante, puede que
sea útil saber que muchos sobrevivientes de cáncer han aprendido a vivir con esta
incertidumbre y hoy día viven vidas plenas. Para más información sobre este tema, por
favor, lea nuestro documento Living with Uncertainty: The Fear of Cancer Recurrence.
Para otras personas, puede que el cáncer nunca desaparezca por completo. Estas personas
puede que reciban tratamientos regularmente con quimioterapia, radioterapia, u otras
terapias para tratar de ayudar a mantener el cáncer bajo control. Aprender a vivir con un
cáncer que no desaparece puede ser difícil y muy estresante, ya que tiene su propio tipo
de incertidumbre. Nuestro documento disponible en inglés When Cancer Doesn't Go
Away provee más detalles sobre este tema.
Cuidados posteriores
Aun después de que finalice el tratamiento, los médicos querrán observarle
rigurosamente. Es muy importante que acuda a todas sus citas de seguimiento. Durante
estas visitas, sus médicos preguntarán si presenta cualquier problema y le harán
exámenes, incluyendo los exámenes pélvicos y las pruebas de Papanicolaou regulares.
Usted necesitará continuar con las pruebas de Papanicolaou independientemente del
tratamiento que recibió (biopsia cónica, histerectomía, o radiación). Los análisis de
laboratorio y las radiografías u otros estudios por imágenes también se pueden hacer para
identificar signos de cáncer y efectos secundarios a largo plazo del tratamiento. Casi
todos los tratamientos contra el cáncer tienen efectos secundarios. Algunos de ellos
pueden durar de unas pocas semanas a meses, pero otros pueden durar el resto de su vida.
En las visitas con su médico, usted puede hacer cualquier pregunta al equipo de atención
médica sobre cualquier cambio o problema que note, así como hablarle sobre cualquier
inquietud que pudiera tener.
Estos exámenes también le permiten a su médico observarle para identificar cualquier
signo de un nuevo cáncer, como los causados por el VPH o aquellos que pueden ser
ocasionados por el tratamiento del cáncer.
Una vez finalice el tratamiento del cáncer, es probable que usted aún necesite visitar a su
médico por muchos años. Por lo tanto, pregunte qué clase de programa de seguimiento
usted puede esperar.
Resulta importante mantener su seguro médico. Los estudios y las consultas médicas son
costosos, y aunque nadie quiere pensar en el regreso de su cáncer, esto podría pasar.
Si su cáncer regresa, nuestro documento When Your Cancer Comes Back: Cancer
Recurrence puede proveer información sobre cómo manejar y lidiar con esta fase de su
tratamiento.
Consultas con un nuevo médico
En algún momento después del diagnóstico y tratamiento del cáncer, es posible que usted
tenga que consultar a un médico nuevo, quien desconoce totalmente sus antecedentes
médicos. Es importante que usted le proporcione a este nuevo médico los detalles de su
diagnóstico y tratamiento. Asegúrese de tener a mano la siguiente información:
· Una copia del informe de patología de cualquier biopsia o cirugía.
· Si se sometió a una cirugía, una copia del informe del procedimiento.
· Si se le admitió en el hospital, una copia del resumen al alta que los médicos preparan
cuando envían al paciente a su casa.
· Si recibió radioterapia, una copia del tratamiento.
· Si recibió quimioterapia, una lista de sus medicamentos, las dosis y cuándo se
tomaron.
· Copias de sus radiografías y otros estudios por imágenes (a menudo se pueden incluir
en un DVD).
Es posible que el médico quiera copias de esta información para mantenerlas en su
expediente, pero usted siempre debe mantener copias en su poder.
Cambios en el estilo de vida
Usted no puede cambiar el hecho de que ha tenido cáncer. Lo que sí puede cambiar es la
manera en que vivirá el resto de su vida al tomar decisiones que le ayuden a mantenerse
sano y a sentirse tan bien como usted pueda. Éste puede ser el momento de reevaluar
varios aspectos de su vida. Tal vez esté pensando de qué manera puede mejorar su salud a
largo plazo. Algunas personas incluso comienzan durante el tratamiento.
Tome decisiones más saludables
Para muchas personas, recibir un diagnóstico de cáncer les ayuda a enfocarse en la salud
de formas que tal vez no consideraban en el pasado. ¿Qué cosas podría hacer para ser una
persona más saludable? Tal vez podría tratar de comer alimentos más sanos o hacer más
ejercicio. Quizás podría reducir el consumo de bebidas alcohólicas o dejar el tabaco.
Incluso cosas como mantener su nivel de estrés bajo control pueden ayudar. Éste es un
buen momento para considerar incorporar cambios que puedan tener efectos positivos
durante el resto de su vida. Se sentirá mejor y además, estará más sano.
Usted puede comenzar a trabajar los aspectos que más le inquietan. Obtenga ayuda para
aquellos que le resulten más difíciles. Por ejemplo, si está considerando dejar de fumar y
necesita ayuda, llame a la Sociedad Americana Contra El Cáncer para información y
apoyo. Este servicio de apoyo para dejar de fumar puede ayudar a aumentar sus
probabilidades de dejar el tabaco por siempre.
Aliméntese mejor
Alimentarse bien puede ser difícil para cualquier persona, pero puede ser incluso más
difícil durante y después del tratamiento del cáncer. El tratamiento puede cambiar su
sentido del gusto. Las náuseas pueden ser un problema. Puede que no tenga deseos de
comer y pierda peso aun sin quererlo, o puede que haya ganado peso y pareciera que no
puede perderlo. Todas estas cosas pueden causar mucha frustración.
Si el tratamiento le ocasiona cambios de peso o problemas con la alimentación o el
sentido del gusto, coma lo mejor que pueda y recuerde que estos problemas usualmente
se alivian con el pasar del tiempo. Puede que encuentre útil comer porciones pequeñas
cada 2 o 3 horas hasta que se sienta mejor. Usted puede también preguntar a los
especialistas en cáncer que lo atienden sobre los servicios de un nutricionista (un experto
en nutrición) que le puede dar ideas sobre cómo lidiar con estos efectos secundarios de su
tratamiento.
Una de las mejores cosas que puede hacer después del tratamiento del cáncer consiste en
adoptar hábitos saludables de alimentación. Puede que a usted le sorprendan los
beneficios a largo plazo de algunos cambios simples, como aumentar la variedad de los
alimentos sanos que consume. Lograr y mantener un peso saludable, adoptar una
alimentación sana y limitar su consumo de alcohol pudiera reducir su riesgo de padecer
varios tipos de cáncer. Además, esto brinda muchos otros beneficios a la salud.
Descanso, cansancio y ejercicio
El cansancio extremo, también llamado fatiga, es muy común en las personas que reciben
tratamiento contra el cáncer. Éste no es un tipo de cansancio normal, sino un agotamiento
que no se alivia con el descanso. Para algunas personas, el cansancio permanece durante
mucho tiempo después del tratamiento, y puede que les resulte difícil ejercitarse y
realizar otras cosas que deseen llevar a cabo. No obstante, el ejercicio puede ayudar a
reducir la fatiga. Los estudios han mostrado que los pacientes que siguen un programa de
ejercicios adaptado a sus necesidades personales se sienten mejor física y
emocionalmente, y pueden sobrellevar mejor la situación.
Si estuvo enfermo y no muy activo durante el tratamiento, es normal que haya perdido
algo de su condición física, resistencia y fuerza muscular. Cualquier plan de actividad
física debe ajustarse a su situación personal. Una persona de edad más avanzada que
nunca se ha ejercitado no podrá hacer la misma cantidad de ejercicio que una de 20 años
que juega tenis dos veces a la semana. Si no ha hecho ejercicios en varios años, usted
tendrá que comenzar lentamente. Quizás deba comenzar con caminatas cortas.
Hable con el equipo de profesionales de la salud que le atienden, antes de comenzar.
Pregúnteles qué opinan sobre su plan de ejercicios. Luego, trate de conseguir a alguien
que le acompañe a hacer ejercicios de manera que no los haga solo. Cuando los familiares
o los amigos se integran en un nuevo programa de ejercicios, usted recibe ese refuerzo
extra que necesita para mantenerse activo cuando el entusiasmo falle.
Si usted siente demasiado cansancio, necesitará balancear la actividad con el descanso.
Está bien descansar cuando lo necesite. En ocasiones, a algunas personas les resulta
realmente difícil darse el permiso de tomar descansos cuando estaban acostumbradas a
trabajar todo el día o a asumir las responsabilidades del hogar. Sin embargo, éste no es el
momento de ser muy exigente con usted mismo. Esté atento a lo que su cuerpo desea y
descanse cuando sea necesario (para más información sobre cómo lidiar con el cansancio,
consulte nuestros documentos Fatigue in People With Cancer y Anemia in People With
Cancer .
Tenga en cuenta que el ejercicio puede mejorar su salud física y emocional:
· Mejora su condición cardiovascular (corazón y circulación).
· Junto con una buena alimentación, le ayudará a lograr y a mantener un peso
saludable.
· Fortalece sus músculos.
· Reduce el cansancio y le ayuda a tener más energía.
· Ayuda a disminuir la ansiedad y la depresión.
· Le puede hacer sentir más feliz.
· Le ayuda a sentirse mejor consigo mismo.
Además, a largo plazo, sabemos que realizar regularmente una actividad física
desempeña un papel en ayudar a reducir el riesgo de algunos cánceres. La práctica
regular de actividad física también brinda otros beneficios a la salud.
Su salud emocional
Cuando termine su tratamiento, es posible que se sienta agobiado con muchas emociones
diferentes. Esto les sucede a muchas personas. Es posible que haya sido tan fuerte lo que
le tocó pasar durante el tratamiento que sólo se podía enfocar en llegar al final del día.
Ahora puede que sienta que se suman a su carga una gran cantidad de otros asuntos.
Puede que se encuentre pensando en la muerte y en el proceso de morir; o tal vez esté
más consciente del efecto que el cáncer ha tenido en su familia y amigos, así como en su
empleo. Quizás éste sea el momento para reevaluar la relación con sus seres queridos.
Otros asuntos inesperados también pueden causar preocupación. Por ejemplo, a medida
que usted esté más saludable y acuda menos al médico, consultará con menos frecuencia
a su equipo de atención médica y tendrá más tiempo disponible para usted. Estos cambios
pueden causarles ansiedad a algunas personas.
Casi todas las personas que han tenido cáncer pueden beneficiarse de recibir algún tipo de
apoyo. Necesita personas a las que pueda acudir para que le brinden fortaleza y
consuelo. El apoyo puede presentarse en diversas formas: familia, amigos, grupos de
apoyo, iglesias o grupos espirituales, comunidades de apoyo en línea u orientadores
individuales. Lo que es mejor para usted depende de su situación y de su personalidad.
Algunas personas se sienten seguras en grupos de apoyo entre pares o en grupos
educativos. Otras prefieren hablar en un entorno informal, como la iglesia. Es posible
que algunos se sientan más a gusto hablando en forma privada con un amigo de confianza
o un consejero. Sea cual fuere su fuente de fortaleza o consuelo, asegúrese de tener un
lugar al que recurrir en caso de tener inquietudes.
El cáncer puede ser una experiencia muy solitaria. No es necesario ni conveniente que
trate de sobrellevar todo usted solo. Sus amigos y familiares pueden sentirse excluidos si
usted no los hace partícipe de su proceso. Deje que tanto ellos como cualquier otra
persona que usted considere puedan ayudarle. Si no sabe quién puede ayudarle, llame a la
Sociedad Americana Contra El Cáncer al 1-800-227-2345 y le pondremos en contacto
con un grupo o recurso de apoyo que podría serle de utilidad.

Si el tratamiento deja de surtir efecto

Si el cáncer continúa creciendo o reaparece después de cierto tratamiento, es posible que
otro plan de tratamiento sí pueda curar el cáncer, o por lo menos reducir su tamaño lo
suficiente como para ayudarle a vivir más tiempo y hacerle sentir mejor. Sin embargo,
cuando una persona ha probado muchos tratamientos diferentes y no hay mejoría, el
cáncer tiende a volverse resistente a todos los tratamientos. Si esto ocurre, es importante
sopesar los posibles beneficios limitados de un nuevo tratamiento y las posibles
desventajas del mismo. Cada persona tiene su propia manera de considerar esto.
Cuando llegue el momento en el que usted ha recibido muchos tratamientos médicos y ya
nada surte efecto, éste probablemente sea la parte más difícil de su batalla contra el
cáncer. El médico puede ofrecerle nuevas opciones, pero usted necesita considerar que
llegará el momento en que sea poco probable que el tratamiento mejore su salud o cambie
su pronóstico o supervivencia.
Si quiere continuar con el tratamiento tanto como pueda, es necesario que piense y
compare las probabilidades de que el tratamiento sea beneficioso con los posibles riesgos
y efectos secundarios. En muchos casos, su médico puede estimar la probabilidad de que
el cáncer responda al tratamiento que usted esté considerando tomar. Por ejemplo, el
médico puede indicar que administrar más quimioterapia o radiación pudiera tener
alrededor de 1% de probabilidad de surtir efecto. Aun así, algunas personas sienten la
tentación de probar esto, pero resulta importante pensar y entender las razones por las
cuales se está eligiendo este plan.
Independientemente de lo que usted decida hacer, necesita sentirse lo mejor posible.
Asegúrese de que solicita y recibe el tratamiento para cualquier síntoma que pudiese
tener, como náusea o dolor. Este tipo de tratamiento se llama atención paliativa.
La atención paliativa ayuda a aliviar síntomas, pero no se espera que cure la enfermedad.
Se puede administrar junto con el tratamiento del cáncer, o incluso puede ser el
tratamiento del cáncer. La diferencia es el propósito con que se administra el tratamiento.
El propósito principal de la atención paliativa es mejorar su calidad de vida, o ayudarle a
sentirse tan bien como usted pueda, tanto tiempo como sea posible. Algunas veces, esto
significa que se usarán medicamentos para ayudar a aliviar los síntomas, como el dolor o
la náusea. En ocasiones, sin embargo, los tratamientos usados para controlar sus síntomas
son los mismos que se usan para tratar el cáncer. Por ejemplo, la radiación se pudiera usar
para ayudar a aliviar el dolor en los huesos causado por el cáncer que se ha propagado a
los huesos. Por otro lado, la quimioterapia pudiera usarse para ayudar a reducir el tamaño
del tumor y evitar que bloquee los intestinos. No obstante, esto no es lo mismo que
recibir tratamiento para tratar de curar el cáncer.
En algún momento, es posible que se beneficie de la atención de centros de cuidados
paliativos (hospicio). Ésta es una atención especial que trata a la persona más que a la
enfermedad, enfocándose más en la calidad de vida que en la duración de la vida. La
mayoría de las veces, esta atención se proporciona en casa. Es posible que el cáncer esté
causando problemas que requieran atención, y las residencias de enfermos crónicos
terminales se enfocan en su comodidad. Usted debe saber que aunque la atención de una
institución para el cuidado de enfermos terminales a menudo significa el final de los
tratamientos, como quimioterapia y radiación, no significa que usted no pueda recibir
tratamiento para los problemas causados por el cáncer u otras afecciones de salud. En una
institución para el cuidado de enfermos terminales, el enfoque de su cuidado está en vivir
la vida tan plenamente como sea posible y que se sienta tan bien como usted pueda en
esta etapa difícil. Puede obtener más información sobre la atención de hospicio en nuestro
documento Hospice Care.
Mantener la esperanza también es importante. Es posible que su esperanza de curarse ya
no sea tan clara, pero todavía tiene la esperanza de pasar buenos momentos con
familiares y amigos, momentos llenos de felicidad y de significado. Una interrupción en
el tratamiento contra el cáncer en este momento le brinda la oportunidad de reenfocarse
en las cosas más importantes de su vida. Éste es el momento de hacer algunas cosas que
usted siempre deseó hacer y dejar de hacer aquéllas que ya no desea. Aunque el cáncer
esté fuera de su control, usted aún tiene opciones.

¿Qué hay de nuevo en las investigaciones y
el tratamiento del cáncer de cuello uterino?

Se han estado investigando nuevas maneras para prevenir y tratar el cáncer de cuello
uterino. Entre estos nuevos y prometedores métodos se encuentran los siguientes:
Biopsia del ganglio linfático centinela
Durante la cirugía para el cáncer de cuello uterino, se pueden extraer ganglios linfáticos
de la pelvis para determinar si el cáncer se propagó a ellos. En lugar de extraer muchos
ganglios linfáticos, se puede emplear una técnica llamada biopsia de ganglio centinela
para extraer sólo aquellos pocos ganglios que con más probabilidad contengan cáncer. En
esta técnica, un tinte azul que contiene un rastreador radiactivo se inyecta en el cáncer, y
se le permite penetrar hasta los ganglios linfáticos. Luego, durante la cirugía, los ganglios
linfáticos que contienen radiación y el tinte azul se pueden identificar y extraer. Estos
ganglios linfáticos son los que con mayor probabilidad contienen cáncer, si es que se ha
propagado. Si estos ganglios linfáticos no contienen cáncer, no es necesario extraer los
otros ganglios linfáticos. Extraer menos ganglios linfáticos puede reducir el riesgo de
problemas posteriores.
Vacunas contra el VPH
Se han estado desarrollando vacunas para prevenir la infección con algunos tipos de VPH
asociados con el cáncer de cuello uterino. Las vacunas disponibles actualmente tienen el
propósito de producir inmunidad a los tipos de VPH 16 y 18 para que las mujeres que se
expongan a estos virus no contraigan infecciones. Además se han estado desarrollando
vacunas para prevenir infecciones con algunos otros tipos de VPH que también causan
cáncer. Se han estado realizando estudios a largo plazo para ver cuán bien estas vacunas
reducirán el riesgo de cáncer de cuello uterino.
Algunas vacunas experimentales también se han estado estudiando para aquellas mujeres
con infecciones de VPH establecidas, a fin de ayudar al sistema inmunológico a destruir
el virus y curar la infección antes de que se origine un cáncer. Otras pruebas pretenden
ayudar a ciertas mujeres con cáncer avanzado del cuello uterino que ya ha hecho
metástasis o ha recurrido. Estas vacunas intentan producir una reacción inmunológica
contra aquellas partes del virus (las proteínas E6 y E7) que causan el crecimiento anormal
de las células cancerosas del cuello uterino. Se espera que esta inmunidad destruya las
células cancerosas o les impida seguir creciendo.
Terapia dirigida
A medida que los investigadores aprenden más sobre los cambios genéticos en células
que causan cáncer, ellos han podido desarrollar medicamentos más recientes diseñados
para combatir estos cambios de manera específica. Estos medicamentos dirigidos
funcionan de distinta manera que los que se usan comúnmente en la quimioterapia.
Generalmente originan diferentes efectos secundarios y suelen ser menos severos. Estos
medicamentos se pueden usar solos o con más quimioterapia tradicional.
El pazopanib es un tipo de medicamento de terapia dirigida que bloquea el efecto de
ciertos factores de crecimiento en las células cancerosas. En estudios con pacientes de
cáncer de cuello uterino avanzado, este medicamento las ayudó a vivir por más tiempo.
Otros medicamentos de terapia dirigida que han sido estudiados en cáncer de cuello
uterino incluyen bevacizumab (Avastin®) y lapatinib (Tykerb®).
Hipertermia
Algunas investigaciones indican que agregar hipertermia a la radiación puede ayudar a
evitar que el cáncer regrese y ayuda a las pacientes a vivir por más tiempo. La
hipertermia es un tratamiento que aumenta la temperatura en el área donde está el tumor,
con más frecuencia usando una antena de radiofrecuencia colocada alrededor de la
paciente.
Tratamiento con medicamentos para precánceres
El tratamiento convencional del precáncer de cuello uterino (como el CIN) incluye
crioterapia, tratamiento láser y conización. Los estudios recientes para determinar si se
pueden usar medicinas en lugar de estos tratamientos mencionados anteriormente han
dado ciertos resultados promisorios.
En un estudio, las pacientes con CIN2 o CIN3 tomaron un medicamento llamado
diindolylmethane (DIM) por 12 semanas. Las pruebas de seguimiento mostraron mejoría
(en algunas mujeres, el CIN desapareció por completo).
En otro estudio, el CIN fue tratado mediante la aplicación de un medicamento llamado
cidofovir al cuello uterino. En más de la mitad de las mujeres tratadas, el CIN se eliminó
por completo. Se necesitan más estudios antes de que esto se pueda convertir en un
tratamiento convencional.
Otros estudios clínicos
Se están realizando numerosos estudios clínicos para probar nuevos medicamentos
quimioterapéuticos, nuevas formas de administrar radioterapia y nuevas combinaciones
de cirugía y radioterapia o quimioterapia.

Recursos adicionales para cáncer de cuello uterino

Más información de la Sociedad Americana Contra El
Cáncer
Hemos seleccionado material informativo relacionado con este tema que también puede
ayudarle. Puede solicitar estos materiales si llama a nuestra línea de acceso gratis al 1-
800-227-2345.
Después del diagnóstico: una guía para los pacientes y sus familias
La atención del paciente con cáncer en el hogar: una guía para los pacientes y sus
familias
Quimioterapia: una guía para los pacientes y sus familias
Radioterapia: una guía para los pacientes y sus familias
Sexualidad para la mujer con cáncer
Virus del Papiloma Humano (VPH), cáncer y las vacunas contra el VPH – Preguntas
frecuentes
Libros
Los siguientes libros están disponibles mediante la Sociedad Americana Contra El
Cáncer. Llámenos al 1-800-227-2345 para preguntar sobre los costos o para hacer un
pedido.
Cancer in the Family: Helping Children Cope with a Parent’s Illness
Caregiving: A Step-By-Step Resource for Caring for the Person with Cancer at Home
Crossing Divides: a Couple's Story of Cancer, Hope, and Hiking in the Montana
Continental Divide
What Helped Get Me Through: Cancer Patients Share Wisdom and Hope
Organizaciones nacionales y sitios Web*
Además de la Sociedad Americana Contra El Cáncer, otras fuentes de información y
apoyo para el paciente incluyen:
Foundation for Women's Cancer (antes Gynecologic Cancer Foundation)
Línea sin cargo: 1-800-444-4441
Número de teléfono: 1-312-578-1439
Sitio Web: www.foundationforwomenscancer.org/
Instituto Nacional del Cáncer
Línea sin cargo: 1-800-422-6237
Sitio Web: www.cancer.gov
National Cervical Cancer Coalition
Línea sin cargo: 1-800- 685-5531
Número de teléfono: 1-818-909-3849
Sitio Web: www.nccc-online.org
National Coalition for Cancer Survivorship
Línea sin cargo: 1-877-NCCS-YES (1-877-622-7937)
Sitio Web: www.canceradvocacy.org
Centers for Disease Control and Prevention (CDC)
DES Update
Línea sin cargo: 1-888-232-6789
Sitio Web: www.cdc.gov/des
*La inclusión en esta lista no significa que se tiene el respaldo de la Sociedad Americana Contra El
Cáncer.
Independientemente de quién sea usted, nosotros podemos ayudarle. Comuníquese con
nosotros en cualquier momento, de día o de noche, para recibir información y asistencia.
Llámenos al 1-800-227-2345 o visite nuestro sitio Web en www.cancer.org.

Referencias: Guía detallada del cáncer de
cuello uterino

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Last Medical Review: 3/13/2012
Last Revised: 3/13/2012
2012 Copyright American Cancer Society